¿Cuesta de enero?

Y de febrero y las que nos quedan si somos pesimistas. Dicen que un pesimista es un optimista informado, lo único que en este caso hay que añadir de información según vayamos viendo las hojas del almanaque. De enero ya tenemos la información, coronada en estos días por ese coronavirus, valga la redundancia (no digo «rebuznancia» que ya está muy visto). Ante estas noticias, me pregunto que qué pasó con la peste porcina, la gripe A, con las vacas locas y demás alarmas parecidas. No quiero frivolizar sobre este caso pero ya veremos en qué queda dentro de unas semanas, si será terrible u otra alarma exagerada.
Para aderezar la cosa, nos dicen este mes que beber agua del grifo es casi suicida, que contiene no se qué molécula ladinamente asesina. Que barbaridad. Lo primero que se me viene a la cabeza, y creo que con fundamento, es qué multinacional del agua mineral puede estar detrás, y encima le ha comido el tarro a algún periodista tontorrón que no sabía que publicar. Ánimo que como decían Martes y 13, «hay barcas pa seguí».
Como la parrafada anterior supone evidentemente un ejercicio de memoria, pues metidos en ello y como está en ciernes el Miércoles de Ceniza, los ensayos de penitentes y costaleros, besamanos, besapiés, quinquenarios, novenas, concursos de saetas, rogativas para que no llueva, prestamos bancarios para pagar las sillas, las torrijas y el chocolate con churros, pues me he retrotraído a mi infancia y me sale esta imagen de 1953, que no cunda el pánico:

Si señor, el que suscribe en la procesión conocida en Málaga como «La Pollinica» con seis añitos y tocando una campanilla. El de al lado recuerdo que se llamaba Enrique y que era insoportable. La foto está tomada en la calle Dos Aceras de Málaga (el nombre de la calle es surrealista, ya que habría que pensar si tienen tres aceras o cuatro, cuestión de los cambios de nombre en este caso). No hace falta decir que en la actualidad y desde hace muchos años, mi «fervor cofrade» está diluido, como mi fervor al potaje de lentejas o a la cazuela de fideos; ya comí bastantes en sus momentos y cumplí ese capítulo convenientemente. 
Ya está bien de reírse con la foto, que quisiera ver yo algunas de las vuestras.
Algo del Museo, que también me acuerdo: 
Se trata de un interesantísimo, por lo didáctico e ingenioso, aparato para mostrar la acción y efecto de las cuñas. Sigo con la memoria, cuando se le abordó, Alberto Gómez fue de olé, ese diedro metálico estaba en una punta, las pesas en otra, los cordeles hechos un ovillo, los cilindros laterales más o menos en Tombuctú, el soporte con otra selva de soportes. Quedó de lujo. Gracias Alberto.
Un bicho:
Aunque para el gran público no lo parezca, es un erizo, un clipeastérido de muy aplanado, pero se observan en forma de pétalos las áreas ambulacrales perfectamente. Se conoce como Encope, y dejé esa cartela incompleta ya que quién en su día la hizo, años ochenta del XX, no puso la especie, es «grandis». Con prisas pero hay que reconocer el trabajo.
Y otro bicho:
Un pez con aspecto poco frecuente. El Dactylopterus volitans, ojo con el nombre vulgar que como siempre los localismos lo embrollan, que si gato, pez volador, y mejor en nuestras costas «chicharro», aunque con el mismo nombre en otros sitios llaman así al jurel; lo dicho, ojo con los nombres vulgares, es una de las ventajas linneanas, el nombre científico. En este caso la alusión a que vuela no es muy acertada aunque así lo insinúan las aletas. Hay que pensar que para que vuele un pez tan gordito y pesado, por lo menos los motores de un Boeing. Usa las aletas a manera de capa de Drácula, envuelve a la presa y se la come. Por su parentesco con el rubio, se una para caldos y cuidado con las espinas.
Por ahora me despido en este mes de enero. Superadas muchas pamplinas.

4 comentarios en “¿Cuesta de enero?

  1. mercedes

    Mi hermano y yo también tenemos fotos de ese estilo.
    Preciosas las imágenes! Enhorabuena a Alberto Gómez por su restauración.
    Quién diría que ese precioso Dactylopterus volitans es un chicharro, cómo engañan las apariencias!
    Feliz febrero! Un abrazo
    Mercedes

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  2. Teresa Juan

    Maravillosa foto de la procesión,efectivamente me he reído algo. En esos tiempos, sí o sí se iba de procesión. Recordé que la primera vez que mis hijos vieron pasar una delante de mi casa me preguntaron si era una Romería o una cabalgata, eran los desfiles que conocían en las calles.
    Impresionante las aletas del chicharro ese, mira que se come por aquí y que da el nombre de chicharreros a los de Santa Cruz.
    Un beso Luis!!!!

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