Algo es algo

 Digo algo es algo dada mi insistencia en el olvido, que no sé hasta que punto es intencionado, en que ha caído el «Año Galdós». La noche del miércoles once en la segunda cadena, estoy por decir que en el UHF ya que la dinámica recuerda aquellos tiempos, me encuentro de sopetón ya con los títulos, un programa que me pareció muy digno a propósito del grancanario (allí se conocen como «gofiones»). El responsable era el Instituto Cervantes bajo la dirección de Luis García Montero, y bajo el título de «Galdós, un patriotismo cívico», se procedió a la lectura más o menos escenificada de una selección de párrafos de la obra de Don Benito, acompañada al piano y con dos selecciones operísticas oportunas con los textos. Para mi que destacaron Coronado y Ana Belén, ésta retrotrayendo su papel de Fortunata, así como Rosa Torres Pardo al piano y la selección de obras. La interpretación del Aria de las Joyas del Fausto de Gounod, así como el Don Juan, muy dignas, y como colofón una lectura de opiniones sobre Galdós, de María Zambrano, de Antonio Machado y la relación podría haber sido extensa, la justa.
Lo malo fue que al final los títulos de crédito se pusieron a una velocidad irrespetuosa. 
Tan irrespetuosa como la ausencia del anuncio de dicho programa, al menos para mi desapercibida, y que contrasta con que en la misma semana se anuncia con elocuencia el reinicio de un programa de caza y pesca en el mismo canal; cuidado, que en la prensa que recoge tanto comentario televisivo, exceptuando Infolibre que lo incluyó felizmente al día siguiente, he percibido un mutismo alarmante, cuando sería para reclamar una reposición oportunamente anunciada. En fin, país. Don Benito, que trabajito va a costar que te valoren en su justa medida que no es poca.
Aclaro que en estos tiempos de confinamiento Don Benito me está salvando y de qué manera. Empecé con los Episodios y ya voy casi acabándolos, en breve empiezo con la cuarta serie. Me salté los leídos obligatoriamente que es la peor lectura, en los años cincuenta y sesenta, los patrióticos que se indicaban en la época, Trafalgar y Bailén, y manos a la obra. No soy tan insolente como para hacer crítica literaria, pero estoy enganchado.
Y cada vez más difícil el no tocar la política, es tentador, pero no soy como esa monja que responde al nombre de Sor Lucía Caram que habla opinando de todo, y ella si que me parece insolente. Con una verborrea típica argentina lo mismo la oímos hablando de economía que de educación, de política y ya lo que faltaba, no podía perdérselo, del virus, además con autoridad, como dominando irrefutablemente el tema. No se al lector, pero a mi se me antoja insufrible, que me perdone.
Evitando lo político, me parece que la controversia de la defensa del castellano en estos días, no deja de ser casi una jugada de despiste. Sin entrar en juicios al respecto, ya que voces muy autorizadas tienen opiniones distintas, Luis García Montero o Pérez Reverte o Gregorio Salvador, si me llama la atención que los grandes defensores del uso del castellano, especialmente los medios de comunicación, deberían  cuidarlo más. Raro es el día que no hay una falta de ortografía o una patada a la sintaxis hasta en los propios titulares, y no digamos del tuteo extendido, come, pulsa, opina, quieres otra opción.. o del uso de muletillas del tipo «como no podía ser de otra manera», o de la incorporación de anglicismos, fake-news en lugar de mentiras, bulos o embustes directamente, sin entrar en los mismos dentro de las nuevas tecnologías, un universo anticastellano.
Voy a ir dejando el tono seriote de lo anterior, pero antes quiero compartir una noticia que considero buena. A los que gustan de buscar libros y no quieren el encadenamiento con los grandes, en estos días ha aparecido una página creada por libreros «de barrio» que es un primor, todostuslibros.com, entrar y os sorprenderá.
No, no voy a pasar de largo del «parto de la burra» que han sido las elecciones yanquis. Demuestro con la imagen insertada, que tengo derecho a vestirme de Hopalong Cassidy. Si señor, soy «Honorary Citizen» de Santa Fe del Estado de Nuevo Méjico. Por una de esas cosas de cuando uno fue concejal, resulta que como consecuencia de un hermanamiento, venga, yanqui honorario, aunque me tranquiliza algo que en «mi Estado», haya ganado Biden, pero insisto en la tentación de transfigurarme en Hopalong y con el Colt y muy malas pulgas entrar en el colegio u oficina electoral gritando ¿¿¿¡¡¡Queréis acabar de una puta vez!!!???. Se le va a caer el andamiaje al flequillo rubio y va a seguir más agarrado que un mono a una cuerda. Como yanqui tengo derecho.
Comprobación:

Y ahora al Museo. Dado que en estos tiempos hemos vuelto a prácticas de «Ecce Homo», restauraciones de juzgado de guardia, lo de Palencia es de mandar a galeras al responsable, voy a insertar un ejemplo de restauración llevada a cabo por Alberto Michelon en el Museo. Y es que un restaurador es eso, un restaurador. Un taxidermista no tiene porque saber restaurar aunque sea taxidermista:

Estado inicial, lamentable a todas luces, en que se encontraba la magnífica cabeza de toro de lidia.

Algunas fases de la restauración, pueden resultar chocantes, pero lo necesitaba.

Resultado final:

Espléndido, de primera comunión. Además se trata de una cabeza importante entre las ganaderías, Antígua Ganadería de Lesaca» figura con muy buen criterio en el Catálogo Histórico, ya que tras indagaciones hubo otra Lesaca posterior de reses muy discutibles según reza en tesis doctorales realizadas en la Universidad Pompeu y Fabra, lo que contrasta con el poco entusiasmo taurino de los catalanes, al menos en general.
Sería miope el entrar en respetables disquisiciones antitaurinas por la posesión de este elemento en el Museo, pero es que es eso, un Museo que siendo histórico de Ciencias no es susceptible de criterios del XXI.
Y ahora, una vez resaltada la labor de un excelente restaurador, vamos a algún aparato de Física:

 Su nombre es Rueda de Barlow. De más importancia de la que aparenta. Una base de madera con una depresión en el centro, una placa de cobre con forma de estrella sostenida a ambos lados de forma que pueda girar y un imán dispuesto de manera que sus extremos queden perpendiculares al eje de giro de la estrella que en realidad es una rueda a la que hemos aliviado de peso al darle esa forma . La depresión central, esa a manera de muesca se le añadirá mercurio. Dos bornas que conectarán una, con la rueda, y la otra con el mercurio de forma que se origine un campo eléctrico. Conectadas las bornas a una batería, la rueda comenzará a girar ella solita causando en el público documentado deficientemente una admiración bobalicona; creo que comparable a lo del Péndulo de Foucault, que causa admiración sin tener ni pajolera idea del fundamento.

Por su simplicidad puede hacerse una réplica casera con un disco forrado de papel de aluminio y en lugar del satanizado mercurio poner una cazoleta con una solución con un electrolito garantizando la transmisión eléctrica. La cuestión es que la transmita y que la rueda o estrella tenga parte sumergida.
Para los curiosos ahí va una somera explicación. Al igual que cuando una corriente continua pasa cerca de una brújula, ésta se altera, se mueve (experiencia de Oersted) confirmando la interacción del campo eléctrico con el magnético, esto es la recíproca; aquí el fijo es el campo magnético obligando a moverse al eléctrico. Los que tengan los conocimientos suficientes, que recuerden aquello de la disposición perpendicular de los dedos pulgar, índice y corazón de la mano izquierda.
Varios fueron los que aportaron los antecedentes de ese aparato, destacando a Faraday, que no es el sitio de enrollarse con la Historia de la Ciencia, pero si resaltar que es el fundamento de los motores eléctricos de hoy. 
Y nada más por hoy, a seguir «confitados», y yo con Don Benito. Mucha paciencia que todo acabará, aunque el capítulo venidero de las vacunas presumo que traerá cola. ¿Y qué no?

   

6 comentarios en “Algo es algo

  1. Luiscastellon.es

    Gracias por intervenir Mercedes. A propósito de la Rueda de Barlow aprovecho para insistir en la importancia de saber interpretarla, que recuerdo que todo un profesor de Física y Química en cierta ocasión, maravillado al verla funcionar sólo se le ocurrió decir "no veas como mueve la rueda el motor de mercurio". Lamentable escasez de conocimientos para todo un profesor.

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