Güebos olímpicos

Como vengo haciendo desde que el blog tiene otro diseño, primero voy a la imagen inicial, y luego a la propia entrada. Ahí va:

Aunque no lo parezca, soy yo. Independientemente de más gordo, tengo un flemón como una berenjena. Fue otro tipo de confinamiento ya que en ese estado fui a dar clase y me sacaron del laboratorio entre el jefe de estudios y mi mujer. ¡¡¡Venga, a casita!!!. La cosa tiene sus años evidentes, aún tenía pelo.

Como la imagen anterior me ha parecido de una coherencia surrealista para estos tiempos, añado esta bastante más formal. A la inmensa mayoría de los lectores les será familiar, la Plaza de la Quintana de Santiago de Compostela, No cometeré al atrevimiento de desglosar Quintana de arriba, de abajo, de mortos (es una redundancia ya que Quintana y cementerio viene a ser lo mismo, que si el Batallón de Literarios, ojo, que el café de Literarios está arriba a la izquierda, la Casa de la Parra, la Rúa Sacra, etcétera. Algo de morriña si que hay, pero en verano y año compostelano que me esperen; ya estuve y no quiero reincidir.

Vamos a los «Güebos olímpicos»:

Si en la entrada anterior sobrevolaba con la forma de hablar de Extremadura, el «castúo», pongo en ésta una pincelada andaluza. Los «güebos», los olímpicos se entiende, nos acompañan en el confinamiento aunque ya con las modernuras no hay confinamientos como los de antes, aquellos si que eran confinamientos, que tenías que presentar la partida de bautismo para salir del retrete. Bueno, tanto no, pero para entrar en la Marina si, tal como suena. Lo anterior no significa que, dada la época, estemos libres de serpientes de verano de las que luego me ocuparé.

Procurando no entrar en comentarios políticos, como de costumbre, la ceremonia de apertura de los güebos me pareció un dislate. Aunque suene a populista, ¿cuantas dosis de vacuna se hubieran cubierto para el tercer mundo?. Otra pregunta, ¿Porqué sigue apareciendo 2020 en los estadios en lugar de 2021?, me imagino la respuesta pero dado ese supuesto perfeccionismo organizativo no me encaja.

Siempre que los veo, me intento traspolar con atleta o deportista que esté actuando, y cuando veo a esos armarios que lanzan peso me dan ganas de esconderme. Lo digo porque de joven, lo mismo en el Instituto que en la mili, cuando me ponían (obligadamente, claro) a probar ese lanzamiento yo veía una bolita metálica a unos metros de mí y me decía con lo chica que es y tan recóndita, eso lo lanzo a la quinta puñeta. Una leche, nada más cogerla aquello me tiraba de los brazos (Newton tenía la culpa) con ingratitud. La lanzaba y no me caía en el dedo gordo del pié de milagro. No era lo mío, evidente. Y ahora una china que además se llama Gong, va y la tira a la estratosfera. Mis ánimos por los suelos.

Lo mismo con los saltos de aparatos. To veía un plinto o un caballo e incluso un potro, y me decía, hoy lo salto, si es chiquitito, yo puedo, seguro. Cogía inercia desde centenares de metros y corría amenazante, pero a medida que me acercaba engordaba, engordaba y crecía y era más alto; total, que pensando en proteger mis partes, prefería pegarme un barrigazo y provocar las consiguientes carcajadas. Tampoco era lo mío.

Ya aparte, no era tan torpe, nadar se me ha dado estupendamente. Arquímedes me ha ayudado más que Newton. Y lo mismo el entonces conocido como Balón-volea. Recibía y sacaba de escándalo.

Pero lo bueno de estos güebos ha sido, por ahora, nuestra paisana, la gallega Peleteiro, no sólo porque salta como un guepardo, sino por el coco que tiene y la forma de usarlo. Lo primero que hizo fue felicitar efusivamente a su compañera medalla de oro, eso es deportividad olímpica, pero después ante los comentarios sobre su origen español ya que la gallega es morenita, su padre es negro, con una lucidez inusual reivindica que se le diga negro, tal como suena, y ella, negra; ironizando sobre el eufemismo cuando se dice «de color» a los negros, «precisamente los de color son los demás«. Físicamente correctísimo, ya que el negro es precisamente la ausencia de color. Como los comentarios vituperantes venían de quienes podemos imaginar sin esfuerzo, prefiero dejarlo fiel a mi tendencia a no incluir nada político. Tampoco salió libre del color de su piel R. Zapata, nobleza obliga, ¡¡¡que cansinos!!!.

Pues como buen verano, güebos olímpicos aparte, tenemos nuestras serpientes. Que si no se coma helados de tal marca (muy conocida), que se ha detectado una molécula que si te tomas cuatro litros de helado de golpe o setenta bombones a cuatro manos, te va a dar algo. ¡¡¡Toma ya!!!. Una vez más los pueblos malagueños de Ardales y Carratraca, que si allí hay diamantes, eso está ya manido, esa serpiente está viejísima, y ahora se complementa con otra en la zona, la gruta con pinturas rupestres. ¡¡¡Que novedad!!!. No tiene desperdicio tampoco el que Napoleón fue abducido y están buscando un microchip o algo raro en su cráneo. Lo mejor de todo es el filón abierto con la fertilidad masculina. Vaya por Dios. Los antioxidantes (que nos están descubriendo que sirven para todo), parece que estimulan la fertilidad, falta que alguien piense que lo que se expulsa son alcayatas o chinchetas (¡¡¡Qué dolor!!!) y sin oxidar van más ligeritas. Otros añaden un método incorporando una especie de «microimanes»… magnetismo alcahuete que diría yo.

Y a todo esto, un casquijo del Apolo XI que sigue dando vueltas a su aire, que no se sabe por dónde anda ni por dónde andará o si la caerá encima a ese personaje de Agua, Azucarillos y Aguardiente, al Gachó del arpa.

Paciencia, y mientras nos centramos en la realidad, aunque no sea el tomar un café con Audrey Hepburn, Vamos a ver imágenes del Museo, empezamos como de costumbre con Ciencias Naturales:

No se ha olvidado la colección de fósiles. Una de las magníficas imágenes tomada por David, no es la primera que pongo. Se trata de una Griphaea, un molusco abundante en el Jurásico aunque duró hasta bastante después, bivalvo con una concha bastante más desarrollada que la otra, y que en el rumbo (el vértice) se enrolla en espiral, la otra concha hace casi de tapadera. Una estructura que recuerda a las actuales ostras.

Pues no deja de ser un topo, el conocido como «Topo dorado de Sudáfrica». El escaso desarrollo de los ojos y el descomunal de las uñas evidencian que no deja de ser un topo, al igual que su dentición de insectívoro, muchos dientes parecidos y puntiagudos. La foto es también de David Aguilar, mi antiguo alumno. El nombre del bichito es Chrisopalax, aunque está en la clasificación histórica como Chrisochloris capensis. Lo de Chiso viene del color de oro, lo de Chloris por verde, pero como lo de «oro verde» como que no, se lo cambiaron. Lo de capensis es por Ciudad del Cabo, donde es abundante.

Y por último, como siempre, un cacharrito de Física:

Se trata de una voluminosa «Pila de tazas de Wollaston». Su fundamento es el mismo que la conocida, y ya incluida en este blog, Pila de Volta. Láminas de Cobre y Cinc que no tengan contacto directo y separadas por un electrolito, agua con algo de sulfúrico. Las láminas metálicas cuelgan de un listón que al bajarlo se sumergen en las tazas llenas de electrolito originando una corriente superior a la de la Pila de Volta, y con la ventaja de que al acabar se levanta el listón y no se produce desgaste. Las láminas se disponen casi como un bocadillo, y para evitar el contacto en ocasiones se disponen trozos de corcho. Lógicamente estos artilugios hoy día solo sirven como muestras, estupendas eso sí, de la arqueología científica, pero hasta hace unos años estaban presentes en muchos usos, «hasta en mecanismos de atracciones de feria!!!.

Y os dejo, con estos horarios ver los güebos olímpicos supone otra adaptación. Que el virus siga sin afectaros a todos, si leéis esto es porque estáis en condiciones. Besos, abrazos y arrumacos.

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29 comentarios en “Güebos olímpicos

  1. Paco Cruz

    Hola Luis, cómo siempre un placer leerte y seguir aprendiendo con las explicaciones de las piezas de ese magnífico museo. Un abrazo y buen verano 😌😌

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        1. Luis Castellon Serrano Autor

          Intentando corresponder a tu confianza, te informo que como «güebo» en castúo he localizado a los siguientes palabros: güebu, uevu, berrinchi y gundumba (estos dos últimos son de homenaje), hay otras acepciones pero alejadas del sentido en el que iba en el escrito.
          Sigo agradeciéndote tus comentarios.

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  2. Luis Jr

    El negro es La ausencia total de color según qué método: en CMYK, al ser aditivo, la suma de todos los colores da negro. En RGB al revés. Cachondo El artículo y tus güebos.

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Pues como no se exactamente que son esos métodos, por hoy me quedo con Don Antonio (Machín, claro) sus angelitos y su propio color, negro.
      Gracias de todas formas por la indicación, ya veré que son esos métodos que ignoraba. Y gracias por intervenir.

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      1. Luis Jr

        En CMYK (tintas Cián, Magenta, Amarillo y Negro) la suma de todos al 100% hace negro, aunque en realidad solo hace falta un porcentaje de éstos para hacerlo (60% Cián,60% Magenta, 60% Amarillo y 100% hace un negro intenso, tipo Machín, como bien dices)… por eso se dice que es un método aditivo de colores. En RGB (para pantallas), se parte de negro absoluto de la pantalla (valores 0 para el canal Rojo, 0 para el canal Verde y 0 para el Azul, y al sumar hasta un valor de 255 por cada canal llegas al blanco, por eso se dice que es reductivo.
        Que no vas a ser tú el único dando lecciones aquí…jjjjjjj

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  3. Antonio F.

    En lo de la carrera hacia el potro y el plinto me identifico completamente. Curiosamente, en balón volea y natación me defendía.
    Lo de las pinturas rupestres (que nunca he visitado) de Ardales no será nuevo, pero lo que he leído es que se adjudican a los neandertales, con una antigüedad de 65.000 años.
    Primero lo leí en el diario SUR, pero ahora RTVE nos ofrece un vídeo:
    https://www.rtve.es/television/20210805/pinturas-ardales-mas-antiguas-mundo-imagen-grabacion/2152280.shtml

    Y, digo yo: ¿puede una estalactita o una estalagmita mantener las pinturas 66.000 años sin cubrirlas de capas sucesivas que taparían completamente aquéllas? Porque lo que me ha chocado es el soporte, que la gente de Ardales desde siempre ha sido muy artística. La gruta ha de estar formada, madura y seca desde la época de las pinturas, porque se otro modo habrían sido lavadas o cubiertas y no habrían llegado hasta nosotros.

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Querido Antonio: Ya somos más los que sin falso pudor manifestamos nuestra «alergia» a determinadas actividades atléticas. Amplío que si se me han dado más que bien el ajedrez (aunque estoy desentrenadísimo) y el billar, de esto último a un nivel más que de aficionado, y hay que estar muy entrenado para darle vueltas y vueltas a una mesa con miles de posturas a veces imposibles, que no es el snoocker.
      Lo de las grutas cársticas, con sus estalactitas etcétera, es muy complicado ya que su régimen no tiene porqué ser continuo, tiende a lo anárquico: si el agua cargada de bicarbonato cálcico atraviesa conductos y gotea al final, estos conductos pueden obturarse con el tiempo y el goteo o bien se interrumpe o busca otra salida; por otra parte, la aireación interna influye en la evaporación de la gota y por tanto en el tránsito de bicarbonato a carbonato y puede cesar la formación.
      Te he hecho una sinopsis; el cárstico tiene una enjundia que aburriría a los lectores de este blog.

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  4. Pelayo

    Buen sábado olímpico:
    Yo creo que todos nos hemos visto reflejados en tus «experiencias olímpicas». El deporte de alta competición engaña mucho: parece tan fácil por la televisión….
    La foto del topo me parece soberbia. Siempre tuve la siguiente duda: los topos se mueven excavando «galerías» bajo tierra. ¿No deberían de colapsar debido al peso de la tierra que tienen por encima?

    Un saludo desde tierras magiares

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias por intervenir y por tu curiosidad, Pelayo.
      Respecto a lo de los topos te añado que tampoco las galerías son tan profundas como para que el peso de los materiales les afecte demasiado; de todas formas, la geometría abultada de estos animales contribuye al reparto de la presión aliviándola, otra cosa es si fueran más planos.

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  5. antonio

    Tus güevos me han refrescado la memoria. Un presidente de las Cortes, cuando alguien votó lo inesperado, exclamó «manda güevos». Y un pedante afín a ese alguien quiso explicarlo y lo empeoró, pues nuestros güevos traducen el latín «opus est», o sea, que hay que hacer las cosas por eso, por «güebos», que es la ortografía correcta en este caso. Más: el excelente poeta José Hierro explicaba que el plural de «el huevo» es «los güevos, porque los suevos era un pueblo bárbaro». Salud y webos pa tó lo que haga falta.

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  6. Jesús

    Gracias por esta nueva entrada, Luis.
    A mí lo del plinto, y otros aparatos de tortura similares, me ha recordado uno de los suspensos más surrealistas que tuve en el instituto. Como puedes imaginar, me lo gané en educación física, tentado he estado de poner gimnasia. Lo grave no fue que suspendiera la asignatura por no hacer volteretas, sino que el profesor me la dejó colgada para el curso siguiente. Al final me examiné en COU de todo menos de volteretas. El profe aceptó mi propuesta de hacerle un trabajo escrito e ilustrado sobre todos los tipos de velas y cabriolas que existen. Se me contraen los músculos horripiladores al recordarlo.
    En fin, si algo me faltaba para decidirme a estudiar física -así, sin educación delante- fue esto. ¡Qué cosas!
    ¡Un abrazo gordo y feliz canícula!

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Pues si, fue surrealista el suspenso y lo mismo el aprobado. Nunca llegué a comprender que significaba aquella demostración imitando a saltamontes que además ponía en riesgo a las partes pudendas. En tu caso tuvo algo positivo, estudiar Físicas, aunque el fin no justifica a los medios.
      Muchas gracias por intervenir. Otro abrazo gordo y a refrescarnos en lo posible.

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  7. Carmen M.

    Luis, toda la razón al jefe de estudios y familia, eres muy cumplidor ¡ir a clase con ese flemón!
    Me han encantado tus reflexiones. La de la natación es genial «Arquímedes me ha ayudado más que Newton» y sobre el color de la piel.
    Precioso el «topo dorado de Sudáfrica». ¡Vaya ejemplares exóticos que tenéis en el museo ¡

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Lo del flemón además estaba acompañado por la reacción de los alumnos que, conociéndome, lo vieron como una cosa de lo más natural por mi parte. Atendiendo como si no ocurriera nada.
      Mis reflexiones son eso, mis reflexiones más o menos acertadas pero procurando salpicarlas de humor.
      Gracias por intervenir Carmen. Fuerte abrazo.

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  8. Antonio Bustamante

    Hola Luis,
    Tus artículos me proporcionan un buen rato de lícito placer. Desde tus anécdotas y comentarios, tratando de obviar lo político, hasta las curiosidades y enseñanzas de la ciencia, no hay desperdicio.
    Todo contribuye a suavizar este verano duro dentro de esta etapa absurda y puñetera que nos ha tocado vivir.
    un abrazo

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Antonio, gracias por comentar. Eso intento, el que leyendo mis «partos», a veces con paciencia franciscana, se soslaye en lo posible este periodo que ya de por si trae, además, bastante política.
      Me ha llegado al alma lo del «lícito placer»; espero no traspasar a lo ilícito que no tenemos edades.
      Fuerte abrazo y muchas gracias por aparecer en ésta tu casa.

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  9. José Melero

    Leyéndote, me he acordado de las clases de gimnasia (por entonces no se se había inventado la educación física) en el instituto de Martiricos, en Málaga. El puñetero potro, el pavoroso plinto, con su traicionero tranpolín a los pies, las inútiles anillas colgadas del techo a la espera de un nuevo Joaquín Blume, y la soga para trepar hasta el techo del gimnasio en el que tantos quedaron agarrados sin subir ni un palmo oscilando como un péndulo ante el pitorreo del resto de la clase. Mi recuerdo se cierra con mi profesor, don Luis Márquez, vestido de chaqueta y fumando Ducados, mientras iba dando el turno para los saltos. ¡Qué tiempos!

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias por intervenir Pepe. En efecto eso eran las clases de Gimnasia. Ya que lo citas, Don Luis Márquez (profesor del Movimiento) no era mala persona ni recalcitrante, eso si, chocaba el verlo dando las clases enchauqtedao o con el abrigo puesto, y sin parar de fumar.

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