¡¡¡Descacharren!!!

En casi este mes de abandono de este magno blog, los acontecimientos me llevan a titular esta entrega de esta manera: ¡¡¡Descacharren!!!.
Para los que tengan algo de memoria, y para los que no también, con ese título había una atracción de feria consistente en unas baldas sobre las que había una serie de cacharros de barro, orzas, botijos, jarras, lógicamente de barro basto, objetos a los que había que derribar o romper a base de impactos con tres bolas ladinamente forradas de trapo, que por 50 pesetas (fue el último precio que recuerdo), el novio gallito intentaba deslumbrar con su fuerza y tino a la candidata a compartir sus días, algo así como un pavo real intentando deslumbrar a la pava con su rueda. Es de suponer que el amasijo de cachos de barro y búcaros perjudicados, era llamativo. Romper y derribar; eso es todo. De construir, nada de nada.
Pues a lo largo de este agosto, por ahí han ido las cosas: ¿Que hay que ahorrar energía? Digo que no. ¿Que hay que adoptar medidas sociales? Digo que tampoco. Me falta, ¿Qué dicen que no me tire por el Tajo de Ronda?. Me tiro. Por eso, en esta ocasión me veo empujado a un escrito de lo más surrealista como se comprobará en las siguientes líneas.
Por lo pronto, avanzo esta imagen:

Con toda mi buena voluntad e ilusión, estoy intentando explicar al pavo real que no pierda el tiempo, que haga la rueda y a ligar, que nos rodeaba una situación «rara», y que como decía mi gran amigo Juan Conde «yo, follar y pasteles«. Pues el pavo, ni caso; un ninguneo absoluto a mis dotes como profesor.
Y eso que no le oculté las nuevas (creo que no pasarán de ahí) «serpientes de verano» que han venido a sumarse a las clásicas. Aunque parezca increíble otra vez han sacado al Lago Ness con su monstruo; se ha rescatado lo de la «desaparición de la Luna», aquel eclipse de 1110 que se interpretó de esa forma, hoy algún terraplanista lo haría igualmente; para equilibrar la cosa otros salen con lo de la «muerte del Sol», como si no se supiera que no es eterno, pero que le queda, le queda. Y las nuevas «noticias estivales» pues eso, a caldear el ambiente con un montón de virus chinos, que por lo visto aparecen en toda la escala zoológica de ese país; les falta decir que eso les pasa por comunistas. Ahora, eso si, esas noticias víricas se preceden con una imagen de un microscopio. Debe tratarse de virus gordos, hartos de pizzas y hamburguesas, ya que por lo que sé, no son visibles al microscopio óptico; ya hablé en otra entrada de Ivanovsky.
No se vayan, que aún hay más. ¿Que el Reino Vegetal se iba a ir de rositas? ¡¡¡Una leche!!!, ha aparecido la «gripe del tomate».
Todo lo anterior se complementa con unos sabios consejos, más manidos que el sudar con estos calores, sobre ¿Qué hacer ante picaduras determinadas?. Así vemos sensatísimos y pedagógicos artículos sobre las picaduras de las garrapatas, de las medusas y de las víboras, eso si, cada uno por separado, que no se diga que no se preocupan por nuestra documentación sanitaria.


Otra cosa es la moda (?) de los pinchazos, que no picotazos, en las discotecas o en las aglomeraciones. La verdad es que me deja para el «Descacharren«. El asunto deja vía libre a múltiples interpretaciones. ¿Se inyectan sustancias? ¿Cuáles? ¿Finalidad? ¿Son los pinchadores violadores en potencia o tienen otros objetivos?. Sea lo que sea, no me gusta nada.

Y como todo lo anterior, repito, me lleva al surrealismo voy a ampliar:
Entre los tutes de leer que me estoy pegando, quise aumentar la lectura surrealista e hilarante iniciada hace tiempo con el Gurb de Eduardo Mendoza, releí «Cejunta y Gamud» de Álvarez Molina (una joya no suficientemente valorada), y aterricé en «La novela del indio Tupinanmba» de Eugenio F. Granell. Surrealismo a todo trapo.
Para entenderlo mejor, son buenos algunos apuntes biográficos sobre Granell, gallego, con dotes intelectuales diversas, exiliado durante buena parte del franquismo. Reconocido, no mucho, pero reconocido en los últimos tiempos. Durante el exilio conoció a T. Bretón, con lo que se le disparó el surrealismo. Como era del POUM, de tendencia marxista-troskista, durante el exilio fue perseguido no sólo por las derechas sino por los estalinistas. Doble persecución.
En buena parte autobiográfico, el indio Tupinamba es el vehículo de sus ideas. Sirva comentar que tenía la habilidad de quitarse y ponerse la cabeza como si fuera una gorra, tal como suena, y que ante un pelotón de fusilamiento formado por estalinistas, como sabía que apuntaban a la cabeza se la quitaron, el indio, su novia gitana y su suegro. Acabados los disparos se la volvieron a poner en su sitio. El estalinista que dirigía al pelotón le preguntó cómo lo habían hecho. Tupinamba le reveló como quitarse la cabeza, pero no como volvérsela a poner. El estalinista quedó decapitado.
El libro es una secuencia de metáforas sobre la guerra civil y el exilio. A veces recuerda en alguna intención a Max Aub en «La gallina ciega».

Los calores, o mejor, las calores me han hecho meditar empujado por el surrealismo. Me pregunto si no serán causados por un original proyecto educativo estival propuesto por algún experto/a para que los nenes no se aburran. Me explico: se les aconseja que lean un libro en verano, de la biblioteca escolar a ser posible, y como habían varios ejemplares iguales, cogieron El Quijote. Craso error. No habían pasado del primer capítulo y casi no entendían nada: ¿duelos y quebrantos? ¿palomino de añadidura?..pero ¿qué dice?. Las áreas parietales y occipitales del cráneo, algo menos las temporales, comenzaron a recalentarse y recalentarse hasta comenzar a echar humillo. El experto/a dio con la solución: Quijote fuera. Aventuras de TinTin y los lectores en fila india uno tras otro con un potente ventilador tras la coronilla del último para refrescar las cabezas. Fracaso total.
El barbudo de los tintines no tiene ninguna gracia, y ese profesor despistado tampoco, para colmo sale un perro de mierda que se las quiere dar de listo. La temperatura sigue subiendo y el aire caliente empuja a las nubes y no hay manera de que llueva, además de repartirse por todas partes. Como libros hay muchos, tenemos para rato.
El proyecto educativo ha sido seleccionado por la inspección por lo innovador y ha recibido un premio en Buenos Aires.

Lo dejo, ya está bien.
No me resisto a aconsejar un libro que, aunque salió hace dos años, me tiene anganchadísimo: «El infinito en un junco», de Irene Vallejo. Lo conocí a través de mi amigo Antonio Bustamante al que le agradezco el consejo. Nada más lejana su temática de los proyectos educativos, innovaciones y otras cuestiones que si que son muy, pero que muy surrealistas. Al loro.

Vamos a las fotos de algunos elementos del Museo del Suárez:

Poca explicación requiere. Un magnífico esqueleto de tortuga con su peto. La procedencia es de la casa Èloffe y Cia de Paris al igual que otros esqueletos de la colección.
Confesaré por honestidad una malicia. Cuando me hice cargo de conformar el Museo, algunos elementos parecía que venían de Verdún o de Belchite; éste era uno de los perjudicados. Se le hizo una buena restauración/reposición y, si no lo digo ni se nota. Señal que estuvo bien hecha, no como los ojos verdes que les pusieron a algunas aves.

Y algo de Física:

Tomando la referencia de las bombillas se puede idear el tamaño del artilugio. Se trata de un Puente de Wheastone, eso que servía (y sirve) para calcular una resistencia desconocida aplicando las leyes de Kirchoff. En este caso las cuatro resistencias son conocidas, las cuatro bombillas, puesto que se compraron a la vez y se pusieron para que el aparato no diera la impresión de «cojo».
Cuestión de intercalar una como problema.
El circuito se completa por la parte posterior. Una forma directa mucho más elocuente del Puente de Wheaston que el consabido circuito dibujado en un papel.

Y nada más por hoy, con el ruego de que la lectura haya sido desde la óptica surrealista, a esperar que llueva.

20 comentarios en “¡¡¡Descacharren!!!

  1. José+Cecilio+Cabello+Velasco

    Lo de quitar y reponer la cabeza me interesa sobremanera.
    Pero el tal Tupinamba debió aprenderlo de san Dionisio Aeropagita, que a lo que se ve, tenía la misma virtud o cualidad, y que en la capilla neogotica a él consagrada en el conjunto abacial sacromontano, presidía hasta que lo escondieron, su retablo barroco.
    La verdad es que daba yuyu su contemplación que invitaba poco a la plegaria.

    Responder
    1. antonio

      Siempre he admirado a san Dionisio porque, decapitado en París, cogió la cabeza, se la metió bajo el brazo y echóse a andar tan campante y llegó a Jerez al mismo tiempo que el infante don Alfonso quien, antes de ser sabio y rey, ya les iba ganando tierra a los moros. Se saludaron en la puerta y el infante lo alojó en un templo que cristianizó y lo puso en una hornacina, en todo lo alto, para enseñarles a todos que si no querían perder la cabeza se la limpiaran con agua del bautismo. Y allí sigue. El Aeropagita no murió decapitado por lo que, al tener cabeza, no puede ser venerado en España, si bien hay quien lo tiene por patrón de las criaturas que se alivian con uno o los cinco dedos de las visiones aéreas que los dejan esnoclaos, pero me avisan que es una falsa etimología, ya que su pagita se escribe con g de Grecia.

      Responder
  2. antonio

    Por alusión al tomate, ahí lo llevas . Se lo ha dedicado a Paco que cuida a mi Paco, único español que conozco que ha comido con doña Queen Elisabeth.

    Cuando estuvo la reina de Inglaterra en Sevilla
    tomó un gazpacho mudo. Por su augusto gaznate
    silenciosas cautelas deslizaba el tomate
    mientras lores comunes le guardaban la silla.

    Sin el rumor del ajo, le agradó la cozquilla
    del aceite y el deje del pimiento que bate
    al rústico pepino, y el vinagre que late
    con retrogusto agrario de sherry o manzanilla.

    Le trajo sin cuidado que el autor de Fabiola
    naciera en Mateos Gago; se sumergió en la ola
    del gratísimo aroma del azahar -que en fauces

    inglesas deja un deje de rubia mermelada-
    y levantó sospechas porque volvió algo ajada
    como agua con cansera de repetir sus cauces.
    El autor de no nació en Mateos Gago, sino en una su bocacalle que ahora se llama Fabiola. Pero el don Gago, furibundo antidarwinista, ha tener placa y memoria en una ciudad tan milagrera y devota.

    Responder
  3. Antonio Prado

    Magnífico título, Luis, y un comentario a la vez festivo y agudo, ideal para leer en tarde de sábado. Además, leyéndote siempre aprendo algo. Por ejemplo, la faceta literaria de Eugenio Fernández Granell (coruñés y no catalán, como podría indicar su segundo apellido) que yo conocía como pintor, pero no como incisivo escritor. Por lo tanto, y una vez más, gracias.

    Responder
  4. Antonio F.

    Querido Luis: me apunto los libros que recomiendas para mi inmensa lista de lecturas pendientes. El Quijote, sí que lo leí en su día, y los «duelos y quebrantos» los busqué en el diccionario.

    En cuanto a la filosofía, me considero juancondista acérrimo. La práctica más reciente, ya tal.

    Un abrazo.

    Responder
    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Tranquilo con lo de libros pendientes, sólo con lo que se edita al día no nos da tiempo vital; por mi parte, leo lo garantizado.
      No sólo si viajo pido en La Mancha unos duelos, sino que de vez en cuando los hago, que son muy fáciles. Al colesterol que le vayan dando.
      Juan Conde era un personaje entrañable, y más inteligente de lo que algunos creían. Lo echo de menos. Abrazo, Antonio.

      Responder
  5. Antonio+Bustamante

    Mi querido amigo
    Estupendo resumen de este agosto atípico que parece que va a convertirse en típico por aquello de las epidemias, el cambio climático, la crisis económica y, para colmo, los políticos que no se van de vacaciones. Nos seguimos refugiando en los libros que esos no te engañan.
    Ya mismo empezamos el nuevo curso académico y esperando la lectura, la experiencia y la chispa de un profesor «con méritos».
    Un abrazo

    Responder
  6. José E. Moratalla Molina

    Querido maestro y amigo Luis :
    Como es habitual en tus comentarios , con sutileza, ingenio, conocimientos y memoria de elefante te paseas por casos y cosas que nos ilustran y nos divierten. Comparto el pensamiento actualizado de DESTRUIR a lo » Putin » ó segando hierba bajo los pies ( tecnica politica muy utilizada, envuelta en papel celofan de moderacion ) y no se dedica alguna actuacion a CONSTRUIR para aportar algo ++ , ó contribuir a la evolucion social de presente y futuro… es lo que hay. ,, Descacharren , buen titulo……., pero no recogen ni los » trozos de las jarras, orzas y botijos ; abandonados y que contaminen el medioambiente , como si les fuesen ajenos los restos de la» danza conquistadora del Pavo a la Pava. Cuanto se malsiembra y consecuentemente que poco se recolecta.
    La foto con el pavo real es elocuente ; me apunto a lo de tu amigo Juan Conde » Yo F… y …. mas bien pasteles en la actualidad, del recuerdo tambien se nutre uno.
    Gracias por » recetarnos » dosis adecuadas de vitalidad, energia y entretenimiento ; pero no te retrases tanto que la atonia se cronifica.
    Un abrazo sincero
    JMM

    Responder
    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Ya sabes que en lo que expones no puedo rebatir nada de nada. Pero ojo con el caldo de cultivo en el que se está sembrando. En otra entrada lo ampliaré.
      Cierto que he dejado demasiado tiempo entre una entrada y ésta, pero los motivos en buena parte los conoces. Espero que poco a poco la cosa se regularice.
      Muchas gracias y fuerte abrazo

      Responder
  7. Pepe Melero

    Querido Luis: pues afortunadamente ya acabó agosto. Lo digo por los calores y las migraciones. En Málaga y en Granada se entiende que queramos descansar de las hordas de turistas, que según la hostelería nunca son suficientes. Lo cierto es que de un tiempo a este parte el estio (no puedo resistirme al juego de palabras), me produce hastío: por las masas de personas de las que yo mismo formo parte, por el calor, por las noticias tontas y por algunas razones más que seguramente tienen que ver con que me estoy haciendo mayor. La semana que viene nos toca el editorial en el telediario de la vuelta al cole y de la depresión postvacacional, descritas, eso sí, por los correspondientes expertos, y después comenzará de nuevo el «sesudo» curso político. En fin, no quiero repetir lo del hastío y por eso me reitero en nuestra común pasión por la lectura, que considero uno de los pocos refugios de la actividad personal en el que sigue siendo completamente libre. Un abrazo

    Responder
  8. Mercedes

    Poco más puedo añadir a los comentarios anteriores. Me despisté en leer el blog.
    Sólo decir que me encantó «El Infinito en un Junco».
    Su autora, Irene Vallejo, es una gran escritora.
    Buen comienzo para los que estéis en activo!
    Un abrazo
    Mercedes

    Responder
    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Muchas gracias Mercedes.
      En efecto, Irene Vallejo escribe estupendamente, aunque, como no, en este país sale lo cainita y ya he oido a algún detractor.
      Me sumo a dar ánimos a los que estén en activo, que les hará mucha falta; nunca pensé que me alegraría tanto de no estarlo.

      Responder

Responder a Luis Castellon Serrano Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *