Y tan personal, este blog lo hago yo, si fuera de otro ya veríamos.
Digo primer descanso porque hasta ahora todo lo que figura abajo ha sido «demasiado trascendente», tampoco demasiado, el contenido no se presta a guasas ni chirigotas, pero hay que intercalar algunas cosillas que nos alivien el calor, cuando estoy escribiendo esto el termómetro está que se sale.
Ya volveremos a lo anterior, a la actividad mía en el Museo, que las maquetas de Auzoux están golpeando a la puerta.
Pues como la seriedad es una cosa, y la severidad otra, siempre lo he dicho, y yo de severo tengo muy poco, ahí van algunas imágenes cachondas de varias épocas y momentos.
Despedida del Campamento de Geología con los alumnos de 2º de Bachillerato. 2012.
Después de tres días literalmente tirados por esos campos de Dios, aun nos quedaba esa cara de guasa; también a mis compañeros Rosalía y José Luis. Lamentablemente ese Campamento que llevaba doce años haciéndose no se ha vuelto a repetir.
La calidad de una foto hecha con un móvil, digan lo que digan es así, pero la imagen es magnífica:
¿Quién es quién?, ¿el marmolillo de la izquierda o el cara de la derecha?, hay quién comenta que Darwin y su espíritu. Demasiado favor.
A escasos metros estaba otro marmolillo encarnando a Haeckel. Magnífica expresión de buen gusto histórico científico a no ser porque estaban en un espacio destinado ¡¡a cafetería!! (asoma una silla a la derecha). ¿Serían criterios interactivos sicopedagógicos infectados desde la LOGSE?
Habla por si sola. Un calor de mil demonios después de una comida opípara en el puerto de Mahón, un paseito (bellísimo por cierto) en barco. A la izquierda una compañera de Soria, Inmaculada, al gamberro de la derecha ya se le conoce, y el central, ¡¡¡el inefable Cheta!!!, que atiende en su D.N.I. por Julio Reboredo. Uno de mis descubrimientos personales de los últimos años.
En la misma travesía, sin entrar en un piélago de tempestades, con otro de mis descubrimientos, el buenazo de Antonio Prado, entre los cercanos, Portabales, él sabe porqué, pero la guasa no la quita nadie. Cheta y Portabales son gallegos, de Lugo por más señas.
Seguimos con muy buenos amigos, Marga Bennasar, el inefable Juan Leal y las tres cervezas 1925, total seis amigos juntos.