Tranquilos, no será un resumen de prensa de lo acontecido en 2019. Sólo serán un manojo de ideas con algún recuerdo añadido.
Estas fiestas «entrañables» las subdivido en tres etapas. Lo de «entrañables» lo entrecomillo porque puede ser que se llamen así por la alteración que producen en ciertas entrañas. Creo que si las llamamos «viscerables» serían sinónimo. Pues volviendo a las etapas, ya se ha superado la primera, ahora vendrá la de nochevieja y después reyes y vuelta al curro normal y corriente, ¡¡¡que alivio!!!.
Lo que este año destaco no serán los anuncios de perfúmenes por que son tozudos en si mismos y veo que no tiene arreglo. Será la impertinencia sobre el chupeteo de las cáscaras de las gambas y otros crustáceos similares (malacostráceos, eucáridos, decápodos y macruros, que todo no va a ser tan coloquial). Pues resulta, como se habrá comprobado y sufrido, que nos informan que ese chupeteo es gravísimo, concretamente por el Cadmio asesino. No se que es peor, si el científico listo que ha dado a conocer la alerta o los medios de comunicación publicándola alarmante y profusamente. En todo caso, y como ha sido dada de forma taimada y calculada con alevosía justo en vísperas de la única ocasión casi anual de chupar la cabeza de una gamba, sea el que sea el responsable es un «malange», un «malasombra», un «malafollá» o un «insonrible». ¿Cuantas cabezas habría que chupetear para una dosis remotamente tóxica?. Lo de la Campana de Huesca se queda en una broma.
Ya está bien con que si tal pescado no se consuma por el Selenio, por el Mercurio y casi toda la Tabla Periódica. Por las mismas nos podrían decir que no se consuma hígado de oso polar por su elevada (y tóxica por ello) concentración de vitamina A; o peor, que no se consuman papas (se llamaban así tanto en quechua como en azteca, al traerlas nos pusimos finolis y las bautizamos como «patatas»), pues digo que no se consuman por su contenido en solanina, sumamente tóxica que además puede provocar malformaciones en los fetos. Toneladas de papas y de golpe habría que consumir, y ojo, que también la tienen los tomates y los pimientos. Pues venga, a una buena alarma de las gordas.
En estos días, tras lo del informe PISA y otra oleada de expertos psicopedagogos emitiendo recetas para desfacer el entuerto creado por ellos mismos, me ha dado por recordar en algún momento mis tiempos de docente ya que en el marco actual no me veo ni en pintura, sería totalmente incompatible.
Pues he rescatado estas dos imágenes:
Al campo se va a algo más que a comer una tortilla. A atender para aprender, lo demás son pamplinas. Un día en el campo nos equivalía a quince en el aula de cuatro paredes. Además no tendría ese bellísimo y colosal Quercus como fondo, tendría una pantalla para proyectar con ordenador que, en mi caso, nunca he manejado y ni aprendí a hacerlo. Era de tiza y pizarra y los alumnos aprendían y disfrutaban en todos los casos.
Esto viene a cuento por la cantidad de antiguos «angelitos» que me encuentro en estos tiempos y no sólo me paran a saludarme, sino que encima ¡¡¡me echan de menos!!!.
Como estoy algo en plan serio, en esta entrada volveré a incluir imágenes del Museo:
Casi como el arpa de Bequer, en un rincón de la Sala de Física, con la ayuda inestimable de los recordados Alberto Gómez y Jesús Sánchez Tallón, ambos grandes amigos, se reservó un «cuarto oscuro» para diversas experiencias sobre todo de óptica, reflexión, refracción y difracción de la luz con el uso de prismas y lentes adecuadas. He aquí una bellísima muestra accionando los colimadores de luz:
Y para que no lloren los minerales, ahí va eso:
Un escandalosamente bonito octaedro de fluorita cedido al Museo por mi antiguo alumno Alberto L. Galindo, hoy en el CSIC.
Y nada más, hasta el 2020 (veréis que sigo sin meterme en política):
FELIZ AÑO
No se sabe por qué motivo ni si obedece a intereses comerciales, pero de vez en cuando aparecen extraños estudios que nos dicen lo bueno o malo de consumir determinado producto. Por supuesto, de antemano no hay que hacerles ni puñetero caso. En primavera, nos dicen lo bueno que es consumir cerveza (se aproxima la campaña); en este caso, a lo mejor llevan razón. Por verano, también nos bombardean con el ranking de consumo de preservativos, en el que curiosamente los españoles solemos quedar bien parados. Será para que los echemos en la maleta para vacaciones. Y antes de Navidad nos salen con lo malo que es chupar las cabezas de las gambas. A lo mejor este estudio lo han pagado los carniceros, para que chupemos los muñones de las patillas de cordero. Lo importante en la vida es tener algo que chupar. ¡Ay de aquellos que no tengan nada que llevarse a la boca". Gabriel.
Querido Luis, me vas a permitir el uso de "viscerables" en lugar de entrañables, estoy totalmente de acuerdo. Es verdad, ya pasó el primer ranking, nos quedan dos, fin de año y Reyes. Cada vez me gustan menos, tengo que reconocer que nunca me gustaron y a día de hoy deseando que esto acabe.
Por cierto no te olvides que nosotros, los canarios, no nos pusimos finolis con las papas así las seguimos llamando. Y para el 31 unas papas negras arrugadas con gambas al cadmio que son muy gustosas, jeje
Un beso
Luis,actualmente creo que es imposible no quererte.
Y me encanta la felicitación tan personal con ese trazo.
Muchas gracias a todos los comentaristas, otros lo hacéis por el móvil e igualmente es de agradecer, aunque aquí es lo suyo.
Acabando la segunda etapa de las fiestas viscerales, con besos, arrumacos y abrazos, os deseo lo mejor, que a los médicos lo menos posible, y a no estar seriotes, guasa, que alarga la vida.
El anterior comentario es mío, de Luis Castellón. Reconozco que es pelín lioso, se intentará corregir.