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Astracínica

 Es lo que me está pareciendo, bastante cínica. Claro está que alguien pensará que porqué no Astracínico; evidente, me refiero a la vacuna, no al vacuno que sería un ganado que en esto no tiene nada que ver. Voy a tener que darle la razón, que la tiene, a Darío Villanueva Director de la RAE, cuando opina que la «corrección política» es una forma de «censura posmoderna». Pues volviendo al principio, decía cínica porque eso de que el tanto por ciento de efectividad esté variando según los días, los efectos secundarios lo mismo, que ahora llegan tantos miles de dosis o no llegan, que en Italia había camuflados un güebo de millones de dosis por el Corleone de turno…¡¡¡cínica!!!. Si viviera Graham Green en estos tiempos, lo de El Tercer Hombre con los chanchullos alrededor de la penicilina quedaría cortito.
De todas formas, a ver si me citan de una p.. vez y me vacunan con la que sea, la astracínica, la rusa, y la que van a sacar los laboratorios Pérez Giménez, los del Calmante Vitaminado.
Algunos me comentan sobre este magno blog, que a veces parezco el abuelo Cebolleta con sus historias. Vamos a ver, uno escribe echando mano de aquellas cosas de las que tiene constancia, de lo que sabe que ha ocurrido, no soy de ciencia ficción futurista, sería cuestión de intentarlo, pero hoy por hoy mi gran soporte es mi buena memoria. Si, memoria, de esa que me decían de joven que «la memoria es la inteligencia de los tontos»; pues debo ser tonto de remate porque tengo una memoria bastante buena. Tan denostada ha estado la memoria, creo que por modas o como refugio de los que o la tienen fatal o no la han desarrollado, que ahora ha vuelto a la palestra en las «formas educativas: educar menos con la memoria y más en competencias». Vaya por Dios; el que suscribe, reconociendo el riesgo de pasar por trasnochado, no entiende eso de las «competencias». Inocentemente creo que competencia es Pepsi-Cola con Coca-Cola, Burger-King con Mc. Donald, si me aprietan Salieri con Mozart, pero lo de que enseñar Matemáticas u otra asignatura sea enseñar competencias de las mismas me deja algo turulato. Dicen los «expertos» que enseñar las competencias del Matemáticas es hacerlo de una forma ética y actualizada y demás vocablos güeros; no se que cara pondría Pitágoras. 
Como dice acertadamente mi amigo Alberto Royo, los «expertos» creen que tras la enseñanza memorística se siguen escondiendo cosas como la lista de los Reyes Godos. Pero de ahí a que no se sepan los de la casa de Austria que son muy poquitos, o al esperpento que me imagino (mira por dónde, ahora voy a ser futurista): el cirujano bisturí en ristre dudando en que si lo que tenía que operar era el epéndimo o el epidídimo, que no se acuerda porque las palabras se parecen tanto…, que tendrá que verlo en Google. Válgame Dios; para que me siga el amigo lector, el epéndimo es el canalillo que atraviesa la médula espinal, el epidídimo es el que va desde los testículos al pene. No se acuerda, no hay memoria porque esa clase fue de competencia anatómica entre la médula espinal y los cacharros de triquitriqui, pues nada, siempre nos quedarán Google y los «expertos».
Pues venga que queda menos, y nos lo están facilitando. Mañana es Domingo de Ramos junto al que me parece tan insoportable como tozudo cambio de hora, y mientras sometido a las distracciones más sorprendentes. Venga programas y anuncios en todos los medios de cosas de comida, de gastronomía imposible, de cómo se fríe un huevo de un animal rarísimo en la Polinesia; la cantidad de rosquillas distintas que se hacen en España. Para colmo, si los anuncios que ya referí en otra entrada sobre los ardores y estreñimientos sacaban a jovencitas barriguilla al aire (discriminación evidente), ahora hay uno para evitar colonoscopias (literal), en el que por coherencia del tramo del tubo digestivo en este caso más distante, sale una señora con sus arrugas y todo. 
Y que decir con lo entretenidos que nos tienen Rociito y Antonio David; no es frivolidad, pero vaya entretenimiento despistante mientras el virus sigue haciendo estragos y las calles y plazas llenas de imbéciles con el cubata en la mano, franceses o no. Me falta (otra vez futurista) un notición sobre Paquirrín o Froilán; ¿guardarán turno en la vacunación?¿se asociarán para poner un merendero en Matalascañas?. No veáis la cantidad de titulares y tertulias que eso supondría. Entretenidísimos.
Antes de pasar a las imágenes, últimamente hago alguna referencia al mundo de los libros como ya sabéis. En esta ocasión la referencia es un lamento, una situación que no veo con optimismo. La de la Biblioteca de Andalucía con sede en Granada desde su fundación. Pues veo que va por el camino de la Escuela Andaluza de salud Pública, de la gestión de la Alhambra, de Sierra Nevada o del Parque de las Ciencias; desde hace dos años está pendiente su nueva ubicación (y eso que la Universidad ha ofrecido unas instalaciones más que oportunas), pero parece que el «Sevilla first» vuelve a imponerse; ojo, que el día menos pensado nos salen con que ya está la nueva ubicación ya intuimos dónde. Adiós Biblioteca de Andalucía en Granada. Ojalá me equivoque. Sería otra tarascá más a la estructuras nacidas y asentadas en Granada por muy malafollá que se tenga.
Las imágenes:
Morriña pura y dura. Como hace mucho tiempo que no se viaja, pues ahí va esa en Londres, que no es porque le tenga fervor ni al avión ni a Londres en demasía, que aparte de lo cultural creo que tiene la particularidad de ser el único sitio del mundo donde no llueve para abajo, llueve por los lados y para arriba, te pongas como te pongas sales con las bajeras empapadas. Pero fue un viaje al fin y al cabo. En la imagen entre Krmela y yo está mi nuera; el fotógrafo, nuestro hijo, y llevamos más de un año sin vernos; más morriña. 
Vamos a las del Museo:
La cosa va a ir hoy de Mamíferos, que los tenía algo olvidados. Se trata de un ocelote, para eruditos, Felis mitis, y según catálogo del XIX del Paraguay. García y Álvarez, el papá de las colecciones estimó con muy buen criterio que a los mamíferos se les disecara con la boca abierta enseñando la dentición, imprescindible para su estudio, y se observa estupendamente lo enano de los incisivos, el gran desarrollo de colmillos y al fondo la muela carnicera; saberse estas cosas no es ninguna «competencia», es Cultura y no de la recalcitrante, básica. La piel de este animal ya se sabe, para abrigos de pudientes con más presunción que escrúpulos.
Otra de Mamíferos:
Recuerda a un ciervo; no lo es exactamente. Es un canchil o «ciervo ratón», el Tragulus javanicus, propio de la isla de Java. Este artiodáctilo (palabro que significa «uña partida y que engloba a ciervos, cabras, gamos, etcétera), quedó aislado en Java y de ahí que su evolución fuera por otros derroteros. Carece de cuernos tanto el macho como la hembra, carece de libro (no de leer, sino en su estómago de rumiante), proporcionalmente las patas traseras están muy desarrolladas y es de pequeño tamaño, no llega a los cuarenta centímetros.
En el Museo lo situé junto a la orangutana por aquello de Java y que a la mona le recordara otros tiempos. 

Un cacharro de Física y Química:
Una hermosa Pila de Volta. Para llegar a este estado tanto Jesús Sanchez Tallón como Alberto Gómez Hernández y el que suscribe estuvimos buscando agujas en diferentes pajares. Más abajo lo explicaré, ahora adelanto el artilugio que es muy importante: el amigo Volta, fue de los primeros que observó que dos metales diferentes en contacto producían cierta electricidad. Hizo una columna con monedas «apiladas» de cobre y cinc alternates y entre ellas un disco de fieltro impregnado de un electrolito, puede servir hasta la sal común, é�ste hará de conductor entre los metales que mediante una reacción de oxidación reducción originan cierto voltaje. Para observarlo, la primera y última «moneda» de la columna tienen un orificio donde enlazar un cable, en la época no había «pinzas de cocodrilo»; se comprueba que entre ambas hay una corriente eléctrica. Dada la forma del artilugio, de ahí viene el nombre de PILA generalizado a todos los que suministren una corriente. Napoleón cuando lo vio se entusiasmó y galardonó a Volta todo lo que pudo. Aprovecho para significar, sin entrar en cuestiones políticas como es norma, el interés y respeto que el emperador mostró siempre hacia la Ciencia y científicos; no se nos olvide que hasta la Termodinámica le debe bastante en sus orígenes. Encomendó a Carnot que estudiara el porqué del calentamiento de los cañones, que influía en fallar el tiro, y Carnot sienta las bases de la Termodinámica, concretamente de la segunda Ley. Los cañones siguieron fallando.
Una apreciación, éste cacharro al igual que casi todos los históricos, no debe prodigarse en su uso actual, mejor no hacerlo, ya que es muy fácil repetirlo con discos o arandelas de cobre y cinc y si se quiere en lugar de fieltro, un disco de cartulina.
Precisamente por haberlo intentado alguien hace tiempo con no demasiado esmero, lo encontramos así:
Obsérvese que hay pocos discos metálicos y encima están afectados por el descuido; probablemente por haber impregnado los fieltros en un ácido muy enérgico (¿sulfúrico?)

Tarea de búsqueda y limpieza de discos y fieltros.

Un paso más y la pila va creciendo:
Y el paso final está en la primera imagen. De primera comunión.
Y por ahora lo dejo, a esperar que otro «intelectual» cambie los nombres de las calles como ha hecho el de Palma de Mallorca: «de lo sublime a lo ridículo hay sólo un paso». Sólo falta que en Granada cambien los nombre árabes de ciertas calles por adjudicarlas al integrísimo islámico.
Suerte a todos, creo que me está llegando la hora de la vacuna. Lo diré, tanto si es cínica, rusa o china.