Pertinaz 2015

Pues se me está haciendo larguito el año. Tras los meses de «moscarda», los intentos de restablecer la dinámica del Museo del Suárez, que en ello seguimos a todos los niveles, y menos mal que cuento con el apoyo de la Asociación Nacional de Institutos Históricos, tanto de su directiva como de bastantes socios que así lo han manifestado, porque si tuviera que esperar los apoyos de los afectados en Granada iba listo. Si a la percepción de las prioridades le sumamos escasa o nula beligerancia, el resultado es el que es, nada en definitiva.
No es por el ego, pero ya fue sintomático que una vez desaparecida la magnífica web del Museo, fue sustituida por un blog en el que se me ignora a todos los efectos. Tranquilos, no lloro, me cuerdo del proverbio, el único recurso del gallo sin cola es decir que los demás distan mucho de ser ruiseñores.
Y en este caso no dicen, sencillamente omiten.

Si a lo anterior añadimos el periodo preelectoral, debates incluidos, la gracia de un homenaje que la Junta de Andalucía nos daba a los jubilados de este año en el que se nos daba una especie de papiro y un pin, en lugar de darnos la paga extraordinaria del 2012 que nos vampirizaron por la cara, homenaje al que lógicamente no fui, pues no es una película de Bing Crosby precisamente.

De forma que vamos a sonreír un poco.

He seleccionado esta imagen al respecto. Ubico: Burgos, a la espera del almuerzo de clausura de la Jornadas frente a la Catedral haciendo tiempo y fumando; grupo de japoneses que me ven como si Colón viera la costa; eran de una sociedad fotográfica de gira-safari por España y al parecer mi perfil con la pipa les entusiasmó, desde su punto de vista al fondo salía la Catedral. Me puse a echar humo como un descosido y ellos jaleaban cada vez más (en japonés, que es una especie de gruñido que nunca entenderé). La guasa que suscitó la escena no hace falta explicarla.

Sigo. Ya va siendo hora de que me plantee otras entradas, al respecto por ejemplo de cuestiones educativas. Pero como pienso que se debe partir de los antecedentes históricos (el instituto donde estudié y yo, el instituto donde me estrené de profe y yo…), y me gusta como es evidente acompañar el texto de imágenes, pasa que en la primera etapa no salgo casi en ninguna porque el fotógrafo era yo y entonces lo de los selfies como que no. Pues ahí va una de las poquísimas en las que estoy:

Año 1963, 6º de bachillerato en el nuevo edificio del Instituto Nª Sra. de la Victoria en Málaga. Aunque no lo parezca, yo soy el de la cara de formalito, con chaqueta y gafas oscuras. Hipócrita, pues menudo era siempre lindando la travesura con el gamberrismo. Una cosa es totalmente cierta y es que estoy en el centro del «mogollón». Cuento: una vez fue al Instituto mi padre a buscarme en un recreo no recuerdo para qué, y el bedel, Sr.Parrado le dijo ¿su hijo, que dónde está?, vaya al patio y donde vea una pelotera gorda, en el centro seguro. Y la cosa es que luego como estudiante no era malo del todo, pero eso ya constituye otra entrada con dosis de surrealismo.

Vamos a ver como se agota el año con las elecciones incluidas, las aspirinas, no que hay que comprarlas. Sigo reclamando el voto para las FACONIJE (Falanges Comunistas del Niño Jesús)

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