¡¡¡Premio para el caballero!!!, son 77. A ver, trae el muñeca chochona o si no le gusta un perrito piloto, aunque como novedad estamos regalando un aparato para hacer churros a presión a las cuatro de la mañana (un orinal).
Pues resulta que hace unos días, treinta y dos exactamente, cumplí eso, 77 años desde que vine al mundo geográficamente entre la casa de Picasso y la de Pepa Flores-Marisol. La verdad es que no he notado nada, me siguen afectando por igual las memeces o los nubarrones, tormentas y galernas incluidas, unos bastante y otros me resbalan.
La salud bien, gracias.
De todas formas, y como se acaba el año hice la consabida «felicitación», que más que de desear feliz…y próspero…lo que felicito es haber llegado vivos al final del 2024, que no ha sido poco. Si a algún lector no se la he enviado, que disculpe, un mensaje y lo hago.

Pues la foto de arriba, la familiar, es de Napoleón y Josefina. Mis abuelos. Es de antes del golpe de estado de 1936.
Quizás la «felicitación» haya salido algo «tristona», pero si se suma al rescoldo de «malafollá» (eso no se pierde), la lectura del «Estudio exhaustivo del 2024», realizado por la Universidad terracubista de Carratraca, sale eso en el mejor de los casos. Nadie se sorprenda por la existencia de dicho estudio que, como todos los que salen a diario son interesantísimos y sesudos, la cría de los calamares enanos, mientras más comes más gordo te pones…y cientos de esa factura. Naturalmente la Universidad de Carratraca no podía quedarse atrás…esa localidad tan bella de la provincia de Málaga, crecida alrededor de un balneario de aguas sulfurosas que huelen…¡¡¡como huelen!!!, al punto que los propios de allí le llamaban a una fuente «la gedionda», así, con ge; tengamos en cuenta la dicción rural que en este caso no deja de ser imaginativa: de primera mano, de chico, observé en una visita a un carratraqueño que le decían «el gasógeno», y era porque tenía un bulto enorme en la parte de atrás del cuello, un quiste, y corriendo los finales de los cuarenta, comienzos de los cincuenta, aún estaban en la memoria los coches que funcionaban a base de gasógeno y llevaban un receptáculo enorme en la parte trasera.
No obstante, el balneario ofrece una arquitectura sorprendente, al igual que el peste a sulfuros, y que lo disfrutaba la alta sociedad malagueña, al igual que visitas ilustres como la de Eugenia de Montijo y…hasta la de Rilke. En la actualidad han fundado la Universidad terracubista, como una terraplanista pero en tres dimensiones. Las aguas son buenas para la piel.
Claro, en ese estudio se incluyen «maravillas» del año tales como las emitidas por un eurodiputado español, de cuyo nombre prefiero no acordarme, condenando a la Evolución y defendiendo al Creacionismo; el hacha de piedra se la había dejado en casa. ¿Qué hacemos leyendo a Darwin si tenemos el Ripalda?. También se incluye el que diariamente se nos obsequia con el estadillo de bombardeados en Gaza, para que no estemos desinformados.
De ahí que se diga que un pesimista es un optimista informado.
Y en un anexo de dicho estudio se ofrece un dato espeluznante para investigación judicial: la señora investigada por muchas cosas, en el colegio y en el instituto pegaba perdigones previamente moldeados al salir de la nariz bajo el pupitre…¡¡¡apostasía!!!, ¡¡¡infiel!!! ¡¡¡promiscua!!! (se complementa la oferta investigadora a «Manos nosequé» por si también los pegaba en el falsillo de los vaqueros). Es que estos de Carratraca, cuando se ponen a investigar, le salen unos estudios de quitarse el sombrero.
Hasta han resuelto un problema que ha pasado desapercibido con una simple regla de tres: como a partir de los devaneos sexuales de cierto político supuestamente de la izquierda, se han removido casos anteriores en el sentido contrario, me refiero a los del magnífico tenor que en su día sonó para la alcaldía de Madrid, pero aparte de las supuestas diferencias ideológicas, se deriva a otras, comparando ambas tallas, si uno tiene «pilila», el otro tiene «pololo». Bravo por la Universidad Terracubista.
Como todo es superable, para lo bueno mejor, y para lo malo peor, pues el terracubismo se adosa a los planes de estudio en este segundo caso: se quiere eliminar la Literatura como asignatura del Bachillerato, ¿Cervantes?¿Es de Tic toc o de Instagram?; ¿Quevedo no es uno que canta?…para qué seguir. Pero no se vayan, que aún hay más, de tacada fuera la Física y Química y las Ciencias Naturales (hoy bárbaramente Biología y Geología, y sé de lo que hablo) se reúnen en «Retos científicos». Y yo que me creía tendente al surrealismo. Ni siquiera haciendo un esfuerzo me imagino retos tales como: «En esta esquina un peroné, en la otra el Principio de Arquímedes»; ¿Si se retan un aminoácido y un solenoide, quien gana?. O no lo he entendido bien, pero si la comunidad autónoma que lo propone (y esperemos que no haya contagio) se sale con la suya, no hubiera parido a un Ausias March, ni a Gaudí, ni a Vázquez Montalbán, ni a Eduardo Mendoza, ni a Adolfo Marsillach, ni a Margaleff, ni a Fontboté, ni, ni, ni.
Por si las moscas, y para que no me infecte de un desierto de ideas, he recurrido a esto:

Menos mal que en esta despedida de año, por ahora, Froilán y su hermana parece que están contenidos.
Vamos a algunas imágenes de cosas del Museo Suárez:

Un precioso ejemplar de Bradypus tridactylus (Perezoso en cristiano),
Hay que hacer notar que éste es de tres dedos, que no es el más frecuente. Restaurado por Alberto MIchelon, que entre los pelos había hasta polvorones de Estepa.

Conseguida imagen de un Quenstedoceras lambertii, un ammonites en este caso no fosilizado, conserva el nácar en la concha, pudiéndose ver en la parte inferior la costulación. Procede de Siberia y fue cedido al Museo por Alberto López Galindo, antiguo alumno y hoy investigador del CSIC. Una joya de ejemplar.
Y ahora de la Sala de Física:

Este artilugio en apariencia aparatoso no es ni más ni menos que una Radio de galena. Se hizo por indicaciones del inolvidable Don Rafael Martínez Aguirre (el Don es inherente) a Azañón, un electromecánico de Granada que era sumamente diestro. El aparato está diseñado para auriculares (que se conservan aunque no estén en la foto). Otra joya, que además confirma que hubo en España varios constructores de instrumental además del célebre Mónico Sánchez.
Y nada más por ahora, no es la primera vez que recomiendo bicarbonato, leer, oír música y menos noticieros. Y una pamplina muy gorda, ¡¡¡suerte en la lotería!!!.
Que por fin dejamos este 2024 que Dios confunda, y ánimos para el 2025
Un fuerte abrazo