Un mes, si, un mes entre esta entrada y la anterior («Canastos») que aconsejo leer a los que no lo hicieran para tomar el hilo de esta.
Fácilmente entenderán el porqué de este mes otoñal silencioso. Lo haré tras la primera imagen «festiva» con que suelo iniciar estas prístinas entradas:
Con tanto jalloven y tanta tontería supuestamente siniestra (ya dediqué una entrada a esta memez), he rebuscado esta imagen de una estancia en Londres, que no se queda atrás en lo tétrico. Seguir leyendo