Pre-otoño

No tengo que explicar a estar alturas el porqué de pre-otoño. Evidente.

Si me gustaría clarificar sobre la entrada anterior «Irreversible», que en absoluto pretendía ser melancólica ni lacrimosa. Simplemente que aunque uno quisiera hacer o disfrutar de algunas (o bastantes) cosas como las hizo en su día, hoy sería imposible y lo tiene asumido. Para los nostálgicos sin más, les recomiendo busquen en youtube la zamba (si, con zeta) «Volver» interpretada por Los Sabandeños con letra de Eduardo Falú. Pero no van mis tiros exactamente por ahí, asumo las realidades aunque si es verdad que miro otros antecedentes que me gustan más. ¿Los años?.
Podría ampliar los ejemplos que puse en esa entrada con el del uso del Azul de Metileno para prácticas de tinciones celulares, en la clásica de las células de la mucosa bucal en la que a falta de bastoncillos de algodón, se rascaba con la uña (¡¡¡primer horror!!!, hoy saldrían con que se introducen millones de microbios infectantes malísimos en la boca), y con la ayuda de una aguja enmangada (¡¡¡segundo horror!!!, un pincho asesino en manos de un adolescente) se extendiera sobre el portaobjetos y se le echara el Azul de Metileno. Hasta el ministerio a través de ENOSA proporcionaba los frascos, ¡¡¡asesinos!!!.
¿Recuerdan la canción sobre el «Azul de Metileno, veneno bueno»? hoy políticamente incorrectísima por incitación a la violencia, machismo y setenta cosas más. Irreversible.
Menos mal que también son irreversibles cosas como la que venía en los libros de Política (después F.E.N.) que había que aprenderse: «Señor y Dios nuestro, José Antonio esté contigo…» y los que iban a campamentos de la época (afortunadamente no fue mi caso) a recitar entera esa supuesta oración.
Podríamos seguir, pero mejor lo dejamos de lado, suficiente.

Antes de insertar algunas bellezas de Museo del Padre Suárez como es costumbre, voy a hacerlo con imágenes que si son irreversibles de todo punto:

Nuestra felicitación de Navidad de 1974, el año que estuvimos en Las Palmas. Mi aspecto si que es irreversible, con pelo, una barba que parecía Palafox y ¡¡¡con corbata!!!. Krmela insuperable.

Otra sería esta,

No creo que exista ni el fotógrafo aquel en la Alameda de Santiago con su cámara de cajón, después me enteré que se la robaron). Tampoco es reversible porque mi hijo es ya un cuarentón, y a mi no me va a salir el pelo.
Vamos a lo que vamos (expresión muy andaluza), que hoy va a tocarle a aves:

Pareja de cascanueces (Nucifraga); son de distinta procedencia, pero fue un anticipo de la globalización. Hoy son muy raros.

Humildes zorzales, pero no por eso vamos a olvidarlos. Obsérvese la magnífica taxidermia en todos los casos.
Picogordo o piñonero (Coccothraustes). Hoy día, como los cascanueces, más fácil verlos en museos que libres. 
También son de existencia irreversible.

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