Otra vez un fin de año, fiestas y bicarbonato. Para no ser repetitivo, si se quiere, ocioso lector, véanse las entradas en este magno blog correspondientes a diciembre de años atrás, poco puedo añadir sobre mi opinión de «Fiestas entrañables».
Y antes de comenzar con la estructura habitual de mis entradas, voy a aclarar el título de la presente: no sé porqué cuando se refiere uno a eructos, parece que es a algo escatológico o de mala educación; nada más lejano, es saludable y, según que civilizaciones es hasta obligado hacerlo como muestra de cortesía si se es invitado. Seguir leyendo