Dias de mosqueo (II)

Ni siquiera un día ha pasado entre la anterior entrada y la presente y ya hay motivos para aumentar el mosqueo (hoy es 20 de noviembre), de forma que mejor dejar los motivos y vamos a seguir con la anterior que quedó algo coja, o mucho.

De forma que se me quedó en el tintero otro especimen urbano de los que te «facilitan » el tránsito, y este si que es de nuevo cuño. Me refiero al que va hablando sólo, mirando al tendido y como si se estuviera comiendo una rebanada de pan con mermelada a la que habla con fruición cuando no le va gritando. El MÓVIL. Además te puede embestir. Muchas veces he optado por transfigurarme en un noray y quedarme estático para aguantar el choque.
Normal la interrupción del móvil en lo cotidiano si consideramos cosas como las siguientes. Ante las comodidades actuales de lo peripatético, si se opta por ver la televisión, a no ser que sean películas antiguas, cine negro o así, comprobamos que en ninguna sale nadie fumando (pobre Bogart, o Welles…), pero eso si, salen conduciendo a toda leche y hablando por el móvil (a veces, no se porqué, lo tiran por la ventanilla); la cruzada anti-cigarrillo o antitabaco ha sido sustituida por una pro-móvil (que no «pronobis»).
Reconociendo que el tabaco no es especialmente bueno, tampoco creo que deba ser motivo de una demonización de cuyas consecuencias ya hablé (proliferación de terrazas, etcétera). A cambio, rescato este prospecto de unos laboratorios muy conocidos:

Lo de los «papeles azoados» que aconseja como complemento supongo que serán nitrogenados, pero juro que no tengo ni idea de los caminos fisiológicos.

En estos días, igualmente nos han regalado con unos resultados incompletos del «Informe PISA» en nuestra piel de toro. La mutilación parece ser debida a que en una determinada prueba los examinandos (esas luces de la ESO o Bachillerato que queremos transfigurar en rebaño, muy educado pero rebaño) la han tomado a chufla y han respondido evidentemente al boleo. Normal. Lo que no veo ni normal ni justo es que no se publique la procedencia de semejantes frívolos; de qué Comunidad o centros educativos proceden, ya que eso sería un parámetro interesante. No es que tenga especial fe en ese informe, pero de todas maneras es elocuente como se han enfrentado al mismo de forma tan irrespetuosa y desconsiderada.

Y como en las últimas entrada tengo algo olvidado a imágenes del Museo, ahí va esa:

Se trata de una avoceta (Recurvirrostra avosetta), Siempre he dicho que es un pico muy elegante; lo usa para rebuscar en los fondos fangosos. La imagen, tomada por David un antiguo amigo, es bellísima.

Y estas otras:

Pues las dos conforman el mismo «cacharro», un Aparato de Tyndall.
Sumamente didáctico. La de arriba son unas pinzas de madera con una muesca en el centro para abrazar a esa especie de canuto de cobre en vertical que aparece en el artilugio de abajo. Dicho canuto se llena de éter, por aquello de que se vaporiza fácilmente y se tapa con un tapón; se le ajustan las pinzas ejerciendo presión a la par que se acciona la manivela. El calor de la fricción hará que el tapón salga disparado por la presión del vapor del éter. En suma es transformación de energía mecánica en calor. 
Añado, las pinzas me las encontré en el quinto pino, alguien no la relacionó como complemento al aparato.. Evidentemente el uso hoy de este aparato, aunque esté perfectamente útil, sería suicida para el profesor, digo, usar éter sin el consentimiento preceptivo del Consejo Escolar y la aprobación tras el informe previo a la Inspección. ¿Quieres que se te condene a galeras?.
Hasta otra, que al mes de los muertos casi se le ve su fin.  

 

4 comentarios en “Dias de mosqueo (II)

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