Cosas sobre el Museo

Si nos conformáramos con lo expositivo, ¡¡¡vaya aburrimiento!!!. Nunca he pensado en que el museo sea un espacio para exponer por exponer, aunque sean maravillas. Debe suscitar las ganas de volver; de suscitar preguntas y no dar respuestas anticipadas; de saberlo ver, lo que en un museo de carácter científico tiene su aquél, ya que lo deseable es que el visitante tenga unos conocimientos previos, básicos, pero que los tenga; que no esté enfocado desde el punto de vista ñoño por infantil, como se dice muy acertadamente, «un museo enfocado exclusivamente para los niños, aburre hasta a los niños»; que sirva como espacio para desarrollar actuaciones que complementen (o mejoren, que carajo!) lo que se les intenta enseñar en el aula. Entre otras mil cuestiones, todo menos dejarlo como un «relicario» inactivo.

Es curioso que, al ser las visitas guiadas, en gran parte de los grupos al finalizar la misma los visitantes suelen decir que porqué no se les explica así en clase. El que suscribe, «antilogse» reconocido, engorda un poco de satisfacción y les remite a sus actuales profesores, que está en mano de ellos.

Incluiré aquí, quizás con algo de desorden, algunas de las «cosas» o hechos que han tenido lugar entre sus paredes.
Evidentemente, citas como la Semana de la Ciencia, o el Día internacional de los Museos suponían momentos obligados.

Día de los Museos 2010; concurso de pintura con los alumnos del bachillerato de Artes, procedentes de la Escuela de Artes y Oficios de Granada. Concursantes, Pedro Benzal, Delegado de Cultura y amigo, y el que suscribe.


Deliberaciones del concurso anterior; jurado presidido por Jesús Conde.



El Día de los museos citado, recogido en el Ideal de Granada.

Al igual que en muchas actividades, se tiende a que éstas no sean «rutinariamente científicas», que las cuestiones artísticas no están divorciadas de la ciencia ni al revés; quizás es un matiz reunificado derivado de la Ilustración, hoy tan olvidada entre nuestras tendencias educativas.

Siguiendo en esa línea, en 2013 la estructura del Día de los Museos fue arriesgada: la Sala de Física, (una selección de aparatos), enseñada por alumnos de segundo de bachillerato ¡¡¡de letras!!!.
En una visita previa dichos alumnos mostraron un interés especial y me dije, «aquí te pillo, aquí te cojo». Les hice la proposición de que lo enseñaran ellos previa preparación, incluso teatral, y fue un éxito, ahí van unas imágenes, no de gran calidad pero si elocuentes:

 Mauricio Sevilla explicando el funcionamiento de una bomba de vacío y de uno de los accesorios, el «cortamanzanas».


Araceli Ocete explicando el funcionamiento de una bomba aspirante-impelente. Todo el mundo atento e interesadísimo, incluso la Delegada de Educación, Ana Gámez, y el director del instituto que asoma un poco, Rafael Ibáñez.



Ihssan Riohui con un excitador eléctrico de mangos de vidrio, aplicándolo a uno de los aparatos generadores, la Máquina de Ramsden.

Anteriormente, con ocasión de no se cual Semana de la Ciencia y Técnica, se organizó un «taller (palabra que no me gusta, pero que aquí es ineludible) de caleidoscopios, aprovechando la «presentación en sociedad» de la colección de caleidoscopios antiguos, magnífica por cierto, recién restaurados.

Un éxito, y cada participante (casi cien) se llevaba el caleidoscopio fabricado por él. No me voy a extender en estas actuaciones porque sería cansino, en otras ocasiones nos hemos centrado en la acústica (Placas de Chladni) o en fenómenos visuales, estereoscopias, praxinoscopio y en general lo atrayente y accesible para los asistentes.

No es desorden, o si, pero hay que hacer ejercicios de memoria para incluir aquí «cosas» que hayan ocurrido en el marco del museo.
Ha servido como entorno fotográfico, un ejemplo:


En la Sala III de Ciencias Naturales, el día de la presentación del «Libro del Museo». La perca marina (corvina) de Auzoux en primer término; a la izquierda Paco Cuenca (el Delegado de la Junta que lo pagó), en el centro, el que suscribe (que lo escribió), a la derecha, Andrés Sopeña (que lo presentó).


Una actividad sorprendente por su éxito, quizás por la frescura con que se realizó, fue el Concurso televisivo «Conoce tu Museo de Ciencias»: se trataba de comprobar el grado de atención con el que se visita, naturalmente complementario a la cultura general previa del visitante.
Estableciendo grupos de alumnos de diferentes institutos, que previamente habían hecho una visita detallada, se les proponían una serie de preguntas evaluando la rapidez de las respuestas. La dinámica puede comprobarse en los enlaces adjuntos.
El premio fue, para los grupos ganadores, un viaje a Santiago de Compostela como ciudad-museo, incluyendo una visita al MUPEGA (Museo Pedagógico de Galicia). Esto fue patrocinado (financiado) por la Obra Social de Caja Granada.
Fue todo un éxito, pero vino la crisis y para años posteriores el patrocinio desapareció, do forma que la ampliación del concurso a la Sala de Física quedó en trance de fosilización.
Ni que decir tiene la labor que hicieron los de la emisora local Canal 21-La Opinión de Granada, hoy desaparecida, que incluso repusieron los nueve programas grabados hasta la saciedad. Muy agradecido a todos ellos y a la ayuda prestada por el profesor, compañero y amigo (toma ya), José Francisco Sánchez Prieto, Pepín para algunos que lo hemos visto crecer en todos los aspectos.

Como muestra de ellos ahí van esos enlaces:

Bicheando se pueden ver otros videos pero no vienen al caso, en buena parte por lo repetitivo.

Aunque ya se ha hecho alguna referencia, faltaría a la verdad si no reconociera, y no por búsqueda de la objetividad sino por agradecimiento, el que en buena parte de las actuaciones me han echado una mano, a veces las dos una serie de amigos, ocasionalmente profesores. Imágenes de algunos recogidas en esta especie de «orla»:

De izquierda a derecha:

El que suscribe.

-Alberto Michelon. Coloquialmente cono ido como «Albertini», natural de Padua, su aparición en el Museo podríamos calificarla entre «casual» y anecdótica. Un auténtico experto en la restauración de esqueletos y taxidermia, trabajo al que se dedica ahora en Padua con un taller de «Taxidermia creativa». Digno de conocerse ya que su carácter engaña a los encasillados mentalmente, un auténtico trabajador con su peculiar sentido del humor y costumbres.

-Jesús Sánchez Tallón. El Físico. Comenzó como becario en el Museo, beca dependiente de la Universidad de Granada pero que fue efímera. Puso orden en la Sala de Física disponiéndola para actuaciones posteriores dentro de la lógica. Realizó su Tesis doctoral sobre estos aparatos. Lamentablemente los caminos de la administración no le han sido justos y en la actualidad debería estar mejor aprovechado por sus conocimientos y por lo buena persona.

-Mª Ángeles Rubio Prat y José Francisco Sánchez Prieto. Ángeles y Pepín (ya citado) a secas para mi. Dos encantos. Biólogos pero sin obcecaciones en cuanto a lo referente a contemplar la Ciencia como un conjunto eludiendo especializaciones absurdas. Independientemente de su preparación, que no es poca, su disponibilidad para la ayuda en momentos de agobio ha sido excepcional, particularmente cuando han hecho uso de su buen carácter y facilidad de comunicación. No se si ha tenido algo que ver el que ambos fueron alumnos míos más o menos por el Pleistoceno. En su día abogué, y no poco, porque fueran los encargados futuros del Museo. La administración sigue sin enterarse. En la actualidad son profesores destacados por su prestigio en otros institutos.

-Carlos Jerez del Valle. El biólogo becario. Aterrizó junto con Jesús el Físico gracias a una beca de la Universidad. Una gran disponibilidad, y particularmente para las cuestiones informáticas que dominaba (y supongo domina), así como colaborando con Albertini y en la organización de actos de gran relevancia. En la actualidad está en la Universidad en el Departamento de Biología animal. Un lujo que seguro que en el futuro nos sorprenderá.

Fuera de la «orla»,


-Alberto Gómez Hernández, profesor de la Escuela de Artes y Oficios; un auténtico «manitas» para restauraciones y, con una especial habilidad para identificar piezas sueltas y saber ubicarlas correctamente. En la imagen, terminando de instalar la pantalla fluorescente al aparato de Rayos X. El aparente «trapo» que aparece colgando es una maravilla, se trata de unos pañales para, literalmente colgar, a los niños con la ayuda de dos perchas superiores. La colaboración de Alberto fue fundamental para el sensato criterio expositivo de la Sala de Física.



No están todos los que son, pero si son todos los que están. No dispongo de imágenes de todos los becarios de Master de Museología, algunos de ellos muy valiosos y que han colaborado en los aspectos de fotografía, rescate de instrumentos, identificación y catalogación. Gracias a todos ellos.

Reitero que la intervención inicial, nunca me cansaré de hacerlo, si hizo con la colaboración de aquellos tres alumnos de COU del 93-94, Carmen Garzón, Eduardo Rodríguez Ferro y Pilar Salguero. Queda pendiente buscar una imagen e incluirla.

Por último, la imagen de este «prenda» como benefactor del Museo:


Se trata de Luis Castellón Quesada, relacionado con el que suscribe por algo más que una cuestión simplemente genética. Diseñador y «creativo» (como se autodefine y vive de eso, además bien), fue el responsable desde el principio de la web del Museo tanto en sus distintas versiones, diseños y actualizaciones. Ya se apuntó que dicha web fue ampliamente aplaudida. Hoy es inexistente por motivos ajenos a ambos sin dejar de ser lamentables, pero el listón que creó fue bastante alto y sus frutos indiscutibles. Desde hace diez años desempeña su trabajo en Londres.

Por el momento, y como muestra de lo poliédrico de las posibilidades que ha tenido, suficiente.

En lo que si derivó alguna «cosa» concerniente al museo, fue como germen de la actual ANDPIH, Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos, pero este asunto merece una categoría aparte.   

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