(complementos a la entrada anterior)

No me imaginé que iba a recibir comentarios sobre un supuesto exceso escatológico anterior.
No pido perdón, ea, que como adelanté era un mero transmisor de lo que apuntó esa mente privilegiada de presidente del país de «o meu Brasil achicachicapunchi». Además resulta que al parecer está aplicando lo que le dicen sus ministros «evangélicos» en la Amazonía; los indios son animales (ojo, que no lo digo yo, que lo dice ese grupo de dirigentes),  que entorpecen a la minería y a la agricultura que a ellos y los suyos les interesa, además profesan otras religiones impías…a estas alturas salir con esas. El complemento es que el papaíto de todo esto con sus idas al retrete en días alternos, pues en uno que pudo, que no le tocó, se fue al rio Jordán a bautizarse en 2016. Eso explica sus clarividencias y sus actuaciones de preservación de la Amazonía. Piromanías.

Como también en la entrada anterior me referí a las cruzadas antitabaco que, sin defender por mi parte al fumeque, me parece que hay bastante de hipocresía, casi como la misma que hubo en Granada en el siglo XX al derribar la Manigua, tan conocido como céntrico barrio de prostitución, a manos de sus más que probables clientes.
Pues hablando de hipocresía al respecto, voy a haceros partícipes de una experiencia personal. Como durante mucho tiempo mi hijo y su compañera vivían en Londres, pues nada, en una ocasión me armé de valor y me monté en el avión a ver a los nenes. Visitas obligadas a ellos y a la ciudad. Ya había cruzadas antifumadores, al punto que en un paseo por la «city», en una acera flanqueado por edificios de corporaciones impresionantes, rezaba en un cartel enorme que se prohibía fumar totalmente en esa acera. Muy prudente cruzo a la de enfrente con mi pipa y sin chupar para que no saliera humo, que la Torre de Londres no estaba lejos. Pero en la de enfrente, con otro edifico apabullante me encuentro con el mismo cartel, es decir, que en toda la calle; camino unos metros pipa apagada y tropiezo con una cabina de teléfonos de esta guisa:

Naturalmente la cara es de máximo «cachondeo» y gesto lascivo. Obsérvese el empapelamiento interno. Ojo que no lo puse yo. Anuncios pornográficos por un tubo. Es decir, que te puedes encerrar en la cabina, o no, dejas la puerta abierta que estos británicos son muy suyos, y darle rienda suelta a tus fantasías pero, ni se te ocurra salir y echar un cigarrito…¡¡¡la horca!!!

Y volviendo a los añadidos, respecto al mercurio inserto esta imagen de una de las fases de la restauración de un Barómetro de Gay Lussac, o Barómetro de sifón del Museo del Suárez:

Obsérvese que el tubo tiene una longitud respetable, casi un metro y que, junto con el sifón contenía bastante mercurio. No nos pasó nada, ni al «maniero», a Alberto el protagonista de la restauración, ni a mi.
Quedó así de bonito:

Bellísima, pero para conocer al sujeto, aquí está acoplando piezas de un aparato de Rayos X:

Fuera por hoy. En la próxima entrada algo más del Museo.

No me despido sin manifestar alguna idea, que puede ser opinión claro:

Es notorio que intento esquivar en este blog cuestiones políticas (aunque se me vea el plumero), así como religiosas o futboleras, pero este verano al respecto es muy indicativo.
La mediocridad social (y política) corrobora las consecuencias ya advertidas hace tiempo por el que suscribe de la implantación de la LOGSE y sus derivados. Se puede contradecir con que muchos de los protagonistas son de la EGB o incluso del bachillerato tradicional. No sirve. Algunos ya son de la ESO y además la difusión de ideas y conductas hace estragos. Ya Marañón (Don Gregorio), definió de la forma más certera a la Enseñanza Media como la MEDULAR DE UN PAÍS, pues si la médula está averiada pensemos en sus ramificaciones. Hasta algunos defensores de este sistema, al comienzo de implantarse reconocían que allí donde ya se había hecho (refiriéndose a EEUU) había derivado en un auténtico Pearl Harbour social. Pues nada, nosotros, de ser un país que otros europeos tomaron como espejo y referencia al respecto, a desembocar en esta mediocridad de actitudes y pensamientos.
Lo dicho. Mediocridad social. Enhorabuena.