Pues en muchos sitios han quitado, no se los razonamientos en detalle, los exámenes de septiembre, y mira por dónde estamos rodeados de noticias sobre irregularidades en la obtención de aprobados sin asistir, títulos que se han dado como en una rifa… cuestiones derivadas por un lado por la falta de escrúpulos, pero por otro por la manía de la titulitis como si fueran plumas de pavo real (macho, por supuesto, que me perdonen las feministas pero las plumas de la pava son feuchas. A más títulos, más vales; ¡¡¡toma ya!!!. Me pregunto que qué será de aquellos que no tienen más que uno pero el adecuado y conseguido con conocimiento y merecimiento.
Se me vienen a la memoria ciertas «incorrecciones» de las que en mis tiempos soltaba:
«La obligación de todo buen alumno es intentar copiarse». A renglón seguido:
«Y la de un buen profesor es intentar que no se le copien», aunque fuera casi utópico, incluso relatando formas de copiarse, lo que frenaba a los alumnos ya que veían que estaban ante un «experto».
Todo venía a colación de las formas de estudiar, que según mis consejos era muy eficaz hacer resúmenes de lo estudiado, «un tema se domina cuando se mete resumido en media cuartilla» (hoy día preguntarían que qué es una cuartilla, no me extrañaría) continuando: «por eso es bueno hacer chuletas, porque resumiendo se está estudiando». Cuantas veces hemos oído que el examen le salió estupendamente, que no le hicieron falta las chuletas. Toma, ¡¡¡porque se lo había estudiado!!!. De todas formas, las pocas veces que conmigo se atrevieron (que yo sepa) a sacar chuletas, directamente a septiembre. Medicina santa.
Pero por si acaso, inserto aquí esta imagen que mi amigo Juan Leal me proporcionó que no tiene desperdicio:
Colección histórica de chuletas del Instituto de Guadalajara.
Otra cuestión, los plagios.
He defendido otra incorrección: «una buena copia de un buen original, puede ser un buen resultado», pero ojo, eso si, citando al original. Y que sea bueno, que copiar de un churro a lo más sale un churro al cuadrado. El otro día a propósito de los plagios, Alberto Royo (uno de los defensores de lo que a mi juicio debe ser la Enseñanza) en el programa La Ventana de la SER, aludía a los plagios de Bach en su primera época de la obra de Vivaldi; se me vino a la memoria de algunos plagios «piratillas» de Haendel, y lo que es peor, las veces que me han plagiado silenciando mi autoría. De las canciones modernas ya ni hablo.
Dejemos el asunto, que el tiempo pone las cosas en su sitio (casi siempre). En atención a Alberto Royo ya que es profesor de Música, voy a insertar estas imágenes que corresponden a la actuación del coro del Instituto en la Abadía del Sacromonte con ocasión del Día de San Cecilio, Patrón de Granada.
Patio de la Abadía; el tercero por la derecha Carlos Palomares el director, gran profesor y mejor persona. La presencia de los guardias de gala se comprende. Patrón de la Ciudad, Ayuntamiento en Pleno y el que suscribe además concejal. Año 1986.
También nos han dado la vara este septiembre, porque está de moda, con el «Caminito del Rey», esa especie de sendero colgante en la provincia de Málaga que bordea un cañón cárstico, de espectacularidad indiscutible pero que parece que no había existido nunca. Mire usted, de jóvenes lo hacíamos cada vez que podíamos y nos lo pasábamos estupendamente, me refiero a los años cincuenta y sesenta y sin la parafernalia actual: