Queridos lectores, más o menos seguidores:
No os extrañéis por el título de esta entrada, aunque a estas alturas extrañarse de lo que escribo sería para hacérselo ver.
El título es polivalente y muy acertado para mis intenciones. Si nos vamos a referir, ¡¡¡cómo no!!!, al virus que nos lleva condicionados unos meses, en efecto, es putillo, sin el guión. No sólo por sus efectos en la salud física sino ya en la mental que la está poniendo a prueba, parece que es el único, o de los poquísimos, que se ha enterado de lo del año Galdós y quiere acercarnos a Don Benigno Cordero, ese personaje galdosiano cuya paciencia es infinita.
Ahora bien, ¿que es un esputillo?, pues eso, un esputo chiquitillo aunque suene regular, y cuya emisión tan frecuente parece sin duda la responsable de que esta situación continúe vaya usted a saber hasta cuando. Claro que el remedio para que viaje poco o nada en la atmósfera y no nos afecte ni afectemos, es la gran traída y llevada mascarilla. Personalmente soy razonable y la llevo nada más poner los pies en la escalera de casa, por la calle y en cualquier establecimiento, no sin llamarme la atención el oportunismo de usarla como soporte propagandístico de innumerables intenciones; vale, pero las políticas las obviaré como es norma en este blog.
Pues si, no voy a insistir en que esa gotitas microscópicas de saliva (los esputillos) son un vehículo asesino, aunque en la historia de las infecciones salen cosas curiosísimas. Probablemente algunos lectores las conocen, pero por lo curiosas merecen la pena. La sífilis. Conocida por unos como «el mal español», por otros como «el mal francés», según quién lo escriba. Pues su contagio por contacto sexual no es el único como es sabido, que la saliva también juega su papel y como el bichito tiene forma espiralada, ofrece muchos puntos de contacto para adherirse a superficies rugosas; las grietas o rajas en vasos o jarras son idóneos. De ahí que en la actualidad las autoridades sanitarias sean muy vigilantes al respecto, aunque el primer paso lo dieron las ordenanzas militares de Carlos III, que prohibían a los oficiales entrar en posadas o tabernas que tuvieran el «menaje averiado», pero ojo, sólo a los oficiales, a la tropa que le fueran dando. ¿Se imagina la situación?, un brigadier en el dintel de una tasca preguntando ¿tienen los vasos despostillados?, pues no entro. Vaya con las ordenanzas.
Si escudriñamos en personajes que sufrieron sífilis salen las páginas amarillas, Goya, Shubert, Beethowen, y ya puestos un colegio entero de protésicos dentales. Las consideraciones higiénicas son relativamente recientes, al igual que las hereditarias que en este caso hay que tener en cuenta. Puede ser, pero me parece un retruécano mental el afirmar que Beethowen era sifilítico porque al analizar restos de su coleta se encontraron vestigios de mercurio. Los mercuriales y los arsenicales eran los remedios en la época hasta la aparición de los antibióticos, pero esa causa efecto se me antoja demasiado rebuscada. En fin, dejémoslo estar, que si no pensaremos que si los frailes del convento de El Nombre de la Rosa se hubieran puesto un condón en el dedo índice, ni se hubieran envenenado ni habría novela.
Por cierto, Espronceda murió de difteria, garrotillo en la época. No viene a cuento pero me da la gana.
Hablando de condones. Curiosísima ha sido la sustitución de los anuncios de colonias por los de condones y otros adminículos sexuales. Desde hace unos días que brevemente nos amenazaron de nuevo con la indivídua de la barca con biquini provocativo esperando la «colisión» con un maromo suicida, a ahora con los condones de diferentes tallas y dinámicas de uso, anunciados por un sujeto con pinta de oficinista del paro. Los estudios de mercado nos llevan a inercias inescrutables. A todo esto, rechazo el hablar de preservativos, ya que un condón es eso, un condón, y sirve para lo que sirve; preservativos son los que preservan, y los hay hasta para bibliotecas, esculturas, pinturas y actividades ajenas a las de este «mondongo».
Ya está bien para despedir julio, de forma que paso a algunas imágenes para variar:
Es una de las joyas, un molusco aparentemente sin importancia, si, si. Pues se trata de una Spírula, una valva del único cefalópodo actual con concha interna enrollada, como en el Mesozoico los ammonites pero por dentro; los actuales, jibias, calamares, calamaritos, chopitos, gambas, no, eso no, gambas no que no son moluscos, es que me viene la retahíla hostelera, los cefalópodos actuales o tienen la concha interna o no la tienen los pulpos. Externa los Nautilus que se pueden comprar en cualquier tienda. Pues ahí queda la Spírula, más chula que nadie y por dentro esa concha recuerda a la de los Belmmnites.
Un aparatejo:
Ni son unos prismáticos ni una cámara fotográfica común. Es una cámara para fotos estereoscópicas; saca simultáneamente dos imágenes pero con diferentes puntos de vista, diferentes objetivos que están a la misma distancia que los dos ojos. Una vez reveladas y positivadas, la pareja de fotos se observa con un estereóscopo (muy difundido el conocido modelo Holmes) y se ve en relieve. Técnica muy común entre finales del XIX y buena parte de XX, incluso en plan juguete se comercializó con el nombre de View Master, hoy delicia de anticuarios. El modelo de la imagen conserva su estuche y el visor de la derecha es para un encuadre previo.
Me encanta la foto de tu hijo y Sánchez!
Creo que tu chico y Sánchez han hecho las delicias de tus lectores. Ay, año 84, cuando aprobé las oposiciones. Y lo del gargajuelo también nos ha amueblado bastante el coco. Genial, beso. A la espera de tu reflexión sobre el Geoparque
Muchas gracias por intervenir Ángeles. No te preocupes que lo del Geoparque está previsto.
Como es habitual, consigues de forma distendida , minimizar el calor ,desviar "la Neurona del Covid-19 e insuflar O2 a un aire demasiado rico en CO2.
Tres sorpresas :
1 L. V. Beethoven " resuena" como paciente con posible sífilis por valoracion indirecta de restos en el pelo de agentes químicos para combatir ese "mal " entonces. Por tanto " resonar" se quedó sordo; y siendo así compuso mucho y bien.
2 Desconocía que hace años , muy cerca de la "familia" tenias " un Sanchez y ladraba.
3 Las gotas de Flügge ó esputillo…..es putillo y algo cabroncete no solo , como bien dices , afecta ala salud fisica sino mental…son demasiados meses con alteracion emocional en dientes de sierra y eso acaba con la paciencia incluso de D. Benigno Cordero personaje galdosiano al que haces referencia.
Siempre ameno, ocurrente e inesperado ( garrotillo ó difteria de Espronceda)
Gracias por aportar calmante al alma ; en época de tanto dolor.
Q lectura más placentera,didáctica y entrañable.Y jefe…muchas gracias,uno más q agradecido de formar parte del equipo.
Muy bueno, Luis. Cómo se agradece un soplo de aire fresco y cordura en este mundo de mediocres sabiondos, soplagaitas y saltabalates de la desinformación. Gracias.
Respuesta quasi colectiva:
Muchas gracias por vuestras líneas y benevolencia.
En breve os amenazaré con una nueva entrada. Abrazos fuertes y como siempre en estos tiempos, paciencia.