Supervivientes

El título de la entrada ya apunta a lo que sigue dadas las fechas y antecedentes.
Si escribo esto y algunos tienen el valor de leerlo, es que hemos superado las tres etapas de las «fiestas entrañables», auténticos supervivientes. ¡¡¡Enhorabuena!!!, el año que viene más de lo mismo.

Una reflexión, aparentemente reiterativa se me ha venido a las entendederas. Ya el año pasado mostré mi perplejidad ante lo inaudito de la puesta en escena de los anuncios navideños de perfumes. Este año he caído en la pasividad ante los mismos de los movimientos feministas; no sólo por los anuncios en si mismos, que se las traen, sino porque se deduce que al parecer las mujeres en España huelen peor que los hombres: de cada diez anuncios de perfumes, siete son para las mujeres. Lo mismo es porque si el futuro del tarrito es ser regalado, quieren dar ideas a los hombres porque somos más dadivosos y torpes (?), o será para que se imaginen que al echárselo salen de una alberca dorada y ellas emergen como la de la película Goldfinger. ¡¡¡Vaya estupidez!!!.

Como este año es bisiesto y el Pisuerga pasa por Valladolid, he repasado anuarios y me he encontrado con esto de 1979:

Pues si, daba ejemplo de no atropellar a nadie con esos carritos gigantes a los que me referí en otra entrada. Además ese modelo de mochila estaba diseñado para engancharlo a los asientos del coche de forma eficaz y comodísima. Ni meses que me chupé ser porteador hasta que el peso venció a mi espalda. La foto me la hizo en Loja un buen amigo, Pepe Muros; al fondo se vislumbran los morriones de los Incensarios (para los que no sepan lo que son, youtube o internet al canto, merece la pena). Además, dado el año que era, es curiosa la pintada que aparece «Vota libertad, UCD». Ni que decir tiene que en aquellos tiempos el llevar a un niño en una mochila no era muy frecuente, menos en una población pequeña/mediana, y menos aún el catedrático y vicedirector del Instituto…¡¡¡Dónde vamos a llegar!!!.

Pues será por lo bisiesto, que siempre me mosquea algo, pero me ha dejado casi con estupor el que ahora los obispos piensan establecer unos cursillos prematrimoniales, preceptivos para las bodas por la Iglesia, que duren dos o tres años. Un Máster, vamos. Mientras supongo que los novios pueden  tener hijos, casarse por lo civil, separarse, decirle a la descendencia «ya te bautizaremos, que nos quedan tres asignaturas que aprobar de los cursillos, nos echan las bendiciones y después al bautizo».
Si las bodas de Canaan fueran hoy, tendrían una asignatura de Enología como optativa. Eso se llama ganar adeptos.

Ahora algo más en serio. Al parecer entre otras cosas este 2020 será al «Año Galdós» (por Don Benito) y el «Año Beethoven» (por Don Ludwig). Siempre viene bien, pero con mesura. Me alegro muchísimo por Galdós ya que en mis años mozos no se prodigaba mucho su lectura parcialmente censurada por laico y republicano, y encima defensor del evolucionismo darwinista; muchos Episodios Nacionales y poca Fortunata o Tormento. Esperemos que podamos disfrutar de esas obras que fueron llevadas al cine aunque con cuentagotas.
Lo de Beethoven si es para temerle. No quisiera que me hagan aborrecer algunas obras, pienso en el cuarto movimiento de la novena sinfonía, cuya Oda a la alegría me la se entera en alemán, o el Para Elisa (Paralisa con la sinéresis), que ya aborrecí hace mucho tiempo. La consideré la pieza tonta con que los aspirantes a pianistas querían lucirse tocando sólo los primeros compases, lo que seguía ya era más difícil. No es la primera ocasión que a Beethoven le pasaba esto; su Concierto para violín precisamente no encajó de buenas a primeras por que a los violinistas de la época les parecía muy difícil. Cobardes. Pero al igual que si no hubiera sido por Mendelsson, Brahms, Berlioz, Liszt y Wagner, que rescataron sus partituras casi del olvido, no quisiera que ahora caigamos en la saturación salvo para extendernos en obras tan importantes como «menos populares», su música de cámara, religiosa, su Fidelio, sus canciones…por ahí vale.

Y vamos a las imágenes del Museo:

Precioso estuche con cuarenta y ocho muestras de elementos químicos puros. Adquirido a finales del XIX.

Pareja de aguzanieves o lavanderas. La pongo no sólo por lo bonitas, sino porque ayer vi a un energúmeno en pleno centro de Granada intentando darle una patada a un ejemplar. El ave voló y él no hizo caso a mis voces, apresuró el paso. Añado que esas etiquetas obviamente no son las originales, se perdieron, pero la clasificación es la que figura en el catálogo general de la época, y que el género Motacilla ofrece mucha diversidad de especies desde siempre.

Ya ya puestos, otra pareja que no se si habrán hecho el Máster referido anteriormente. Preciosa pareja de cascanueces, uno procedente de Francia y el otro «granaíno». Ya había globalización en el XIX.

Y nada más, que acabemos enero superando la famosa cuesta y con buen humor.
Abrazos.
Por cierto, a los que deseen comentar estas entradas. Por lo visto está todo bien, no se si es que a veces la conexión con el blog flaquea. Misterio. Intentarlo de todas formas, los comentarios son refrescantes. Gracias.

8 comentarios en “Supervivientes

  1. mercedes

    Vivan Ludwing Van Beethoven y Benito Pérez Galdós! La foto de 1978 con tu hijo a tus espaldas es preciosa y también, en otro orden, la de las parejas de aguzanieves y de los cascanueces.
    Feliz comienzo de 2020.
    Abrazos
    Mercedes

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  2. Teresa Juan

    Preciosa foto con el nene y muy útil. Mochila sencilla y multiuso pues también servía para el coche. Ahora, yo como abuela, veo lo complicado que lo han hecho con tanto carro y sillitas. Me ha gustado eso del master de los curas para los casamenteros, si creen que esa es una manera de atraer a las parejas para que se casen por la iglesia, allá ellos. Haciendo lo imposible para traerlos al huerto.
    Preciosas fotos de las lavanderas y los cascanueces
    Un beso

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  3. Unknown

    Pues sí, de la novena de Beethoven no nos libra ni Miguel Ríos. Yo ya tengo un compromiso para cantarla y solo de pensarlo se me encoge el guajerro.
    Bonitas fotos las de las lavanderas. Aún se pueden ver ejerciendo en el Genil alegrándonos las mañanitas.

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