Elegancia

La verdad es que lo que quiere decir la palabra «elegancia» se presta a muchas interpretaciones según quien y cómo la aplique, pero desde luego que se puede coincidir cuando no existe elegancia o hay escasez de la misma: «trato elegante», «qué elegante viste», «un reconocimiento elegante»…. para su uso tanto en Matemáticas como en ajedrez suele ser adjudicado a soluciones simples frente a otras farragosas. La simplicidad y lo directo si parecen que, en casi todos los casos, llevan a la elegancia.

Toda la parrafada anterior va de la ausencia en estos tiempos en los que nos empeñamos en complicarlo todo en aras de esa supuesta «libertad» que nos permite alejarnos de una mínima ciudadanía. Algún ejemplo: aunque parece que se vislumbra el fin de la obligatoriedad «mascarillera» y no hablemos de las distancias físicas, que también. ¿Porqué hay tanto operario apoyado en una esquina o portal, mascarilla abajo, echando humaradas infames con un cigarro que parece otra cosa?; no me parece elegante ni la postura física ni el que el fumar sea una especie de salvoconducto para saltarse las normas. Asombrosamente doy ejemplo, sólo enchufo la pipa dentro de la casa. Lo mismo del que va repartiendo cosas y cigarro en la boca, la mascarilla en Torrelodones; ah!, y frecuentemente con un gesto desafiante próximo a la chulería. Ojo, que todo lo anterior es aplicable igualmente al pijo, que vestido muy elegantemente (?) va conversando o hablando por el móvil. No sabía yo que el llevar la mascarilla en su sitio y el móvil fueran incompatibles.

No se queda atrás el asunto de las distancias físicas. Muy difícil el andar por una acera y encima por el sentido de la derecha. Vienen de frente grupos, muy alegres eso si, que no dejan resquicio, y para colmo la nueva figura de peatón que ha aparecido: el cartabón peatonal. Se trata de un auténtico cartabón que barre toda una acera y te obliga o a bajarte o a hacer un malabarismo. El cartabón, comparándolo con un triángulo rectángulo está formado por dos catetos, uno es la altura física del individuo, otro la distancia hasta sus pies del perrito minúsculo, rabiosillo y cagón que está paseando, y la hipotenusa la conforma el cordelito o cinta que va desde las manos del bípedo hasta el cuello del animal. Esta última no perdona, o te bajas de la acera o, mirándote de forma perdonavidas la acorta el bípedo para que no tropieces. Formas poco elegantes del personal en este periodo.

Otrosí digo. Ha sido el Día del Medio Ambiente y me vienen varias conjeturas. Hace unos años se publicó un libro, que naturalmente tuvo poquísimo éxito, titulado «Ecología y Negocio». No hace falta ser un lince para escudriñar sobre el asunto. Hay tanto parque eólico proyectado que superan la capacidad de las redes eléctricas, tal como suena. Alguien se hará de duros, seguro. Consuma, consuma soja y sus derivados, al Amazonas que le den, pero, ¿y lo «moelno» y ecológico que está lo de la soja?; y lo mismo con el aceite de palma y casi con los aguacates, al tiempo.

Se puede llegar incluso a que tener rocas con lepidolita puede ser una maldición. Me explico: le lepidolita es una mica con Litio, y prácticamente es el único mineral del que se extrae. ¡¡¡Bienvenidos los coches eléctricos!!!, harán que unas multinacionales exploten el mineral haciendo un hoyo dantesco (una «corta» en minería), expropiaciones, nuevas comunicaciones, fuera población o bosque o ecosistema establecido que hay que dar paso al progreso y con el rollo del coche eléctrico-Litio o lo que sea, hay que hincharse. Y me pregunto, ¿porqué en lugar de esa apabullante publicidad de coches eléctricos, no se incide en la de coches pequeños que siempre contaminarán menos?. En la actualidad no hay coches normalitos, hay monstruos culones y todoterrenos que llevan quienes no han conocido más tierra que la de los tiestos de geranios, y encima lo usan hasta para recoger al nene del colegio, privado, eso si, y ¿que van a decir el resto de los padres si aparezco con un coche utilitario?. Otra conducta ausente de elegancia por lo aparatosa por cateta y contaminante de verdad. En su descargo, el monstruo culón todoterreno, ¡¡¡es eléctrico!!!.

A los que me dicen que hablo mucho del pasado, razones obvias, son mis elementos de juicio, pero son los mismos o casi, de los que se alegran que en algunos sitios quieran implantar en los centros educativos el Himno Nacional a la entrada. No se si tararearán los nenes el «chunta-chunta…» la letra de Pemán o la última maravilla de letra de Marta Sánchez. Me quedo con la incógnita. Se me ocurre que según sea la primera hora de clase, pueden poner por la megafonía al Aserejé, al Macarena (sería vistosísimo en el patio) o al coro del Nabuco; en todo caso el alumnado se lo pasaría pipa.

Mejor lo dejamos y pasamos a imágenes, hoy todas del Museo, incluso la primera que suele ser «familiar»:

Pues así fue el «meterle mano» a estructurar el Museo. Tras las opinables «obras de mejora» del edifico, el material científico se encontraba de esta manera, con vistas a los «fastos del 1995», los 150 años del Instituto. A mi izquierda Mapi, de blanco Carmen y de pié Eduardo. Sin su ayuda no hubiera sido posible la puesta en marcha. Es un reconocimiento tan justo como elegante en el sentido más oportuno de la palabra, no hacerlo sería una grosería impertinente. Cuando entramos, el Cristo estaba boca abajo; no me pareció elegante y se corrigió al momento; las cajas eran auténticas sorpresas, unas con conchas, otras con fósiles, otras…pero todo cuidadosamente apilado, mezclado y apelmazado; las etiquetas con lo que eran estaban agolpadas en otras cajas distintas. Todo muy pensado para nuestro posterior entretenimiento…¡¡¡y una m…!!! Nadie, ni el fotógrafo siquiera (sic) daba un duro por lo que hicimos.

Una de bichitos, Sala II (o la que llamábamos Sala II).

Una magnífica cabeza de quebrantahuesos. De los dos que había, la actuación de un supuesto «restaurador» en mi ausencia, transformó al otro en una especie de trofeo propio de venta de carretera; éste se salvó. Era de Sierra Nevada, al igual que algunos que están en el de Historia Natural de Londres, Que cosas se han hecho. A los alumnos en las visitas les indico que se fijen, que es el único buitre con bigote, que es una de sus características.

Estantería con tres monos, hay más. Los dos de la izquierda son Platirrinos, es decir, con tabique nasal grueso y que se aprecia en el desvío de las ventanas nasales, cada una mira para un lado; el de la derecha, un Catarrino, tabique nasal profundo como el nuestro, más evolucionado, y las ventanas nasales frontales. El de la izquierda es un tití, clasificado en su día como Jacchus vulgaris, el del centro un lemur o maquí mangosta, como Lemur mongor, y el más evolucionado, el de la derecha, un macaco mona, Cercopithecus mona. En los tres se tuvo el detalle de disecarlos evidenciando la actividad prensil de la mano como buenos Primates.

Algún cacharro:

Ese aparatoso microscopio, aunque esté en la Sala de Física corresponde su uso al análisis mineral. Digo aparatoso por que parece que con tanto accesorio debe ser la monda. La verdad, y lo digo por experiencia personal, es que su manejo se aproxima a una penitencia y con resolución discutible. No voy a entrar en detalles del polarizador, la lente de Bertrán, el condensador, etcétera, pero en estos de la marca Meopta, al cabo de un rato se te salía el ojo por el objetivo. No dejan de ser importantes en la historia de la microcopia de polarización, en su tiempo eran de lo más.

Y nada más, a esperar más vacunaciones colectivas, coherencia en las conductas, espero, mascarillas en retroceso prudentísimo, y que sigáis leyendo estos partos. Señal que estamos vivos. Abrazos..

18 comentarios en “Elegancia

  1. Luis Jr

    Querido padre, como siempre cachondo tu artículo y de acuerdo con lo de los perritos (Te recomiendo al respecto leer «Hormigón» de Thomas Bernhard, donde pega un rapapolvo monumental y desternillante a los dueños de perros). En cuanto a lo del cultivo de la soja es error achacarlo al consumo humano: la mayor parte es para cebar / alimentar a los animales que luego, otros, se comen. Y lo de los coches eléctricos, bien, no son la solución, más que nada porque hay que ver el origen de esa electricidad, que en muchos casos es fósil. Pero que haya cochecitos tampoco: bicicleta.

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  2. Antonio Quesada

    Una entrada elegante, Luis. Sin lugar a dudas. Hay mucha elegancia en la forma de decir las cosas, con una cierta sorna pero todo más real que la vida misma. El problema está en que en tantas ocasiones, como describes muy bien, la falta de elegancia deja paso a la falta de respeto más estruendosa. Lo del triángulo, brillante, creía que iba a ser algo en sentido figurado, cuando me he dado cuenta de que es absolutamente real. Y lo demás también.

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  3. Antonio F.

    Un utilitario consume muchos menos que un todo terreno, pero cada vez predominan más estos últimos. Esta mañana vi pasar un buque de crucero para 1886 pasajeros, y los he visto más grandes.

    Entre los buques de crucero y los de contenedores, cada vez hay más elementos de gran consumo y de gran riesgo circulando por más sitios.

    Debo de estar volviéndome ya muy viejo, porque me sorprendo a mí mismo diciendo «¡Hasta dónde vamos a llegar!». A ningún sitio bueno, por supuesto.

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  4. José Luis

    Muy bien todo, como siempre. Un añadido a las bulas masqueriles: los niñatos/as y adolescentes/as cuarentones/as comiendo una bolsa de chuches y/o ganchitos a lo largo de una media maratón.
    Apostilla filosófica: la elegancia es la praxis de la estética. Si ésta es mala, la otra no puede ser buena. Y la estética se construye en la esfera ética, conformando su relación con la naturaleza, el yo y el mundo (copiando la filosofía de Eugenio Trías). Así que una mala elección del color de la camisa te puede llevar al infierno metafísico…

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  5. Jesús

    Gracias, Luis. Me ha encantado la referencia que haces a la elegancia matemática. Es un concepto que lucho por meter en la cabeza de mis alumnos. Cuando lo empleo en clase, normalmente me miran con cara de estar pensando «este tío lo flipa»; pero algunos ya lo van pillando. Y es que es un concepto importante; quien capta la elegancia matemática es capaz de captar la elegancia de Bach, de Borges, de Modigliani o de una paella, por ejemplo; cosa que en los tiempos cazurros que corren, no es moco de pavo.
    ¡Un abrazo!

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  6. antonio

     El lémur me ha recordado que mereció el primer soneto sin ripios que conozco en la historia de la poesía española. Su autor, J.J. Tablada. No te lo copio por si los de letras me acusan de meterme en terreno de ciencias. Saludos corteses, con mascarilla y mucho cariño

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  7. Pelayo

    Muy buenos días de sábado:

    Aunque un mes tarde, aquí vuelvo a leer tus deliciosas entradas.
    Me gusta bastante el cambio de estilo del blog: más ligero para los ojos, al menos los míos, y ahora no se repite tres veces cada respuesta que publicabas.
    Hay una entrada de Jesús sobre la «elegancia matemática» que suscribo totalmente como profesor.

    Un saludo.

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  8. Jose E Moratalla Molina

    Novedoso , original y moderno en la presentacion ; en contenido al mas puro estilo castellonensis, …….ameno , rico en conocimientos con ese punto analitico elegante, bien condimentado , salpimientado que resulta agradable al paladar de la inteligencia. Un abrazo

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      1. Jose E Moratalla Molina

        Dependerá del dia, del calor mediambiental, y del «cálculo del maestro de la cocina «; pero a modo de sugerencia y nunca recomendacion ; el toque de elegancia lo tiene quien puede y nó quien quiere ; Tú ,maestro en el pensar y en el decir , tienes poco ó nada de » cocinero mexicano » ……..D- Elegante

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