Septiembre, caca

Antes de entrar en materia, se me vaya a olvidar, un retoque a la entrada anterior: la titulé «Tengo un sobrino», y mi sobrino sobrino no es el referido, es el hijo de uno de mis hermanos, por más señas músico que toca el trombón, y profesor de música, Federico por más señas. El referido en la entrada del blog era Pepe, hijo de Eulalia, mi prima hermana.

Dicho lo anterior, vamos a la presente. No olvidemos que la bien llamada caca, no es ni más ni menos que el resultado de deshechos digestivos mezclados con un montón de bacterias (un tercio de su peso más o menos) algunas sustancias como el indol, escatol, etcétera, que no viene a cuento aquí el dar una clase de escatología, pero si que sepamos que, como dice el refrán: «Así come el mulo, así caga el culo». Y la verdad es que el verano ha sido hasta ahora para tomar mucho bicarbonato. Antes de reflexionar sobre los orígenes de esa caca estival, alguna imagen más amable:

Por ilusión que no quede, otra cosa es que sea agraciado por ese sorteo imposible, o casi.

Debo tener cuidado, porque verano queda aún, la cosa son las ganas de que acabe. Quizás porque estamos en la creencia de que como los protagonistas de que fabriquemos caca, mucha caca, no paran, que parece que vacaciones para ellos son otra cosa vedada a los paisanos de a pié, pues eso, que quedan unos días de septiembre para que se machaquen a los estudiantes buscando piso. ¡¡¡Histórica la figura de la patrona!!! No me refiero a ninguna virgen, que quizás alguna habría anatómicamente hablando, me refiero a aquella propietaria de un piso más o menos grande y que alquilaba habitaciones a estudiantes, pensión completa o media pensión, y que según indicaciones de sus padres les vigilaban, ordenaban y regañaban mientras a menudo les sometían a curiosas dietas de adelgazamiento. Había excepciones, perdóneme doña Trini. Era la patrona de unos buenos amigos donde iba yo con cierta asiduidad, y tan poco se ajustaba al molde de patrona, que incluso confiaba en uno de los huéspedes en que le administrara los dineros y las cuentas, que a ella no le salían (Paco Teruel, te ganaste el cielo).
Mi caso fue híbrido, un piso enorme al que la patrona (Tita Irene) sólo iba a limpiar y de camino a refunfuñar, pero eso eran un par de horas asumibles. Hoy día la estructura del alojamiento estudiantil es terrorífica: el alquiler de pisos tremendo, si es con muebles no veas los muebles, y conseguir plaza y dineros para sufragar un colegio mayor es ya la releche. Para colmo, los Erasmus suponen una nueva clientela con algo más de poder adquisitivo con la consiguiente competencia. Habrá que pensar porqué los fondos de inversión están detrás de bastantes residencias. En efecto, a estudiar algo que se imparta en las cercanías del domicilio familiar que para eso vamos a estar en él muuuuuchos años.

Físicamente no nos hemos achicharrado, pero mentalmente estos incendios sospechosamente simultáneos si que lo han hecho. Que si tu, que si yo, que ¿qué has hecho con los dineros que te di para evitar incendios?, ah!, que los has gastado en taleguillas toreras. Esos no apagan ni un mixto, están mirando al tendido.

A cambio, se nos deleita con unos diálogos, unas expresiones, unas proliferaciones de argumentaciones profundas, unos buenos modales…que favorecen el tránsito del bolo alimenticio y su conversión en caca, directamente en mierda sin mucha dificultad ya que así es en origen.
Para septiembre el menú se nos presenta más variado: juicios por doquier, jueces con criterios de lo más pendulares, barbaridades en fiestas de barrio, policías mirando como los toreros, al tendido. Ucrania que preocupa cada vez más, lo de Gaza ya ni preocupa, peor aún, ni avergüenza.

Menos mal que podemos pensar en otras cosas que nos sorprenden desde la zoología como se dice ahora «desde que hay registros», frasecita que se ha puesto de moda.
Incontestable es que en una localidad como Torrevieja, famosa por su festival de habaneras entre otras cosas, ahora lo sea también por la invasión de 700 gallinas, hembras, gallos y pollos sueltos por sus calles. Algo así como las cotorras argentinas que han tomado ciertos parques y jardines, pero en gallinácea. Me quedo con estas últimas, aunque me imagino que a las cinco de la mañana el kikirikí competidor con la recogida de la basura debe ser cómico más que molesto, al menos para mi.
Vámonos a la playa, y no se si para despistarnos de los incendios, se nos informa de la proliferación de medusas «huevo frito» o de ese molusco, el dragón azul (Glaucus atlánticus) que si pica, no se muere nadie pero pica. Por un lado pienso que no es nada extraordinaria la presencia de estos bichos, pero por otro pienso que la alta temperatura del agua favorece la proliferación, de forma que ya se sabe, vamos camino de, como se dice coloquialmente, «el agua como el caldo del puchero» y eso no es nada bueno. Consultaremos con IKER Jiménez el del milenio pi que nos ilustre científicamente. Vaya amocafre. Quizás nos diga que esos bichos son producto de la cantidad de caca que soltamos al mar, caca de la de verdad y sin depurar.
Y ya puestos con dislates zoológicos, este último reúne violencia machista con mala leche y tiempo disponible. Un sujeto (por llamarle de alguna manera) separado de su mujer, en la localidad gallega de Barro, ha prendido fuego a 5.000 conejos propiedad de su exseñora. Venganza a través de unos animalitos que no hacían daño a nadie. Supongo que la mala leche debía ser enorme, porque a 5.000 no se les achicharra así por las buenas, que la masacre llevaría su tiempo.


Lo peor es que veo venir en este mes a los burros de dos patas, aunque algunos se hayan puesto botos, bronceados diversos, tintes sospechosos, burros, burros y que me perdonen los burros de cuatro patas, mucho más nobles e inteligentes. Como dijo Carlos IV (Borbón tenía que ser) :«Adios hermanos, hasta el Valle de Josafat, que Dios nos la depare buena». Vaya cagada de despedida.

Vamos a fotos del Museo:

Un precioso chotacabras. Lo pongo porque ha sonado en los últimos días en cuanto a que su población está disminuyendo. No es que tenga la belleza de otras aves, es más humilde, pero el Caprimulgus no deja de ser interesante. Insectívoro como pocos, de ahí una boca muy ancha, como un cazamariposas, y pelos sensitivos a ambos lados del pico, plumaje poco vistoso y poco denso, fofo pone en los libros.

Un salto atrás respecto a la imagen anterior, zoológicamente hablando, este ejemplar es de una «rata de mar» o «ratón de mar», Afrodite, el nombre parece de cachondeo ya que feo es con ganas, es un anélido, un gusano marino que vive semienterrado en los fondos. Los pelos, quetas, son los que proporcionan ese aspecto.

Vamos a la Física:

Una visión parcial de la Sala de Física de los tiempos en que dependía del que suscribe. Ahora tiene otra distribución.
En la imagen se distingue en el centro una linterna mágica muy poco frecuente y bellísima. En el interior contiene unos depósitos para con líquido inflamable crear fuentes de luz, las chimeneas oportunas y una ornamentación llamativa. El tener tres objetivos tampoco es frecuente. Por más que se ha investigado no se han encontrado referencias, incluso contacté con el «genio»de linternas mágicas, Henri Chamoux y no me dio respuesta. No deja de ser espectacular.

Y nada más, vamos a estrenar septiembre con optimismo. Besos, abrazos y arrumacos.