Muchos estudios y otras cosas

Queridos confitados:

¡¡¡Hay que ver la de estudiosos que hay y lo generosos que son dando a conocer sus frutos!!!: raro es el día que no somos regalados con algún estudio de lo más curioso por no decir extravagante, y casi siempre firmados por supuestos sujetos de supuestos organismos dependientes de unas universidades rarísimas. Que si se ha demostrado (según el sesudo estudio) que «comerse las uñas favorece la infección por coronavirus»; otro, «los coronavirus y las suegras»; u otro, «la influencia de la política guerrillera de Viriato en el coronavirus»…Al final no les hacemos caso a ninguno.
Pido perdón por lo anterior, no quisiera ser hipócrita. Hay algo que no se si se ha expuesto como estudio o como algo más formal y que me suscita un guiño. Resulta que la nicotina frena al dichoso virus, que se ha disparado la venta de parches de nicotina, y los fumadores están (en algunos países, ojo) haciendo una maratón y no atlética precisamente. Como fumador, eso, un guiño, pero nada más. No pretendo incitar ni convencer a nadie.
Lo contrario sería hacer como el de la pelusa flequillera amarilla con sus alardes de gran cultura norteamericana. Que se beban o inyecten directamente el antiséptico o el desinfectante; en principio sin comentarios, pero dándole al magín pienso que si se enterara que la absorción por vía rectal (un supositorio) es casi la misma que la de una inyección, el próximo consejo de este monstruo de la naturaleza (el Señor se pasó con aquello de la diversidad), puede ser catastrófico para muchos, o una bendición para otros. ¿Se imaginan el consejo que daría para corregir una anemia ferropénica (falta de hierro), por ejemplo?, pues media docena de alcayatas por el culo.
Por cierto, el catorce de mayo de 1796 Jenner, mala fecha para los antivacunas, dio por buenas y definitivas sus experiencias comprobando la inmunidad que había provocado en miles de enfermos de viruela sanándolos. El primer paso para el desarrollo de las vacunas, aunque él, como buen británico se lo pirateó a otro anterior, al griego Timoni y no dijo nada, a copiar se ha dicho. De esa buena costumbre que le vamos a contar a la doctora R. Franklin, a la que piratearon la estructura del ADN sus propios paisanos Watson y Crick, premio Nobel incluido para ellos, que aunque bastantes años después lo reconocieran, se quedó a dos velas y se murió poco después en 1958.

En fin, no quiero frivolizar las circunstancias, pero el humor procuro que no se aleje.
Han desaparecido o disminuido las horas interminables de anuncios; notorio es que hay muchos menos y ninguno de esos perfúmenes imposibles. Es de agradecer, al igual que la atmósfera esté tan limpia, y particularmente los pájaros en el balcón enorme de mi minidespacho/confesionario. Como no hay terrazas donde picar en los restos de las consumiciones, pues decidí hace días ponerles de comer en mi balcón. Un congreso de gorriones, de mirlos y de vez en cuando ¡¡¡hasta de jilgueros!!!, que acuden creo que por curiosidad al ver a los otros, más que por las migas de pan. Animales oportunistas por las calles, cetáceos casi en los merenderos…
Presumo que no será eterna la situación, aunque lo de los pájaros lo echaré de menos.

Y como adelanté en otra entrada, lo del año Beethoven/Galdós se está notando asimétricamente como  se dice de la escalada a la normalidad. Sinceramente, y el que yo diga esto es preocupante, ya estoy de la novena sinfonía hasta el colodrillo, y eso que la letra del Himno de la Alegría me la supe entera en alemán, e instintivamente me pongo a chapurrearla a cada momento, que parece que mi tocayo no compuso otra cosa. ¡¡¡Que cruz!!!. Por eso he optado por Galdós entre que hay tiempo libre y que confieso, los Episodios Nacionales los tenía leídos a salpicones, deuda imperdonable. Ahora estoy con «Los cien mil hijos de San Luis», por si salía yo pero no. A propósito, menuda era la Jenara.
Y entre guerrilla y guerrilla dándole vueltas a mi memoria, y oye, que se me vienen los recuerdos más raros y desordenados. Me coge un psicopedagogo y hace otro estudio como los de más arriba.
Por un lado y no se porqué, porque conscientemente tengo unos recuerdos malísimos, los cuatro meses de campamento de la mili en Viator se me vienen cada dos por tres. Por otro, menos mal, me he puesto a recordar de dónde viene mi melomanía, y ¡¡¡ya está!!!, de Napoleón, tal como lo digo:

¿Quien tiene un instrumento musical, un acordeón?, NAPOLEÓN, mi abuelo materno del que además heredé la cara de guasa. Lo de la música a través de sus dos hijas (mi madre y mi tía)  y de ahí a seis nietos. Unos más que otros. Pues la foto, como bien dice la fecha, es de una «comida de empresa», en este caso de los Ferrocarriles Suburbanos de Málaga, una línea de trenes entrañable y romántica que iba desde Fuengirola bordeando la costa hasta Vélez Málaga. Tengo que acabar la historia; también en las oficinas trabajaba JOSEFINA; remátela el lector, se ve venir, soy nieto de Napoleón y Josefina, con todas las de la ley.
Vamos a cosas del Museo. 
Un bicho:
Pues si, parece un perro, un zorro o un chacal. Es un «perro de las Pampas» o como le dicen los propios, un «chilla». El nombre científico, Canis azara es un primor, ya que fue descrito por primera vez por el explorador-científico-militar-geógrafo español Félix de Azara, cuyos textos y experiencias valoró Darwin haciéndolo constar.
Otro algo más feo:
Un «pez rata», el Uranoscopus scaber como todo el mundo sabe; ojo, no confundir con «rata de mar» que es otro bicho que no tiene nada que ver. Este tiene un buen cabezón, y espinas asesinas las que quieras; sin embargo está muy bueno y hace un caldo superior. Por aquello de que tiene los dos ojos encima de la cabeza también se le conoce como «miracielo», una cursilada de benevolencia.
Y un cacharrito de la sala de Física:
Pues me trajo a maltraer, no había manera de saber ni qué era ni para lo que servía, ni aparece en catálogo alguno, al menos de los consultados de forma clásica. Un antecesor lo colocó junto a «pistoletes de Volta» porque se le parecían y ahí se quedó. En mi libro catálogo figura como «pendiente de clasificar». Es un cilindro con franjas de colores como se ve, y en su interior tiene multitud de perdigones; ese cilindro se introduce en la lata que sostiene mi mano izquierda.
Pues gracias a la visita que hizo Pierre Lauginie (es una autoridad mundial), hizo la foto y aunque tampoco tenía ni idea hizo lo que cualquier científico, lo que no se sabe se pregunta a otro que sepa más que tu. Ahí entró Francis Gires que, como el anterior son grandes amigos míos, y dio con la tecla: para demostrar casi infantilmente el principio de Arquímedes en líquidos. Se sumergirá la lata de los colorines en la externa según el fluido que se ponga en el interior de ésta última, o aumentando o disminuyendo la cantidad de perdigones.
Y nada más, vamos a seguir confitados, aunque me parece que ya hemos pasado al «hervidos».
Ánimo que ya queda menos.

7 comentarios en “Muchos estudios y otras cosas

  1. mercedes

    Me impresionó el "pez rata".
    Yo también confraternizo con las gaviotas cuando, por las mañanas, tomo el sol desde mi ventana;se posan en una farola que casi está a nivel de mi piso.
    Un abrazo marino
    Mercedes
    Mercedes

    Responder
  2. Teresa Juan

    Pues sí Luis, muy variado, desde tus ancestros Napoleón y Josefina, pasando por el disfrute de las aves, libres y sociables, hasta el pez rata, confinado como nosotros pero ése para siempre. Leer hoy el artículo ha añadido al día otro momento placentero. El primer momento de hoy ha sido, sin duda, el paseo de una hora por los campos de La Laguna.
    A seguir, un abrazo

    Responder
  3. Luiscastellon.es

    Respuesta a todos los intervinieres:

    Muchas gracias por leer y comentar el parto anterior.
    Quiero hacerlo antes de meterle mano a una entrada próxima que ya tengo en mente.
    Un fuerte abrazo y a seguir en estos días, encerrados y formalitos.

    Luis

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *