Envidia

La imagen previa a comentar: El otro día salió en La Opinión de Málaga un reportaje sobre la Academia Luis Vives de Málaga como es lógico. El reportaje se hizo gracias al entusiasmo de mi hermano Federico; me pidió fotografías y busqué especialmente esta, no porque saliera yo con nueve años, sino porque fue la primera que se hizo al instalarse en la Plaza de Uncibay, estrenando el rótulo. Como algunos sabrán la Academia estaba en nuestro propio domicilio y la ampliación era muy necesaria, afortunadamente. Esa foto no salió en el reportaje porque se me escabullía, no la encontraba a pesar de rezarle a San Cucufato (los que no sepan la oración que la busquen, sale en internet), y como suele ocurrir, buscando otra cosa la encontré. El que se ha perdido es el cartel, que los nuevos propietarios lo han sustituido por algo más acorde al siglo XXI.

Vamos al título de la entrada, Envidia.
A nadie sorprenderá que es el pecado capital más capital de todos en esta tierra hispana, la envidia.
De una forma simpatiquísima fue analizado ya por Fernando Díaz Plaza en su serie de libros sobre los pecados capitales, y viene a cuento ahora por dos manifestaciones envidiosas que he detectado sin mucho esfuerzo. Aparte que uno, sin proponérselo, pero sinceramente lo digo, ha sido objeto de envidias en demasiadas ocasiones y no por motivos materiales precisamente, pero que a juicio de observadores muy próximos y de confianza, la actitud de algunos sólo se explicaba por este pecado, la envidia. Peor para ellos, sobre todo si era verde. Es sabido que se comienza por la «envidia sana» (vaya tontería, no existe pero queda bien), de ahí a la envidia amarilla y se pasa a la verde, como la bilis. Alarma con este color, es el de los cocodrilos y el de las ortigas.
Vuelvo a lo de las dos manifestaciones, una respecto a ciertos colectivos y la otra a personas.
Lo de los colectivos, y no se piense que cometeré el error de entrar en política, que no lo haré, viene por la envidia que manifiestan los obispos respecto a los jueces. Me explico, estos últimos son una lotería geográfica. En unos sitios aceptan y dan luz verde a medidas antipandemia, en otros a las mismas medidas les dicen que nanay; debe ser porque unos estudiaron leyes en una facultad de derecho distinta, o ese día no fueron a clase y en lugar de toga y puñetas, estaban vestidos de tuno dando brincos con la pandereta. Obsérvese el esmero que tengo en no introducirme en vericuetos políticos.
Pero ah!!, se dicen los obispos, no vamos a ser menos: en unos sitios se autorizan procesiones, con su cruz de guía, banda de música, penitentes, carritos con chucherías, el paso o trono con el santo/a encima…en condiciones, y si no hay alguien que cante una saeta sale el sacristán y a ver cómo lo arregla. En otros sitios, de procesiones nada de nada, el que las quiera que se vaya a donde estén autorizadas, que eso de las calles estrechas es de mentes acordes, estrechas; que hay calles muy cofrades con cuatro metros y se llaman Ancha de Santo… (el que sea), ¡¡¡que Ancha ni niño muerto!!!, si con el ancho del paso/trono ya no cabe nadie, y por mucha mascarilla que lleve el personal (ojo, que se está estudiando por expertos acreditados el llevarla por encima del capirote), ¡¡¡pues no, no y no!!!, que no salen.
Personalmente entiendo bien a estos últimos, aunque se evidencia que esta disparidad de criterios episcopales atufa a la otra disparidad envidiada, la judicial.

Ahora a por las sorprendentes envidias personales: ¿Quién le iba a decir a un sujeto llamado Manuel Jesús Rodríguez Rodríguez que iba a ser objeto de la envidia megalómana más grande del siglo XXI?. Pues ese envidiado, de la Axarquía de Málaga es ni más ni menos que el conocido por el koala, obrero del campo y de la construcción, no se si con un máster de esos que se rifan, pero que su deseo era hacer un simple corral, «un corrá»; pues él, que anteriormente tenía al apodo del «Ducati», ha suscitado un ataque de envidia en otro cantante más fisnos, se llama Nacho y se apellida Cano y se ha dicho a si mismo «¿Que éste con ese aspecto cucurbitáceo peludo quiere un corral?, pues yo, acorde con mi alcurnia, UNA PIRÁMIDE. Que se va a creer, que se vaya al Rincón de la Victoria a comer espetos con los dedos, que yo me quedo con mi pirámide en Madriz comiendo gambas con cuchillo y tenedor».

Así se escribe la Historia, una envidia tras otra sin distingos de ningún tipo. Por cierto, parece que lo de la pirámide al final será sustituido, megalomanías las justas.

Hace tiempo que no dedico un parrafito a lo de las benditas lecturas en este tiempo pandémico. Ahí va:
Me estoy hinchando aunque algo selectivo. No está el ambiente para echarle leña al fuego; empecé y llegué hasta más de la mitad, La Peste, de Camus, se me vinieron los ánimos a los maleólos y lo he pospuesto. Tres cuartos de lo mismo con La Familia de Pascual Duarte, de forma que me pasé a lecturas menos pesimistas, una de Historia de la Ciencia de López Piñero (una joya), otro de Pérez Reverte, varios de Pedro A. de Alarcón (El Clavo y El Sombrero de Tres picos entre ellos, se leen en un pis pas, una cosa que se llama «Las cloacas del poder» que me ha despistado, esperaba algo de más altura y amplitud, una prueba que mi buen amigo Bustamante me ha hecho llegar de su nueva novela, pero que no digo título ya que yo mismo le sugerí cambiarlo y que me ha gustado, le deseo éxito. Y como la cosa iba dentro de lo trascendental, me dije de invadir a la literatura más humorística aunque menos trascendental, no por ello vituperable: Álvaro De la Iglesia lo garantiza. Se le puede criticar su tendencia derechoide (sólo ver biografía), su latente machismo y mil cosas más, hoy políticamente incorrectas, pero garantiza la sonrisa, y a veces la risa y carcajadas. Olé, es lo que nos hace falta. Que recuerde llevo leídos Nene, caca; Mundo, demonio y pescado; Todos los ombligos son redondos; Un náufrago en la sopa; Los hijos de Pu; Solo se mueren los tontos…y no sigo que tengo en la cola a otros. Parece que me he vuelto lector vegetariano. Me sienta muy bien, las pretensiones para otro momento.

Y vamos a las consabidas imágenes del Museo que dejé en el P. Suárez:

Parecían olvidados los celentéreos, nooooo. Precioso ejemplar de Tubipora. En realidad es una colonia de pólipos mineralizados externamente y con forma tubular cada uno. Su asociación como si fuera un paquete de macarrones, les da ese aspecto de órgano de ahí que el nombre de la especie sea «música». Tiene guasa que esté casi en peligro de extinción sobre todo por culpa de los coleccionistas y para adorno de acuarios. Añadí esa etiqueta (cartela) reconociendo el contraste, pero la original es casi ilegible; fue encontrada literalmente entre basuras.

Hoy me dado por bichos marinos. De entre la espléndida colección de moluscos, destaca una muy buena representación de lapas, Patellas y Fisurellas (las que tienen una perforación superior), ésta concretamente es la Patella testudinaria, una preciosa lapa de Panamá. Los «moelnos» han cambiado lo de Patella como todas las lapas, por Celiana; sus razones tendrán pero a mi juicio confunde más que resuelve.

Y algo de Física como es costumbre:

Lo de «espejos deformantes» es un término poético-literario que me parece algo cursi. Un Espejo Cóncavo como puede verse a simple vista. Se cuenta con una buena colección de cóncavos y convexos en diferentes monturas. La de la imagen es de madera, otras son metálicas y todas bellísimas. Claro está que la imagen que reflejan, al no ser espejos planos, está deformada, bien alargada, achatada o invertida, depende de la distancia. Recordemos aquellas casetas de feria con una megafonía de carcajadas enlatadas y títulos tan originales como engañosos: «El baño de Cleopatra», «Los extraterrestres»… y al entrar eran «los espejos», dicho con decepción y algunas pesetas menos; a mi parecer eran entretenidas, y sin regateos, con fundamento científico.

Nada más por hoy, que voy a seguir informándome de lo del volcán canario. Deseo que no haya víctimas y que los siniestros sean lo menores posible, pero sin dejar de reconocer que el espectáculo es soberbio; no es ni frivolidad ni «estúpido racionalismo».

Abrazos, besos y arrumacos y el deseo de una buena entrada otoñal ahora que recuperamos algo de vida extrapandemia.

13 comentarios en “Envidia

  1. Mercedes

    Mi ignorancia me hacía pensar que algunas de las lapas que encontraba en la arena de la playa de Riazor estaban perforadas en la parte superior debido a la erosión. Gracias por sacarme del error!
    Me gusta la foto de tu vivienda de la infancia con tu presencia en el balcón central.
    Abrazos
    Mercedes

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  2. antonio

    Te hubiera puesto todas las estrellas si hubieras citado En el cielo no hay almejas. Basta este título de Álvaro de la Iglesia para explicarse por qué apenas hay jueces en el santoral y los obispos canonizados no se pueden contar por miles como las vírgenes.
    Y si te gustan los buenos tragos amargos, lee Abel Sánchez, novela de Miguel de Unamuno; tiene ya cumplido el siglo y no ha perdido actualidad.

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Querido Antonio, gracias por intervenir pero te digo que «En el cielo…»lo leí hace muchos años, en efecto, muy bueno. Pero ten en cuenta la cantidad de libros que escribió Alvaro de la Iglesia. Por cierto, lo de Unamuno en estos tiempos, con bicarbonato; no me importa pasar por lerdo pero complicaciones unamunianas ni una. Ya he dicho que por ahora soy un lector vegetariano, comidas sencillitas, sin grasa ni carne y que no me supongan ponerme como «El pensador» (Rodin). Ya llegará el otoño-invierno.

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  3. Antonio Bustamante

    Mi querido amigo. te agradezco la mención que haces de la novela que aún está en proceso de correcciones. Un escritor, creo que Hemingway, ya dijo que el primer borrador siempre es una mierda.
    Me ha encantado la foto de la academia de la Plaza de Uncibay; yo estuve recibiendo clases de refuerzo, en una de la Plaza de la Merced. Con mucho sacrificio de mis padres.
    Este verano he vuelto a leer la Sombra del Viento que es una excelente novela y me he atrevido con El Hombre del Piolet, la biografía de Ramón Meercader, el asesino de Trotsky. Toda esa etapa de comienzos del siglo XX es apasionante, desde la Gran Guerra, la Guerra Civil, la 2ª Guerra Mundial, la Rusia de Stalin. En realidad aquello era desastre y tragedia, más que política.
    Siempre terminas con unos buenos detalles de la naturaleza en los que destaca tu calidad de profesor: ciencia accesible con pedagogía.
    Hasta la próxima un abrazo.

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Pues tu borrador superaba a los vaticinios de tito Ernesto a mi parecer y ya te lo dije. En fin, tu eres el padre de la criatura.
      Esas lecturas que dices las anoto pero por ahora seguiré con Álvaro, hasta que entren los fríos al menos.
      Gracias por el piropo naturalista (casi 45 años en la enseñanza oficial no se borran así por las buenas) y por intervenir y seguir «mis partos». Abrazos.

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  4. Antonio F.

    ¿Tu hermano Federico era conocido por Fredi? Si es así, yo creía que se llamaba Alfredo, porque conozco a un Fredi/Alfredo.

    A mí también me echó un poco para atrás el comienzo de Pascual Duarte. Un tanto bruto y sórdido me pareció; pero seguí adelante, y me alegro, porque Cela se ganó justamente su fama con brillante prosa en su primera novela. Admiro a quien, siendo joven, es capaz de ponerse en los zapatos de alguien totalmente diferente, porque ese el es principio de la comprensión entre humanos.

    Si eres capaz de describir al diferente, poniéndolo de narrador, y eres capaz de narrar como si tú fueras el otro, tienes una capacidad de empatía o una inteligencia fuera de lo normal. Es un libro muy corto. Merece la pena.

    Me gusta todo lo que escribes, pero todo no lo puedo comentar, así que te diré que me gusta la música de Mecano, pero prefiero mil veces un «corrá» a una pirámide. Antes de que me hubiera dado tiempo a oír la primera vez al Koala, me sorprendió la pregunta de una traductora inglesa amiga mía: «Antonio, ¿qué significa «Opá, yo viasé un corrá»?» Me quedé unos minutos fuera de combate. Esta mujer, culta, que entendía de casi todo, no entendía al Koala, ni yo a ella.

    Un abrazo.

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  5. Jose E Moratalla Molina

    Como es habitual, te paseas con elegancia, delicadeza e ingenio por conocimientos, recuerdos , actualidad y anécdotas con naturalidad y un toque de sal y pimienta. Podias ponerle el capirote de los Obispos a Nacho Cano y alquilarle la carpa-pirámide a una autoridad eclesiastica para cultos de pandemia…y nos pareceria bien ; porque tienes el arte de dosificar noticias como un buen restaurador » los pinchos » ( estan todos a la vista y te decides por uno…. otro ó el que hace esquina , por su aspecto y apetencia ).
    No sientes ni padeces esa envidia que comentas y no estás falto de motivos , pues el trabajo, dedicacion y acierto que tuvistes con tu Museo fué , y será causa de apropiacion indebida, falta de reconocimiento y moneda de cambio entre instituciones , personas e indocumentados en donde si se profundiza un poco aparece » un poco de envidia » y no de la sana.
    Gracias por regalarnos, conocimientos de polipos mineralizados, moluscos, lapas y espejos deformantes.
    Feliz entrada de Otoño , a la vuelta de la esquina.
    Pepe Moratalla

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Primero y principal: Muchas gracias por intervenir.
      Pepe, te pasas en piropos, para tu tranquilidad te digo que procuraré seguir en la línea. Aunque para la próxima entrada me veo obligado a poner la imagen de una Fisurella (la lapa con agujero encima) para satisfacer alguna otra entrada de otros parroquianos. Lo digo porque siempre voy rotando. De camino «despisto a algunos envidiosos». Fuerte abrazo

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