Remembering

 Es notorio que siempre evito cualquier anglicismo inoportuno, que nuestra lengua es bastante profusa en palabras para indicar cualquier idea que se quiera expresar, pero lo de «Remembering» va con varias intenciones.

La primera es que con una gran habilidad, una versión del Remembering del «Dido y Eneas» de Purcell, es incorporada por Jaime de Armiñán de forma exquisita en la película «La hora bruja» a la que le dedico mis favores y que en España pasó casi sin pena ni gloria, y eso que fue candidata al Oscar a la mejor película extranjera. Interpretada por Paco Rabal, Concha Velasco y Victoria Abril…mejor descargáis la ficha y mejor aún la película y la veis. Hace unos días la han repuesto, cosa rara, en la tele, de ahí el recuerdo. Como es frecuente en las de Armiñán, la selección musical es asombrosa por lo culta y oportuna. 

Se me puede espetar el que soy facilón para el cine. No tanto. Pero «remembering» (de nuevo) cuando en la transición de los sesenta a los setenta iba alguna vez al cine de arte y ensayo y ¡¡¡vaya coñazos!!! pseudointelectuales y para mi imbebibles, adornados eso si, con el enterado de turno, revista Fotogramas en el sobaco, que salía diciendo con gravedad solemne «demoledora, sencillamente demoledora», y uno humildemente se decía ¿será por no comprar el Fotogramas?». Pues por eso me gusta «La hora bruja», además está rodada en Galicia en Rías Baixas, y ya se sabe de mis querencias.

La segunda es que con este periodo quasi confitado, aparte de que Don Benito me tiene abducido y veo que lo que encierran políticamente los Episodios Nacionales es de impepinable actualidad. No me extenderé por mi línea de no entrar en esos asuntos, ya se sabe. Pues aparte de la ocupación galdosiana me entretienen una barbaridad recuerdos que vienen a propósito del marco actual. No es que sea yo un forofo, pero los anuncios de la tele son una fuente inagotable al respecto. Me imagino que los estudiosos publicitarios sabrán cuales son los más oportunos en cada momento. No van a pasar un anuncio de polvorones en agosto cuando estamos a 40º y sin visos de llover, pero algunos me trasladan a lo que ocurriría si en los años sesenta, a comienzos de la tele se hubieran puesto: Vamos a trasladarnos a la sala de estar/comedor, ubicación frecuente del Totalvisión de Iberia o del Pye, del Askar o cualquier otro, con todo un auditorio familiar en silencio religioso, abuela incluida, el que a propósito de ciertos anuncios hubiéramos preguntado con candidez ¿papá, mamá, que es eso de los picores vaginales?, o bien, ¿tallas y lubricados, el qué?, ¿y que dice de que hay que introducirlo hasta el fondo, el fondo de donde?. No veas el guantazo que te hubieras llevado de media vuelta, y a la cama sin cenar. O al revés, sería hoy imaginable el «¡¡¡vamos chicos, al tostadero!!!» o aquél de Los Conguitos. No, eran los tiempos de Herta Frankel y la perrita Marilyn, la familia Telerín con Locomotoro fue más tarde. Esto da para mucho y seguro que cada cual aportará sus «Rememberings».

Y me ha dado por otro «Remembering», el de las librerías que existían donde hoy no es raro ver un gastrobar (término que ni entiendo siquiera) o una tienda de moda o de recuerdos turísticos. En Granada, sin ir más lejos, Velázquez, Estudios, Continental, Universitaria, Ganivet, Costales, Almendros, Ventura, Europa, Paideia, Don Quijote, Urbano… pido disculpas por algún olvido o error. Pero me planteo inocentemente si con esto de la crisis «Modas La Pava» o el «Gastrobar el Páncreas feliz», van a reconvertirse en librerías reponiendo el uso del local. Inimaginable porque hay muchos de los que tienen el carnet de la entrada anterior de este blog, y si es que suicidamente se animan a leer algo, lo harán en un artilugio los de ahora, un tablet, ordenador, o incluso en el móvil. En el menos malo de los casos.

Vamos a dejarlo y a pasar a algunas imágenes:

Coherentemente con el «Remembering» he elegido esta, En mi hotel de Santiago (lo que era mi segunda casa gallega) el Suso de Santiago. A la izquierda Proupin, gran amigo que lo es y que con anterioridad lo fue su padre, Don José Maria, catedrático de Francés, compañero del Padre Suárez y de las pocas personas a las que calificaría de intelectual en el sentido auténtico del término. Sigue el menda, Jesús Leyva, Manolo Tevar y Fernando Quintela, uno de los hermanos propietarios del hotel. Lo incluyo en el «Remembering» porque el hotel tiene pinta de que por ahora está cerrado, además la cafetería ya no está así. Imposible por el momento una escapada gallega, y reunirnos estos cinco prendas de nuevo casi lo mismo.
Vamos a las correspondientes al Museo, que son en buena parte la justificación del blog:
Un magnífico esqueleto de bacalao que tiene su historia. Cuando me hice cargo estaba no sólo hecho unos zorros, estaba partido en cuatro pedazos. Providencialmente apareció Alberto Michelon con el marchamo de RESTAURADOR, que no taxidermista, que no es lo mismo; pues se comprometió y tras pedir algunos productos que parecían fáciles pero no lo eran tanto (agua oxigenada de 130 volúmenes, carbonato cálcico puro..) y eso que no llegaban ni a diez euros, conseguidos, manos a la obra y quedó de primera comunión. Un lujo.

 

Como parece ser que las fotos de aves gustan al público a quien tanto quiero y tanto debo, he seleccionado la de la pareja de cucos (Cuculus canorus), en los que el plumaje de la pechera en bandas horizontales es evidente.

Y por último, para descansar, un «cacharrito»:
Se trata de un «Prisma de ángulo variable». Es casi una pieza correlativa a la de la entrada anterior. Igualmente bellísimo. Su estructura es de dos láminas metálicas en las que interiormente se disponen dos cristalitos formando un ángulo diedro, una cuña, de forma que manualmente podemos hacerla más aguda o más obtusa. Se rellena de agua y se hace pasar un rayo de luz por uno de los cristalitos. Según variemos el ángulo, el rayo atravesando el agua al salir por el otro tendrá diversos comportamientos. Como seguramente el agua goteará, por eso dispone de esa especie de patena.
Y venga, a seguir con la mascarilla. Prometo no dejar tanto tiempo entre una y otra entrada.  

  

8 comentarios en “Remembering

  1. Federico Castellón

    A mí me ha venido el recuerdo de cuando en la mili fui a ver "El imperio de los sentidos" con dos compañeros, por cierto ambos granadinos. Uno de ellos, filólogo y cinéfilo, y el otro un cabrero de Albondón, que ahora comparo con el señor Cayo de Delibes. Cuando salimos del cine, el cinéfilo apasionado no paraba de calificar la película como algo excepcional. El cabrero sólo comento: "a mí también me ha gustado mucho, no paran de follar desde que empieza hasta que acaba".

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  2. Federico Castellón

    A mí me ha venido el recuerdo de cuando en la mili fui a ver "El imperio de los sentidos" con dos compañeros, por cierto ambos granadinos. Uno de ellos, filólogo y cinéfilo, y el otro un cabrero de Albondón, que ahora comparo con el señor Cayo de Delibes. Cuando salimos del cine, el cinéfilo apasionado no paraba de calificar la película como algo excepcional. El cabrero sólo comento: "a mí también me ha gustado mucho, no paran de follar desde que empieza hasta que acaba".

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  3. EnGaOr

    Felicidades de nuevo por el artículo… y de los "remembering" me quedo, por ejemplo, con el destrozado café Suizo a manos de una empresa especializada en comida indigesta. Creo que a estos hechos se las llama "modernidad". Abrazos, querido!!!

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