Ficha de dominó

No quisiera contagiarme con esto de la pedagogía, pero como uno lleva lo de explicar en arterias, arteriolas, venas, vénulas, capilares y hasta en los vasos linfáticos, ahí va. Explico el porqué de la ficha de dominó.
En este episodio (esperemos que tenga la calificación de episodio y se quede ahí) del virus, como se ve venir haré algunas apreciaciones, si, yo también, que soy otro contribuyente que ya ha presentado su declaración de la renta y tengo derecho.
Y lo haré cuidando de no hacer consideraciones políticas como sigue siendo la norma aunque difícilmente pueda ocultar el plumero, que sé que se me ve.

La primera es que se evidencia el polimorfismo de nuestra especie y de las conductas. Unas heroicas y llenas de sensatez y generosidad, y otras auténticamente llenas de mierda, miserables y rastreras que suponen aspectos ruines añadidos. Como una ficha de dominó, mitad blanca, mitad negra y pegadas inseparablemente ambas formando un conjunto. Me niego a pensar que la Humanidad inexorablemente obedezca a esa dicotomía, me niego a dar pábulo a lo de «españolito que viene al mundo, te guarde Dios…» por muy buen poema que sea.

Por un lado, las falsas noticias que, a todas luces interesadas nos tienen abordados y a algunos superados o infectados, que parece mentira que mentes bien amuebladas, conozco a algunas, no apliquen algo de escepticismo o sencillamente rigor, para vislumbrar la falsedad. Esto corresponde a la parte negra de la ficha, la que manoseamos con la palma de la mano para barajar sobre la mesa pero que después impide ver lo que hay en la parte blanca, la del valor intrínseco de la propia ficha.
Por otro lado, la cantidad de «sabihondos» que dominan la virología, la microbiología, las matemáticas, la estadística, la neumología, la psicología, la economía a todos los niveles…un susto.

La verdad es que eso lo tenía asumido para el fútbol, parcela en que todos los forofos son entendidos, pero ahora y a pesar de la LOGSE, todo el mundo sabe de todo, y lo que es peor, sentencia con sus opiniones. No se callarán los jodidos y dediquen humildemente algo de atención a los que sí saben.
Hombre, en lo personal confieso que lo de aplazar algunas actividades o eventos (palabra que me da repelús), lo veo natural aunque a algunos les afecte en lo económico y en lo sensible. Me refiero a las procesiones de Semana Santa, aunque al parecer este paso atrás se corregirá con dos o tres hacia delante en septiembre: megaprocesiones bajo el epígrafe de «Magna» o «Passio». Muchas vírgenes, cristos y santos a la vez. Bueno, hay que entenderlo.
Lo que si confieso que me ha alegrado es lo de suprimir Eurovisión, al menos al día de hoy está suspendida. «Litalí, zrí poin; unaited kindom, seven poin; espanien, uan poin; estonien, muchos poin», y así todos los años para oír auténticas tonterías.
¡¡¡Y qué decir del deporte!!!, al que muchos medios le dedican un exceso de atención. Los del deporte profesional por excelencia, los futbolistas, no están dando muy buen ejemplo respecto a lo económico, algunas superestrellas se están superestrellando (engrosan la parte negra de la ficha); si es verdad que lamento el aplazamiento de las olimpiadas, quitando a las superestrellas que la hay también, con su mochila de patrocinadores y demás interesados, no son pocos los que abnegadamente se entrenan sin apenas apoyos y ven aplazada la convocatoria.

Por mi parte, y ya se vio en la entrada anterior de este blog, me limito a la bicicleta pero sin excesos, que el otro día me salí del salón con tanto pedaleo desaforado. Me puse como música de fondo la «Marcha de los Voluntarios» y eso me dio un subidón en el ritmo «quepaqué». Es muy curioso y aprovecho para decirlo con sinceridad. En este confinamiento me estoy acordando bastante de una página casi siniestra de mi vida de la que apenas si hablo: LA MILI. Concretamente de los casi cuatro meses de campamento (la instrucción) en Viator, Almería; donde hoy está la legión y yo creo que ha estado siempre porque cuando estuve no se diferenciaba en absoluto, pero puede ser que el confinamiento de ahora me retrotraiga al de la mili. Cada dos por tres se desfilaba con esa marcha, la de los voluntarios, aparte de que era la misma de los documentales del NODO, pues para animarme en la bicicleta estática la busqué en «espotiflí» y para qué, aquello no era pedalear, ni Induráin o mejor, ni Guillermo Timoner (que antiguo soy).

Como ya he referido alguna vez,  mi casa está rodeada de bares y terrazas, de eso que eufemísticamente «genera riqueza y da puestos de trabajo», aparte del silencio del que disfruto, lamento naturalmente las consecuencias que está teniendo laborales y económicas, pero hay otras que pasan desapercibidas, las de la miga de pan o de la tostada que servía de alimento a tanto gorrión. Tengo el balcón de mi habitación/confesionario lleno de pájaros; cada dos por tres saco algo de pan y acuden hasta mirlos y curiosamente algún jilguero. Cosa rara pero alegra. El medio ambiente está sonriente. Va a la parte blanca de la ficha.

Lo de los aplausos a las ocho de la tarde puede ser opinable, pero lo que no es opinable es la labor de los sanitarios y esa es una forma de reconocerla, así como la del personal de supermercados, kioskos de prensa y estancos. Todos impagables. Constituyen la parte blanca de la ficha.

Que decir de las defunciones, una tragedia y máxime en los ancianos que han tenido un final fatal; sin contar que muchos en su niñez ya sufrieron una guerra y posguerra lamentable. Un periodo vital capicúa en lo negativo. Cósmicamente injusto. Vaya un recuerdo para mi antigua compañera y amiga Carmen García Arribas, impecable catedrática de Matemáticas, víctima del dichoso virus. Descanse en paz.

Ya está bien, ahora las consabidas imágenes que supongo rectificarán el gesto tan trascendente, que el buen humor no nos abandone:

Esto fue como lo de los toros, al ir eufóricamente «¡¡¡Que vamos a los toros!!!», al salir, con voz de derrota «Veniiiimos de los toros». Entrada al yacimiento de Atapuerca, un grupo de amigos indiscutibles, de izquierda a derecha, Juan Alonso al que no se le olvida, el menda, la Krmela mi mujer, Ángeles Rubio, que pasó de ser alumna a una de mis compañeras y amigas más queridas, Antonio Prado y Juan Leal de los que no puedo decir más que me han honrado y me honran con su amistad. Vimos el yacimiento y sus excavaciones, espléndida e interesantísima labor, pero resulta que en Burgos en verano hace el mismo calor que en Estepa y eran las dos de la tarde y sin nada para beber o refrescarse. Lo de Lawrence de Arabia, una broma en comparación.

Ahora una ración de bichos del Museo de mi antiguo Instituto:

Precioso ejemplar de «Serreta chica», como siempre, para pedantes: Mergus albellus. El Suárez en el Museo expone una colección de anátidas muy buena, muy bien conservada y restaurada; a propósito, en alguna restauración de la que no quiero entrar en detalles, el «artista» sólo tenía ojos de cristal de un color, así les puso a una chova (un tipo de cuervo) o a un alimoche (un tipo de buitre) unos ojos azules que ya los quisiera Ava Gardner. Lamentable. Si sirve, fue a mis espaldas. El restaurador que encontré bajo mis responsabilidades fue el ya citado en otras entradas, Albertini, y eso era un lujo. 
Pues este «pajarito» tan simpático, de tamaño intermedio entre gorrión y codorniz, es un «Frutero coronado», con las plumas que recuerdan a las de nuestros reyezuelos, y digo nuestro porque el Frutero no es de aquí ni de Europa, es de Venezuela, y por eso, por su exotismo me costó Dios y ayuda clasificarlo, es como todo el mundo sabe, el Tachyphonus cristatus. Bellísimo.
Ya puestos con exotismos, otro también amazónico aunque con un nombre rimbombante: el MOMOTO, Momottus laussonii, si exceptuamos el colorido, recuerda a una urraca por sus dimensiones, pero zoológicamente está emparentado con nuestros abejarucos. Lo atornasoleado de la cabeza (el píleo en Zoología) y el colorido de las plumas lo hacen un auténtico aristócrata.
Ya ahora un cacharro para variar:
Diapasones para figuras de Lissajous. No es que falte ninguno, es que el primero está aparte dispuesto a la demostración. Son un juego de distintos diapasones que tienen un espejo adosado a la horquilla.
Se trata de demostrar la naturaleza undulatoria del sonido, un movimiento armónico. Al espejo se le dirige un haz de luz, un foco puntual de una linterna y naturalmente lo reflejará. Si se dispone una pantalla enfrente el resultado será un punto, pero si se acciona el diapasón mediante un macillo o sencillamente por resonancia con otra fuente de sonido que puede ser otro diapasón, la luz trazará una serie de figuras en la pantalla según la vibración. Interesantísimo el hacerlo con los distintos diapasones, distintos tonos y frecuencias y por tanto diferentes figuras. 
Es un estuche valiosísimo sobre todo por su rareza, en Francia, país de origen de la casa fabricante, Secretan, causó impresión cuando expuse esta imagen.
Y nada más, a sobrellevar como ya he dicho con el mejor humor posible estos días. Y aunque no sea original, JUNTOS PODEMOS.
Suerte y ánimo a todos.

6 comentarios en “Ficha de dominó

  1. Teresa Juan

    Tiempos difíciles Luis pero efectivamente sacarle el mejor provecho, silencio de las calles con bares, es mi caso también, pero pensando en esos trabajos perdidos que esperemos todo se recupere. Ni una palabra sobre los políticos que aprovechan estos momentos tan especiales para hacer política sucia e indigna del ser humano. Preciosas las fotos tanto de las "aves" de Atapuerca como las exóticas.
    Un beso y courage como dicen los franceses.

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  2. Curro

    Para que tu veas como se clasifican injustamente tantas cosas, te diré, mi querido Luis, que yo que hice lo de las milicias o IPS, nunca desfilé con Los Voluntarios, sino con el consabido "Uno, dos", pero se decia que los milicios eramos privilegiados.Vamos la crème de la créme

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