Precocidades

Siguiendo la costumbre en este magno blog, comenzaré con una imagen que, si coloquialmente la vengo llamando «la familiar», en esta ocasión es familiar familiar:

Pues como a finales de Mayo mi hijo cumplía 45 años, nos fuimos de celebración a Madrid justo antes de las elecciones. Sin ningún ánimo ni esperanza de alterar el resultado, que Madrid es casi como Motril, ¡¡¡Mucho Madrid!!!. No es difícil identificar a los de la foto: el de la izquierda, ya se sabe, mi nuera, mi mujer y el de la derecha el cumplidor de años. El lugar, un sitio afortunadamente no muy conocido y eso que está en la calle Alcalá (es que es muy larga) junto a la Quinta de Los Molinos, un espacio verde precioso y amplio muy cerca de donde vive la pareja. Eso si, las aceras de la calle como todas las de Madrid: cuidado con los tropezones, mejor andar con zancos.
Pues pasamos tres días y vuelta a Granada. Madrid, carísimo.

Pues he titulado esta entrada Precocidades a la vista del cotarro medioambiental en el que nos movemos. Que el medio ambiente es la suma de factores muy diversos, a estas alturas no debe sorprender a nadie. Y de las dimensiones más variadas.
Por eso, y tras la Semana Santa, a la vista de que ¡¡¡por fin!!! parece que se despierta y se hace pública una conciencia sobre la cera de las velas y sus efectos tras las procesiones, recuerdo la que se armó cuando, siendo yo munícipe o edil de la cosa, inicié el corregir ese marasmo de suciedad y riesgo para personas y vehículos. Al margen de cuchicheos a mis espaldas, auténticas arengas en bares cofrades tasando mi cabeza, en ABC, prestigiosos columnistas (por decir algo) de cuyos nombres me acuerdo perfectamente, me dijeron de todo menos bonito. Si tengo que reconocer que una inicial entrevista con el presidente de la Federación de Cofradías fue prometedora, enfocada a la obligatoriedad del uso de tulipas evitando que la cera cual caca de can, aterrizara en la vía pública; pero no prosperó, enfermó, fue sustituido y el nuevo, tras un ataque de capillismo, más menos se echó a reír en mis barbas. La prensa local, adherida al tradicionalismo de la Granada profunda, aprovechó para adornar de sarcasmos a mi persona. Otros ya me habían puesto de ateo para arriba, mejor, para abajo.
Por eso digo lo de precoz, porque ahora parece que se han dado cuenta bastantes voces del problemón que esto supone y afecta a todos, a los creyentes, a los capillitas, a los testigos de Jehová, a los de la fe Bajá-hi y a los peritos agrícolas.

Igualmente me agrada la movilización actual sobre las macrogranjas. Esta precocidad me costó bastante, y una vez mas los cuchicheos no se hicieron esperar:
Pues resultó que cierto empresario, muy popular por entonces, tenía en pleno funcionamiento una macrogranja de cerdos a pocos metros de la Abadía del Sacromonte, totalmente clandestina, e incluso para recogerla orina y las heces (nunca he compartido del todo el término «purines») había hecho una balsa en un barranco subsidiario en la cabecera del rio Darro; ese que atraviesa Granada bordeando la Alhambra. No hace falta explicar el despropósito medioambiental.
Durante las actuaciones, otra vez se me dijo de todo, máxime cuando el empresario era «intocable» en varias esferas. El asunto se conocía como el de «Luis y los 2.000 marranos de A.R.» Nobleza obliga, informado puntualmente el Alcalde, en todo momento tuve el apoyo policial y del abogado municipal. Pero ¡ay!, vinieron elecciones, el asunto pasó a otras manos e incluso con sentencia judicial la instalación tardó en demolerse.
Me da la impresión que tras estas macrogranjas de marranos suele haber un pariente de los mismos, de dos patas pero pariente.

Igualmente, ahora se evidencia por parte de grupos ecologistas la importancia de proteger a los nidos y la época de nidificación de aves, en especial las insectívoras. Pues he aquí otra precocidad: coincidiendo con la incubación y nidificación de numerosas especies que además son protagonistas de los bosques de la Alhambra, ruiseñores, petirrojos, etcétera, justo al pié de la misma tan lírico y filmado, pues sale, inicia su camino ni más ní menos que la Hermandad del Rocio de Granada. La cohetada es como lo del volcán Tambora, mucho más que el Krakatoa o el Santorini. la población de aves en esos momentos decisivos, a tomar por c…, el burro en el que montaba Luis Mariano en Violetas Imperiales justo en ese espacio, saldría espantado a la frontera con la Índia.
Si antes fue con la cera de las velas, ahora con la prohibición de la cohetada ni te digo. A este de las ideas prococes, de ateo no me bajaba nadie; hoy día sería socialcomunistabolivariano.
Otro día hablaré de lo de las motos ruidosas. La normativa fue un éxito y copiada por no pocos municipios de España.

He recordado esas «precocidades» dada la vigencia continuada de los problemas. Y no me sirve que el aleccionamiento sea sólo para los niños o en la escuela; somos los adultos los que con nuestras conductas alteramos al medio. Los niños suelen ser desmemoriados e imitan lo que ven. No todos frenan a su padre cuando lo ven arrojar una botella de plástico al mar.

Pues últimamente compruebo que cuando alguien «importante» tiene conductas que no se ajustan a las normas, los «protectores» de los importantes lo que hacen es cambiar las normas y santas pascuas.
¿Que la Obregón se ha saltado las normas?, pues tiempo ha faltado para que los «protectores» digan que lo que harán será cambiarla. Por cierto, aún no tengo claro según la diversidad de titulares de prensa, si esa señora es madre o abuela.
¿Que a Froilán la Trigonometría se le había atragantado?, Se quita.
¿Que la Geología es una materia antipática?. Se quita o se deja residual como capitulito de otra de un nombre psicopedagógicamente más acorde y facilón.
¡¡¡Quitar, o dejar como residual a la Geología en estos tiempos!!!, evidente, están los contertulios para hablar lo que sea, para no distinguir magnitud de intensidad de un terremoto, para decir que «un volcán es una montaña que echa fuego», que si las glaciaciones y el cambio climático…


Eso si, vamos a la inercia de inventarnos palabras o términos larguísimos: implementación, epistemológico, explicitación, protocolarización, metodológico…esta última me hace particularmente gracia, se usa cuando se debe decir método sin más, no el estudio del método. Pero esas palabras y otras del mismo estilo, intercaladas en una opinión o sentencia visten mucho, ojú que bien habla, cuanto sabe. La frase no suele encerrar nada de sustancia si nos ponemos a analizarla. Los sacamuelas de estos tiempos.

Vamos al Museo y con algunas imágenes:

Así, a bote pronto, diría uno que una colección de ammonites. Cuidado, una selección hecha de entre la colección de ammonites.. La hice con ocasión de una exposición dentro de los actos del II Centenario de Darwin que tuvieron lugar en el Museo y Salón de Actos del Instituto, organizados conjuntamente con la Real Academia de Medicina de Andalucía y con el Rectorado. Intervine con una charla, sobre el Museo naturalmente, y sobre Darwin y su difusión en Granada, y junto a otras intervenciones fueron recogidas en un librito interesantísimo (modestia a parte).
Esos ammonites se seleccionaron atendiendo a la evolución de los mismos, las líneas de sutura (perdón por el tecnicismo) y el enrollamiento. Acompañado de un panel expositivo titulado «Últimos pensamientos ante la ejecución», a disposición de quien lo desee, sólo pedirlo, y en el que de forma «guasona» se ilustraba sobre los aspectos evolutivos. El resultado fue este:

En lo que dejé como Sala I del Museo, Encarna y Ángeles, acabando de montar el conjunto, ellas llevaban otro panel respecto al sistema nervioso. Las dos fueron alumnas mías y en ese momento profesoras, una ya jubilada, y siempre amigas entrañables. Buenas profesionales y mejores personas.

Y directamente a los aparatos de Física:

Su nombre sería «Aparato para mostrar la acción de palancas combinadas», fabricado por la prestigiosa casa Secretan de París. El principio físico es antiguo, ya Lafond en el XVIII lo expuso brillantemente, pero para el lector no avezado le sugiero que observe bien el aparato, que tiene unas pesas debajo, lógicamente para situarlas en los brazos de las palancas, pero…si le damos la vuelta, lo invertimos, lo ponemos de abajo a arriba, sale este otro cacharro que seguro que será más que familiar:

¡¡¡Anda!!!, una balanza de las de toda la vida. Pues si, un gran ejemplo de como un aparato demostrativo de la Mecánica, es el fundamento de otro eminentemente práctico, la que se debe conocer como Balanza de Roberval o balanza de siempre, la de la tienda de abajo. Para los curiosos les amplío que Roberval era el apodo de Gilles Personne, que era de esa localidad francesa, Roberval.

Y nada más por hoy. Os habréis dado cuenta que no he tratado para nada el asunto elecciones, pero no quiero cerrar sin hacer la observación de la deriva ideológica de los menores de cuarenta, y alármante de los más jóvenes. ¡¡¡Y los programas de Historia sin desarrollar los últimos cincuenta años en España!!!, cuando habría que empezar por la lectura obligatoria de Los Episodios Nacionales, por lo menos.

Besos, abrazos y arrumacos.

33 comentarios en “Precocidades

  1. Amalia Rodríguez

    Interedantísimo , como siempre , Luis. Me ha encsntado ante todo la foto familiar ! Cierto, siempre fuiste un chico de precocidades varias. Tu preocupación por las gotas de la cera derramada por los cirios callejeros me la contagiaste…

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  2. José+Cecilio+Cabello+Velasco

    ¿Los Episodios Nacionales?
    ¡Qué iluso Sr. Catedrático, dicho sea con todo afecto y respeto!
    ¡»Revivir» a ETA es lo que da votos!

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  3. Antonio

    Espero que un día nos recuerdes cómo estableciste la higiene en algunos restaurantes y cómo condujiste la investigación sobre los chanquetes chinos (de tahipei). No era precocidad, era sensatez aplicada al bien público.
    Felicidades a la familia.

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  4. Paco

    Ratifico, punto por punto y coma a coma, la efusiva actividad que tuviste en tu etapa como Concejal de Medio Ambiente, Salud y consumo. Fuiste la luz y esperanza de muchos problemas que tenían los ciudadanos: auténtica misión y función de la vida pública. De esa etapa, muy compartida contigo, aprendí que “la palabra funcionario, significa funcionar y funcionar significa “ser útil”. …. tan sencillo y tan difícil, a la vez. Gracias.

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  5. Guillermina

    Una vez más, encantada de reencontrarme contigo y con tus vivencias que me han llevado a revivir otros tiempos en los que pusiste en solfa costumbres que eran norma, con un par! Y, por supuesto, me ha encantado ver a tu familia y a ese hombretón, al que no veia desde que era un crio.
    Bs

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Muchas gracias Mercedes en nombre de mi hijo.
      Aprovecho para recalcar que lo peor que se puede hacer respecto a las medidas medioambientales es admitir aquello de que «el que contamina paga». Pues paga, que suele tener dinero, y sigue contaminando. Fuerte abrazo

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  6. Jose Enrique Moratalla Molina

    Querido maestro y amigo : Gracias por la foto familiar, buen núcleo compacto con estupendas indivialidades. No conocia a tu hijo y su mujer y me transmiten positividad.

    Refieres pinceladas de tu gestion municipal, que yo bien recuerdo y comparto……eran otros tiempos y tiras de disco duro como para ser » niño precoz «, no ; a ti siempre te gustaron las cosas por el cauce legal, con la colaboracion y concienciacion ciudadana y el que no cumplia ……legalidad vigente ( todo ejercicio de un poder publico debe realizarse acorde a la ley vigente y su jurisdiccion, no a la voluntad ó arbitrio de personas particulares ó mandatarios )……….eran otros tiempos.

    Nos estamos merendando el planeta y lo dejaremos bien » jodido » para nuestro locos bajitos , como diria Serrat.
    Un abrazo grande y gracias por tus comunicaciones siempre oportunas

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Ante todo, querido Pepe, trasladaré a los otros miembros familiares tu piropo. Gracias por la parte alícuota.
      Do lo otro, ¡¡que nos vamos a contar!!. Por los comentarios recibidos me veo en la obligación de ampliar esas «historias municipales» algo más. El asunto de los chinos y el protagonismo de mi perra van a caer en breve.
      Gracias por tu comentario. Fuerte abrazo

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  7. Benicia

    Te juro, amigo Luis, que cada año que veo limpiar la cera de las calles, tras la S. Santa, me indigno cantidad por el esfuerzo y el despilfarro economico que supone, y me acuerdo de ti que hasta diseñaste un artefacto para la cera de las velas no llegara al suelo, ¡ Todo en vano! Pero quizas sea ahora que, con esto de la pertinaz sequia, estamos mas sensibilizados, cuando habria que insistir mas. De los purines cerdiles no tengo ni idea, se que una compañera nuestra del Suarez lleva una lucha contra macrogranjas por la parte de Baza. Pero a las golondrinas si que las echo de menos cada año y no se que podria hacer por ellas. Felicidades a Luisito y un abrazo a Carmela

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias por tu comentario Benicia. Lo de las golondrinas y vencejos es otra y de muy complicada solución. Menos zonas verdes, menos insectos luego menos aves insectívoras, y si encima les quitamos nidos y sumamos los cohetes, van a pasar a ser exóticas. No es un futuro agradable. Fuerte abrazo

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  8. Francisco Cruz

    Como siempre tan certero en tus análisis. La foto entrañable para mí. Siempre fuiste un adelantado a tu tiempo. El museo siempre deslumbrante y cuanto aprendo. Un fuerte abrazo para ti y para esa familia maravillosa. Paco Cruz

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  9. Pepe Melero

    Tú artículo me trae a la mente la reciente muerte de don Silvio, el Cavaliere. Y digo que el texto me lo sugiere por lo eufemístico del tratamiento póstumo de semejante sinvergüenza al que todo se le perdona por ser rico y poderoso. Empresarios, cofradías, políticos de medio pelo y demás especies se alían para ridiculizar e impedir precocidades como las tuyas y las de otros muchos rojeras, ecologistas, ateos, feminazis y listillos de turno. Desafortunadamente, estamos «vendios».

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Querido Pepe, ay si hablara al respecto. Y puedo hacerlo sin mucho temor a equivocarme ya que mi memoria me asiste, pero si, hoy ya no se estila lo de judeomasónico, por parte de este conjunto que refieres sería un socialcomunistabolivariano y perroflauta.
      Fuerte abrazo y gracias por intervenir.

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  10. Antonio Bustamante Ramírez

    Amigo Luis
    Tus experiencias en tu paso por la política municipal merecerían un libro que, con toda seguridad, estaría lleno de anécdotas, moralejas y enseñanzas. Podía servir a muchos políticos actuales que se levantan mirando las estimaciones de voto y las instrucciones de lo que debe y no debe decir. Le llaman argumentario. Estos si que serán sustituidos con ventaja por la inteligencia artificial (los expertos dicen AI).
    Un abrazo

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    1. Luis Castellon Serrano Autor

      Gracias Antonio por tus líneas. Pues si, no eres el primero que me sugiere el escribir una especie de «memorias» al respecto. Soy algo reticente porque, entre otros motivos me sonaría a «abuelo Cebolleta», y además se citarían rozando la imprudencia ciertos nombres que aunque hayan pasado más de veinte años, siguen en activo. Las expuestas bajo el epígrafe «precocidades», lo son atenidneod a que muchos ahora creen que han descubierto la pólvora, y en su día estuvieron demasiado calladitos. Fuerte abrazo.

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  11. Isabel

    Yo recordaba tu defensa de la naturaleza, pues te veía en las noticias de canal Sur. Pero no recordaba los asuntos concretos. Viene bien recordarlos..
    Isabel

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  12. eduardo rosa del valle

    14 de septiembre de 2023
    Hola, Luis
    Curioseando por internet he topao con un blog (¿se llama así?) del Instituto de la Calle Gaona (entrada de fecha 7 de mayo de 2016) y no te puedes imaginar qué alegría me ha dado ver esas caras después de 60 años
    Luego he visto este blog tuyo que se me aparece como la llave para entrar en comunicación con vosotros
    No sé si tenéis algún chat o algo por el estilo que permita la comunicación del grupo.
    Entre mis muchos recuerdo, estás tú en especial porque gracias a ti me inicié en la fotografía.
    Es muy agradable volver a saber de los compañeros
    Recibe un afectuoso saludo de
    Eduardo Rosa del Valle

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