Equinoccio

 Lo titulo así porque hace tiempo hice otra entrada con el nombre de ¡¡¡Otoño!!!, y hay que renovarse. De todas formas, la palabra equinoccio es preciosa y, aparte que su pronunciación me resulta grata, es de las que evidencian su significado: equi, igual, y noccio noche, que dura lo mismo el día que la noche, aunque nos empeñemos en conservar este absurdo adelanto horario, que el Sol y el giro de esta bola no entienden.

En estos días, que se me está haciendo complicado no entrar en política ni futbol, compruebo la profusión de mensajes con una máxima, pensamiento o frase atribuida a vaya usted a saber si es verdad que dijo eso. Groucho Marx y Einstein son de los favoritos. Me gustaría que, si se pudiera contactar con ellos, preguntarles si en algún momento dijeron lo que se les adjudica. Pueden poner cara de ovni. Pero ¿y lo a gusto que se ha quedado el que lo asevera?.

Ya de tacada recuerdo frases o ideas que por motivos «raros» se omite el autor; por ejemplo, lo de «La vida es como un gallinero, corta pero llena de mierda», es ni más ni menos que de Santiago Rusiñol, tan buen pintor, artista y literato, tan fino. 
Otra como «Adios hermanos, hasta el Valle de Josafat, Dios nos la depare buena», fue de Carlos IV, la genialidad que se le ocurrió mientras lo transportaban a Francia los napoleoneros.
Pero la mejor de entre mis recuerdos fue esta: «Pase lo que pase, España siempre estará junto a Portugal», ni más ni menos que de Francisco Franco que, con su clarividencia, se adelantó unos años a lo que conocemos como Tectónica de Placas. Vislumbró que no existía un borde tectónico activo desde Ayamonte hasta Verín pasando por Badajoz. Olé. Mejor dejarlo.
Casi en el mismo contexto, bombardeado por mensajes en el móvil (creo que como casi todos) por ocurrencias referentes a la situación provocada por el virus, tengo que reconocer que algunas son ingeniosísimas y con muy buen humor; nunca he oido mejores chistes y chascarrillos que en un entierro, quien diga lo contrario es que el entierro era el suyo. Pero hago el paralelismo con otras situaciones de epidemias o pandemias y no sale. Cuando lo de las «vacas locas» o la «gripe aviar» no existía la proliferación de «guashap», y tampoco lo imagino en tiempos de peste bubónica o de cólera en los que a lo más (y a lo menos) se intentaban arreglar las cosas quemando o ahorcando a las que no nos caían bien por brujas, y mientras se sacaban a doscientos santos a la calle en procesión y claro, después a alguno de ellos se le adjudicaba lo curativo al disiparse la epidemia. No se si estoy dando ideas para la actualidad, o quizás más de uno las ha tenido ya. Ahí no habrá ni distancias ni mascarillas, todos bajo la protección de San Serapio, digo este santo porque me cae bien su procesión en Santiago de Compostela.
Consultar en qué consiste.
Debido a esa idea anterior de la «protección divina» tengo que contar, o confesar una «trastada» que me gastaron siendo concejal del Ayuntamiento de Granada. Pues como el día de Navidad de 1884 hubo un terremoto en la provincia, Alhama, Arenas del Rey y Zafarraya quedaron hechas unos zorros y se sintió incluso en Málaga capital afectando a la torre de la iglesia de Santiago, terremoto conocido como «El Gran Terremoto de Andalucía» y que en la capital no tuvo efectos, pues venga, un compromiso municipal de acudir a la patrona, Virgen de las Angustias, una vez al año en agradecimiento. Pues el responsable del protocolo, con una mezcla de cachondeo y mala leche me obligó a ir al acto ¡¡¡a mi, geólogo!!!, que siempre he defendido que los terremotos son como el amor, que van y vienen sin avisar, y menos meter a intervenciones divinas. 
Pues esta entrada va a recapitular en parte algunas anteriores, las dos dedicadas a mis episodios como opositor y la del carnet de tonto. Viene a cuento por la imagen que insertaré a continuación, la de mi carnet de catedrático, que no es que no haya conocido a alguno tonto, pero no ha sido lo frecuente. De lo que si me alegro es que si eras de una asignatura, eras de esa y nada más, es decir, que uno de Filosofía no iba a impartir así por las buenas ni Literatura ni Matemáticas, aunque después vino la cosa de las «afines» que era un eufemismo para ahorrar profesorado, de forma que no fue raro el que una de Geografía diera Lengua u otras situaciones aberrantes. Claro que con esto de la «innovación» tan de moda, hay una cantidad de asignaturas que vaya usted a saber de qué van y quien las da; Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, (4º de Eso) una de ellas, y me consta que la impartirá un Biólogo, brillante y con grandes conocimientos en lo suyo, pero me parece tirar de la guita hasta el absurdo.
Vamos a las imágenes:
Pues si, el carnet parece que estuvo en la Batalla de Oñate (se nota que estoy con Galdós); en la foto parezco Palafox con las patillas y el bigote. Tengo que añadir que el Número de Registro Personal fue variado al año de recibir el carnet ascendiendo dos lugares, al A-10-EC 3157; entonces significaba algo, hoy lo dudo empezando por que ni existe ese cuerpo de Catedráticos numerarios. Otro día volveré al respecto.
Un animalito del Museo:

Pues un simpático y magnífico ejemplar de frailecillo. En alguno de los trasiegos del material del Museo se perdió la cartela original del XIX, pero en el Catálogo de la época si venía registrado como Mormón fratercula. Ojo a los listillos, siempre respeté la nomenclatura de la época aunque no corresponda con la actual.

Un más que precioso ejemplar de ammonites cedido por el antiguo alumno Alberto López Galindo, hoy investigador del CSIC. Lo notorio es que NO ESTÁ FOSILIZADO, que conserva su nácar y en un estado que ya quisieran los maquilladores de Sálvame.
Y como siempre un aparatejo de la Sala de Física:
Su nombre, aunque suene a abstracto, es el de «Armaduras para análisis espectral». En realidad es un accesorio para experiencias muy vistosas con los espectros de la luz. Colocando esos discos metálicos, que en realidad son filtros, antes de la proyección del espectro, éste se verá condicionado por la forma de la rendija, en cruz, en círculo o la elegida. Al girar el prisma que origina el espectro, los colores irán variando de posición desde el rojo al violeta interpretando nuestra visión un falso relieve de dicho espectro. 
Y creo que con esto he satisfecho a los que me decís que hago las entradas del blog muy de tarde en tarde.
Venga, a no dejar las mascarillas y nada de botellones ni imprudencias, Como siempre, paciencia y buen humor.

8 comentarios en “Equinoccio

  1. Unknown

    Don Luis:
    Yo que soy fan de la geología que, me hubiera gustado, habría iniciado en mi hospitalaria Granada de no haber sido los avatares del destino tan ingratos e injustos para el que teclea palabras ahora… considero muy negativo seguir con la tradición de adjudicarle a santos y dioses el salvarnos o protegernos del infortunio y las miserias mientras al médico, profesor o científico le quitamos eso que se conoce como "auctoritas" que se desconoce por esos que hacen del "juasá" y del "feisbuc" palabra de Dios.
    Quizá si este país fuera otro, un terremoto sería explicable por la Ciencia y no castigo divino.
    Qué bonito instituto el Padre Suárez.

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