¡¡¡Susórdenes!!!

Un mes, si, un mes entre esta entrada y la anterior («Canastos») que aconsejo leer a los que no lo hicieran para tomar el hilo de esta.

Fácilmente entenderán el porqué de este mes otoñal silencioso. Lo haré tras la primera imagen «festiva» con que suelo iniciar estas prístinas entradas:

Con tanto jalloven y tanta tontería supuestamente siniestra (ya dediqué una entrada a esta memez), he rebuscado esta imagen de una estancia en Londres, que no se queda atrás en lo tétrico. Camino a la casa de mi hijo y de mi nuera, me dio un ataque de Nosferatu, y encima con la pipa ya en una mano casi escondida porque eso si, no se podía fumar dentro, que estos ingleses son muy mirados.

Pues como decía, lo de este mes creo que se entenderá: ¿No ha pasado más de una vez que se ha tenido un sueño, y al día siguiente se repite? Pues eso, y encima el sueño fue una pesadilla. Si en la primera ocasión quedé cansadísimo, hecho un tubo de dentífrico estrujado, con mi recogedor en una mano y el escobón en la otra, vestido de legionario tras obedecer con un «¡¡¡Susórdenes!!!» y colocarme tras el culo de la cabra, escapada posterior portando cagarrutas y demás peripecias, a la noche siguiente la pesadilla continuó y para peor. Cuento:

Salía yo del café Gijón, con mi recogedor y el escobón ya libres de cagarrutas, y me planteé quietarme de en medio, bordeé la calle, tomé una cuesta y me encontré ante una boca de metro que ponía «Chueca». Creía que en el interior iban a cantar lo del «pobre chica la que tiene que servir…», por aquello de la proximidad a mi estampa lastimosa, pero no, bajé una escaleras buscando a la soprano y lo que vi fueron unos bancos frente a unos trenes que pasaban. Me dije, ¡¡¡aquí!!, me tumbé en uno de los bancos menos sucios, me quedé frito no sé cuanto tiempo y al despertar me encontré de nuevo el recogedor lleno, pero esta vez no de cagarrutas caprinas, sino de procedencia canina, además con unos anillos de moscas alrededor de mi cabeza que, como si fuera Saturno, servía de núcleo de atracción. Menos mal que la borla que cae desde la gorra las espantaba de mis ojos y narices. Para algo debía servir, digo yo. Me refiero a la borla.
Salí a la calle y vi otra abundancia de banderas, pero con más colores que las de abajo en el desfile. Casi completaban el arco iris. Desorientado, pero a paso legionario y con toda la dignidad del mundo, fui por varias calles y de repente me encuentro cierta aglomeración alrededor de una estatua con otro legionario como yo, sólo que de metal y mucho más grande. Me cuadré al momento y con el recogedor y el escobón le hice un «presenten armas» que ya quisieran los novatos. El grupo de asistentes rompió a aplaudirme llegando a la ovación, mientras me gritaban ¡¡¡»Viva Millán Astray»!!!, ¡¡¡Muera la inteligencia!!!, y de entre ellos se me acercó uno bajito que, escoltado por guardias municipales, me abrazó y me pidió mi dirección para enviarme una cesta por Navidad llena de madroños.

Se comprenderá que la resaca de estas noches de pesadillas me han dejado listo. Menos mal que parece que no se ha repetido la pesadilla. Aunque totalmente despierto me encuentro con otras cosas que casi lo son. Al referir el sueño a alguien, me ha respondido: «eso es un metaverso», y me he planteado si lo de «muera la inteligencia» me ha hecho efecto. ¿Qué será eso del metaverso», ¿Será que me he vuelto tonto del todo y no lo entiendo?, Como tampoco entiendo lo del «Vishing» o el «Sexting»; con calzador y la ayuda de Google lo de «Resiliencia», y ya para el suicidio cuando, una vez superados algunos palabros, que no palabras, de los que amenazan a los profesores, aquellos de «procedimentales» o «actitudinales», lo de «diseño curricular» o «competencias», ahora una nueva vuelta de tuerca, los «descriptores educativos». Bendita jubilación. Vamos, que si me pilla en activo y me dicen que me toca ser «descriptor educativo», al pronto cojo el recogedor y el escobón de la pesadilla y me pongo a bailar una polka entre la selva de ordenadores y alumnos en que se han convertido las aulas. Pues no soy yo nadie como «descriptor educativo». Lo dicho, lo de «muera la inteligencia» parece que surte su efecto.

Y antes de pasar a las imágenes del Museo, un ruego, léanse los pies de las mismas. Hoy la explicación de algunas supera a lo científico y deben conocerse.

Ya se que no está completo, que es una sección de la parte central de un trilobites, el tórax, pero no deja de ser muy vistoso por su enorme tamaño, los trilobites no solían ser artrópodos gigantes, y este Paradoxides, de estar completo llegaría al medio metro. Ya Pio Baroja eligió este nombre del trilobites para su personaje literario, Silvestre Paradox, por su afición a la Paleontología.

Una hermosa defensa de rinoceronte, 87 cms ni más ni menos. En el catálogo histórico, 1888, figura como procedente de la India, y en la actualidad en la India no hay rinocerontes con defensas tan descomunales. Se deduce que este propietario decimonónico no sólo es que esté muerto, que lo está inevitablemente, es que se ha extinguido, seguirán otros más modestos y que ofrezcan menos materia prima supuestamente afrodisíaca,

Y ahora de Física:

Van las dos imágenes seguidas.
La de arriba es un aparato de radiotelegrafía, un Morse, con su cinta y todo, el pulsador está aparte.
El de abajo se conoce como Cohesor de Bradley o de Branly y su uso es complementario al anterior aparato. Nos informa de cuando se reciben mensajes.
Pues bien, estas dos joyas supusieron en otro Instituto el que arrasaran con todo el patrimonio. Me explico, 1872, 1876. Guerra Carlista, Cuenca. Se produjo el penoso hecho del saqueo de la ciudad conocido como «Saca de Cuenca», los carlistas reivindicando a Carlos VII, en el pecho bordado el lema «detente bala», con las consignas de «Dios, Patria y Rey», «Altar y trono», o «Abajo el liberalismo», se enteran que en el Instituto que ya previamente habían usado como cárcel, estaban estos aparatos de telegrafía entre los instrumentos de Física. Solución rápida para evitar que se comuniquen con las tropas liberales, se arrasa el Instituto y listo. Medidas quirúrgicas propias de quienes llevaban esas consignas.
Lo anterior, no solo está recogido en estudios recientes, hasta mi compañero y amigo Antonio Prado lo citó en un artículo de nuestra revista «Cátedras y Gabinetes», sino que fue bastante bien reflejado por Don Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales.

Lo dicho, «Muera la inteligencia».

Y aquí lo dejo hoy, se me han quedado cosillas en el tintero, pero eso, si no vuelven las pesadillas, será pronto. Abrazos, besos y arrumacos a todos.

20 comentarios en “¡¡¡Susórdenes!!!

  1. Jose e. Moratalla Molina

    Querido Luis , querido profesor : Has logrado que el sueño , la confusion ó la desorientacion sea contagiosa ; por un momento no sabia si con tu recojedor y escobón eras candidato a Inagra ( se lo comentaré al Alcade Cuenca ) ,ó barres a prepotentes, rastreros ó defensores de la nada y/o nostalgicos.
    Me sigue gustando tu fluidez , tus palabras , con sal y pimienta ( diciendo sin decir )
    No te escondas tanto, no es resaca ; sé que otros menesteres ocupan tu tiempo y preocupacion . Un abrazo sincero con mi enhorabuena.
    Pepe Moratalla

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  2. Amalia Rodríguez

    Los sueños son una otra realidad aunque formen parte de la surrealidad según los doctores de la iglesia de los
    -ismos . La narración de tu sueño la coge un buen guionista ( tú mismo ) y pelicula hacemos.
    Cuántas cosas tienes en tu(s) tintero(s), canastos !!

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias Amalia, y porque no he querido ampliar el sueño/pesadilla. Cierto, en «mi tintero» hay muchas coas, algunos dicen que demasiadas. La cosa es que no las tiro a la basura, las reciclo.
      Lo de Guión de cine me queda muy apartado. No tengo ni puñetera idea de como se hace; salvo que un «cazador de talentos» en un rato libre de conmigo.
      Muchas gracias por intervenir. Fuerte abrazo.

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  3. Mercedes Álvarez

    Hola Luis,
    Tiempo sin leer tus blogs, por lo menos desde el verano. «Mea culpa», son tan entretenidos e interesantes como una buena novela.
    Gracias por no decaer.
    😘

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  4. Guillermo Herrero

    Cuidado, el surrealismo onírico te amenaza, incluso cuando bajas al suelo. Muy propio de jubilados. No todo el pasado fue mejor y menos mal. Un abrazo. Faltaba la txistorra en ese plato

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias Guilermo por intervenir. Siempre he tenido tendencia a lo surrealista, lo que pasa es que ahora me lo ponen en bandeja. Si terefieres con lo de la txistorra al plato alpujarreño, fíjate bien que la hay, o al menos parecidísima; como aquí se dice, una «tajá de morcilla» y una «tajá de chorizo». Abrazos desde el Sur.

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  5. ftorres@

    ¡ muera la intelugencia,….y también mueran los feos!!!! Mira que he estudia’o veces el significado de “sus ordenes” y no conseguí entenderlo nunca: si dices o te dicen…, puede usted retirarse, … decir “sus ordenes” era y es superfluo y melindroso. En uno de los cuarteles donde antes enviaban a los jóvenes españoles a hacer la mili, con el pretexto de hacerlos hombres, se recibe un telegrama: por favor, comuniquen al soldado Peláez que su madre ha fallecido y por favor haganlo con delicadeza, es muy sensible. Discuten varios mandos quien se lo comunica y todos rechazan hacerlo por lo doloroso de la situación.. Al final ordenan a un cabo, oriundo de la zona más oscura de la Aloujarra granadina, que lo comunique “con toda delicadeza” a Peláez tan mala noticia. Y el Cabo dice: “sus ordenes” (que no sabemos muy bien si ello significa “sus ordenes, o.k. , o “sus ordenes me las paso yo por el forro,… el caso es que el Cabo forma a todos los soldados del cuartel en la Plaza de Armas y les dice, cuando están todos firmes: A ver, soldados, den un paso al frente todos aquellos que tengan madre: varios soldados dan un paso al frente, también Peláez, y el Cabo le grita: Pelaeeeeeez, “aonde Pollas vas”.

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  6. Antonio+Bustamante

    Amigo Luis, tus pesadillas y la forma en que las describes, pueden ser el núcleo de una buena novela negra, con misterio incluido. El problema es que una novela en la que ganan los malos no se vende; bueno, las otras tampoco.
    Un abrazo

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