Disparates

No me refiero a que esta situación vírica pueda considerarse un disparate, pero si a que los propicia o al menos incita a pensar en formatos disparatados.

Hemos salido de la Semana Santa, que para muchos hosteleros «hemos salvado la Semana Santa», al igual que en su momento se habló de «salvar las Navidades», lo mismo con Carnaval, y ahora supongo que El Rocio, la Feria de Abril, el verano, o vaya usted a saber. Pero es innegable que poco después de cada «salvamento» hay un repunte indeseable de la infección y vuelta a atrás. No aprendemos.

Esta inercia disparatada me recuerda la de pedir un préstamo bancario para pagar otro. Con el segundo se pagan dos o tres recibos del anterior pero como no se ha hecho nada por mejorar la situación que llevó a pedir el primero, al poco estamos otra vez igual si no peor, y venga, a pedir un tercero para hacer frente al segundo y al primero…hasta que se cierra el grifo: total confinamiento. No somos consecuentes en que las terrazas se han convertido en cómodos botellódromos, que con un cigarro en la mano te paseas con patente de corso sin protección, en fin, que veremos hasta cuando se prolonga mientras nos enzarzamos en discusiones sobre los efectos secundarios de las vacunas. País, que diría Forges. Por mi parte estoy dispuesto a vacunarme hasta con una Mirinda de limón, pero a vacunarme cuando me toque y sin colarme. A los escépticos les aconsejo que lean los efectos secundarios de los medicamentos para bajar el colesterol, las estatinas, curiosamente patente de Pfizer. Se les quitaría el canguelo ante Astracínica (ver entrada anterior) o ante cualquier otra.

Esta Semana Santa, para no ser diferente, nos ha obsequiado nuevamente con Charlton Heston en cuádrigas o con el palo convirtiéndolas aguas del Nilo en tinto Don Simón y varias veces. Mis neuronas disparatadas me llevan por la inercia bíblica, no exactamente al simpatiquísimo libro de Fernando Díaz Plaja, La Biblia contada a los mayores, sino al episodio del libro de Reyes sobre el profeta Eliseo, aquel donde el profeta subiendo por el Monte Carmelo fue objeto de la chufla de unos niños que le llamaban calvo y él, muy ofendido, invocó a Dios que para poner remedio, hizo que salieran dos osas (ojo, hembras) de un bosque cercano y despedazaran a cuarenta y dos de las insolentes criaturas. Menudo disparate, y si fue tal como se refleja en las Escrituras es mucho peor que un disparate. Se me ocurre esta apreciación tras caer en que nunca ha sido objeto de atención cinematográfica. Al igual que la borrachera de Noé, la primera de la que se tiene constancia histórica; no se si en alguna película sale de refilón, pero coincido en que Noé no debió tener muy buena bebida; eso de maldecir hasta la tercera generación a sus hijos, Sem Cam y Jafet por otra chufla, al igual que Eliseo demuestran muy malas pulgas.

Con humor y todo el respeto. Uno de los fallecidos por el virus ha sido Henry Stephen, descanse en paz, pero fue un cantante que se hizo de oro con un disparate gigante: ¿Recuerdan la letra de la canción con la que se popularizó?, si, la del «Limón limonero, entero me gusta más«; hasta aquí vale, pero el estribillo tiene su aquél: «Un inglés dijo yé yé, y un francés dijo lá lá«. Vaya disparate, vaya razonamiento filosófico al que incita, ni las Aporías de Zenón, ni las nueve reglas del Silogismo. Pues se hinchó de duros.

Y en este marco de disparates, salen los que defienden el sustituir el papel y lápiz en los colegios por un tablet o un portátil, que eso de escribir y leer quede para más mayores, que antes de los seis años dicen, pueden pasar de hacer cerillos y palotes, que lo prioritario es el manejar un teclado. No se si seguir comentando esto o responder con otro disparate por mi parte localizando a los «expertos» promotores de esta supuesta «innovación educativa» y organizar un paroxismo, condenarlos a galeras, a oír tres casetes del Fary seguidos, o a algo como lo del profeta Eliseo.

Claro que con estas medidas, se propician que a propósito del Cambio Climático salgan disparates polimorfos: «así se morirán menos gente de frío», o si sube el nivel del mar, «se ponen diques que ya los ponían los egipcios». Es que es igualmente disparatado descender entrando al trapo razonando las estupideces. Dios nos pille confesados.

En estos tiempos, creo que lo prudente es tener en tu casa las bebidas y alimentos que no te obliguen a estar ni en bares ni terrazas ni cada dos por tres saliendo a por ellas, pero de ahí a soplarte los botes de gel hidroalcohólico va un trecho, otro disparate. O el mono era tan tremendo como irrefrenable, o acababan de leer a «El astrágalo», donde autobiográficamente la autora, Albertine Sarrazine relataba los soponcios a base de colonia en la prisión. Disparates de todos los colores.

Ya está bien. Vamos a las imágenes:

Creo que nada más oportuno que incluir este Disparate del aragonés sordo, Don Francisco de Goya.
Dado que huyo del pesimismo, he elegido este, el «Disparate alegre» según su autor.

Y ahora del Museo:

Para que no se diga que las tengo olvidadas, esta vez va de Rapaces, Falconiformes para los eruditos.

He seleccionado esta por lo didáctica, aparte de por lo vistosa. En alguna ocasión me referí a la variedad de águilas existentes, que si pescadora, culebrera, perdicera, y acababa con la extravagancia por mi parte del águila «conejera». Pues aquí están juntas una pareja de culebreras, izquierda y centro (Circaetus gallicus), es bueno fijarse en que las patas, los tarsos, están desnudos; no así en la de la derecha, un águila perdicera (Hieraetus fasciatus), que los tiene recubiertos de plumas.

Otra:

Pues si, es rarita ese águila. La pongo para evidenciar la diversidad. Se trata del águila hindú (Falco ponticerianus) o también conocida como Águila de Pondicherry, que como se sabe es una antigua colonia francesa en la India.

Y algo de Física y Química:

Curiosísimo instrumental de vidrio cuyo nombre es «bulbos de Potasio». Su finalidad es medir la cantidad de anhídrido carbónico que lo atraviesa al circular por su interior y es absorbido por una solución de potasa cáustica en los abultamientos donde previamente se ha dispuesto. Una sencilla reacción química, se forma el carbonato potásico y contrastando el peso de antes y después se calcula fácilmente la cantidad de carbónico.

Lógicamente es un artilugio que en la actualidad es obsoleto, que hay métodos más simples, seguros y exactos, pero evidencia el que otrora, en los Institutos se hacían hasta análisis químicos cuantitativos. Lo de intentar hoy manejar potasa traería cola, como con el mercurio.

Añado sobre esa virguería de accesorio, que los hacían sopladores de vidrio especializados; de ahí que de baratos nada de nada. Historia de la Ciencia pura y dura.

Y nada más, que sean los disparates lo más espaciados posible, aunque veo que el marco sigue siendo propicio a ello. Ahora me voy a envalentonar y a coger el coche a ver si arranca tras casi dos meses parado, mientras deseo una vez más dosis de paciencia. Ah!, muy importante, ayer acabé los Episodios Nacionales, un año de confinamiento en el que agradezco enormemente la compañía de Galdós. Ampliaré esto en mi próxima entrada.

23 comentarios en “Disparates

  1. jose.e.moratalla@gmail.com

    Manteniendo tu comentario anterior " La memoria es la inteligencia de los tontos " , reconozco que la tuve en un tiempo y ya no me queda ni eso.
    Por lo que tengo sumo cuidado en no decir muchos disparates , que para eso , como bien dices en tu reflexion , hay colas y colas para apuntarse.
    Gracias por tu " salsa castellonensis " ( su poquito de picante + un pizco de ácido + erudiccion natural ) que siempre rejuvenece y aporta sabor al paladar del espiritu.

    Responder
  2. Antonio Prado

    Después de 15 amplias sonrisas he ido corriendo a consultar la Biblia porque yo no conocía semejante capítulo del profeta Eliseo, y efectivamente, Luis, es como lo relatas según 2º Reyes 2: 23-24. El episodio revela que el tal profeta tenía poco sentido del humor y bastante mala leche y quien mandó a las osas a despedazar a los 42 muchachos un sentido de la justicia muy equitativo. En fin, como dicen los curas, la Biblia hay que saber interpretarla.

    Responder
  3. Antonio F.

    Lo del profeta Eliseo nos informa de lo antiguo que es tener mala leche. Mucho sentido del humor no tenía el profeta. Y tener sentido común debe de ser aún más moderno, y también más escaso. La antigüedad del disparate es notable, por eso será que está bien arraigado. También me acordaré de este episodio cuando oiga aquello de la "respuesta proporcionada" que se aduce con frecuencia tras muchas manifestaciones callejeras.

    El siglo XX quedó bien resumido, desde 1934, en la letra del tango "Cambalache", muy acertada (lo que es de lamentar), y que viene a resultar no menos acertada en el XXI.

    Me alegra haber reconocido a las rapaces falconiformes retratadas, aunque no sus nombres en latín, que nunca los supe, pues aprecio mucho a nuestros vecinos de planeta, y nunca olvidaré el gesto y la gesta de Noé. De hecho, es mi recuerdo escolar más antiguo, en el Colegio de la Presentación de Málaga (calle Nosquera, “la Casa Invisible”).

    Responder
  4. Luiscastellon.es

    Es que aquí la interpretación ya invadiría al disparate, el número 42, que se ve tan limpio, que si se quiere se desdobla en siete por seis, pero no admite mucho más. Por otra parte, debió reunir Eliseo a una auténtica legión infantil gritando "sube, calvo", las osas darían cuenta de algunos, pero supongo en la escena que no de todos. Eso si, es un disparate se mire por donde se mire y que hubiera dado para más de un guión cinematográfico.
    Gracias por intervenir y sonreír, es el objetivo en estos tiempos. Un abrazo

    Responder
  5. Luiscastellon.es

    Gracias por intervenir Antonio.
    En efecto, la mala leche no es de ahora, y porque no quiero escudriñar que ejemplos sobran en todas las fuentes.
    Gracias igualmente por la referencia al tango.
    Respecto a los "latinajos", es casi una deformación por mi parte, pero es la ventaja de la nomenclatura científica, su universalidad. Incluso en esta piel de toro nos referimos a un mismo ser vivo de un montón de formas distintas, pues por la calle de en medio, el nombre científico. Y a colación de Noé, como científico casi lo mismo, el Diluvio está por demostrar; lo del vino se lo respeto, a alguien habría que adjudicarle ese genial invento, y la Iglesia lo inmatriculó.

    Responder
  6. Luiscastellon.es

    Gracias por intervenir Antonio.
    En efecto, la mala leche no es de ahora, y porque no quiero escudriñar que ejemplos sobran en todas las fuentes.
    Gracias igualmente por la referencia al tango.
    Respecto a los "latinajos", es casi una deformación por mi parte, pero es la ventaja de la nomenclatura científica, su universalidad. Incluso en esta piel de toro nos referimos a un mismo ser vivo de un montón de formas distintas, pues por la calle de en medio, el nombre científico. Y a colación de Noé, como científico casi lo mismo, el Diluvio está por demostrar; lo del vino se lo respeto, a alguien habría que adjudicarle ese genial invento, y la Iglesia lo inmatriculó.

    Responder
  7. Teresa Juan

    Está muy bien hablar de los disparates, la palabra me encanta porque la tengo asociada a cosas divertidas. Recogiendo esta cita del diccionario "Un hombre de buen humor suele decir disparates que divierten, y no desacreditan su talento, pero nunca dice desatinos.» Ahora bien por supuesto que lo has usado con el sentido que también indica el diccionario : "El disparate recae sobre hechos o dichos fuera de propósito por falta de reflexión, o por incoherencia o disparidad de ideas. El desatino recae sobre hechos o dichos fuera de propósito por falta de tino, esto es, de inteligencia, de prudencia, de razón" Lo que ocurre es que cuando veo todos estos disparates yo los llamo simple y llanamente MENTIRAS. Nos estamos acostumbrando a oír demasiadas a diario. Bravo por tu agudeza Luis. Espero que haya arrancado tu coche. Un abrazo

    Responder
  8. Luiscastellon.es

    Pues si, no hay más remedio que compartir contigo las "acepciones disparatadas". Seguro que a las últimas a que te refieres se ajustaría el que te dijera que me han nombrado arzobispo.
    Al final no fui a lo del coche; en un par de días. Si tuviera piernas en vez de ruedas me daría una patada.
    Muchas gracias por intervenir. Abrazos. Luis

    Responder
  9. mercedes

    Me reí mucho con tu escrito "Disparates". Me encantó la observación sobre las plumas de los tarsos del Águila Perdicera. También lo que cuentas sobre "los bulbos de Potasio".
    Un abrazo
    Mercedes

    Responder
  10. Luiscastellon.es

    Gracias Mercedes, y eso que aún hay disparates para llenar dos AVES.
    Lo de las observaciones dan para mucho, fíjate que los gatos tienen cinco dedos en las patas delanteras y cuatro en las traseras. Y así hay miles.
    Besos y muchas gracias por seguirme e intervenir.
    Luis

    Responder
  11. Paco Moya

    Que disparate de artículo Luis, como la propia humanidad.
    Me he divertido muchísimo leyéndolo, hasta carcajadas se me han escapado para asombro de mi conviviente, que ahora se llama así.
    Me quedo con una enorme duda: arranco el coche??

    Responder
  12. Deren

    Muy buena entrada, como siempre.
    Me ha encantado la foto de las rapaces: son mis aves favoritas desde "El Halcón y la Flecha" ¿Sabemos por qué podemos domesticar/entrenar a algunos animales y a otros no?
    Un saludo

    Responder
  13. Luiscastellon.es

    No termino de identificarte "DEREN", pero gracias por intervenir.
    Lo de la domesticidad es un interrogante, en efecto, y mis conocimientos de Etología no llevan a aclararlo. Para colmo, dentro de una misma especie unos se pueden domesticar y otros no como ocurre con algunas razas de perros; dentro de un mismo género igual, el guepardo o el gato son domesticables frente a un lince o un tigre que no lo son, y ampliando, algunos córvidos son domesticables. El tiempo nos lo dirá.
    Gracias y un abrazo.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *